Bodø es un municipio que se encuentra al norte de Noruega, donde acechan las extremadamente bajas temperaturas y las excesivamente duraderas noches. Por otra parte, el subsuelo de esta pesquera ciudad esconde grandes misterios de la época vikinga.
El arqueólogo Arne Anderson Stamnes ha estudiado la zona con un georradar -el aparato envía señales al subsuelo que revelan mediante una radiografía posibles objetos en la profundidad de la tierra- que le ha permitido descubrir bajo tierra hasta 15 túmulos funerarios. Entre estos montones de tierra levantados sobre tumbas, cabría señalar la posible existencia de un barco funerario vikingo.
"Muchos de los túmulos son grandes. El túmulo funerario más grande tiene una dimensión interior de 32 metros y debe haber pertenecido a una presencia imponente en la zona", cuenta Stamnes, tal y como recoge la revista científica Phys. De hecho, los tamaños de los túmulos son de los más grandes del área y se estima que se erigieron entre los años 650 y 950 d.C., entre la época merovingia y la vikinga.
La construcción de estas enormes tumbas requiere un gran esfuerzo y una gran cantidad de recursos, por lo que probablemente una poderosa familia habitó estas tierras en aquellos siglos. Tal y como revela Stamnes, los montículos largos suelen albergar cuerpos de mujeres, y debido a la cantidad -siete frente a ocho circulares-, el recién descubierto yacimiento está equilibrado en cuanto a sexo.
Estos complejos funerarios no son lo único que ha revelado el georradar del arqueólogo. Además de los túmulos, se han descubierto pequeñas y "misteriosas" zanjas ovaladas en la tierra. Stamnes explica que aunque no parezcan hallazgos impresionantes, esta treintena de óvalos son verdaderamente atractivos para la investigación arqueológica.
Misteriosas zanjas
"Le pregunté a algunos de mis compañeros, pero hasta ahora no he encontrado nada similar a este hallazgo en otras excavaciones", comenta Stamnes. Por lo general, las partes estrechas de estos óvalos están orientados hacia el mar y hacia la dirección por la cual proviene el viento generalmente, por lo que el arqueólogo estima que podría tratarse de algún tipo de cimentación de las casas que se levantaron en aquella época.
No obstante, el radar no encuentra indicios de fogatas por ningún lado, y especula sobre la posibilidad de que estas edificaciones fueran temporales. El arqueólogo defiende que las construcciones podrían pertenecer a antiguos puestos de mercado o a lugares de reunión semipermanentes.
Mientras tanto, el también arqueólogo Jørn Erik Henriksen, del Museo de la Universidad del Ártico, apunta que todavía es pronto para dar por válida cualquier hipótesis y que para confirmar las palabras de Stamnes habrá que excavar la zona.
Este hallazgo refuerza la teoría que apoya la existencia de un cacicazgo en el distrito de Salten. Lo que sí se puede concretar es que en Bodø vivió una poderosa familia teniendo en cuenta el tamaño y el número de tumbas reunidas. El hecho es que desde la Edad Media, Bodø ha sido un centro religioso y político que cobraría importancia a partir del siglo XVII y las investigaciones futuras arrojarán luz sobre esta norteña localidad que una vez fue habitada por los vikingos.