Sondra Radvanovsky: "He visto muchas cosas en mi carrera y como mujer me han pedido cerrar la boca"
La sorprano estadounidense acaba de firmar un histórico bis en el Teatro Real en el estreno de Tosca. "Me reconforta mucho hacer historia en un teatro que ha hecho historia al mantenerse abierto y ser visionario", confiesa.
7 julio, 2021 01:18Noticias relacionadas
Treinta minutos de conversación con Sondra Radvanovsky se asemejan a un Dragon Khan de emociones. Las carcajadas emergen cuando la soprano estadounidense reclama al periodista que convenza a Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, para que le otorgue el papel protagonista en una hipotética y futura producción de Madamma Butterfly o cuando le pide ayuda para empezar a gestionar los trámites de la nacionalidad española. "Te pagaré", ríe. Pero en la charla asoman lágrimas cuando la cantante recuerda una emocionante actuación en Barcelona delante de su madre y se torna seria cuando se le interroga por cómo ha afectado el escándalo de Plácido Domingo al mundo de la ópera.
El nombre de Sondra Radvanovsky (Berwyn, Illinois, 1969) engrosa desde este domingo las páginas doradas del Teatro Real. En el estreno de Tosca, su ópera predilecta, el papel más radvanovskyano, firmó un bis histórico en el aria Vissi d'arte, en el segundo acto de la célebre obra de Puccini. Nadie lo había logrado en la primera noche. Después de triunfar en el Liceu con Las tres reinas, la soprano cierra el año encandilando al público del coliseo madrileño. Y antes de volver a subirse al escenario, atiende a este periódico para analizar el significado de la maravillosa actuación, hablar de dones supraterrenales y otear el horizonte de su carrera.
Ya forma parte de la historia de uno de los teatros más importantes del mundo. ¿Cómo se siente? ¿Se imaginaba firmar un bis en la noche del estreno?
No, ni siquiera se me pasó por la cabeza, ni hablé de ello con el maestro Nicola Luisotti. Solo pensaba en la nueva producción, en mis increíbles compañeros, en lo maravilloso que estaba siendo todo en los ensayos y en trabajar con artistas tan importantes como Carlos Álvarez y Joseph Calleja. Para mí era como un dream team para Tosca. Me abrumó la ovación del público, empecé a llorar y no pude levantar la vista hasta después de un minuto o dos. Pensé que el maestro diría de seguir cantando, pero cuando lo miré me dijo: "¿Quieres hacerlo de nuevo?".
¿Qué pensamientos rondaban su mente al escuchar los atronadores aplausos del coliseo?
Muchas cosas, como lo difícil que ha sido el último año y medio para la ópera y los artistas, y lo afortunada que era de estar ahí, en un escenario cantando con público de nuevo. Las últimas óperas que había hecho fueron a través de una cámara, lo que es maravilloso, pero no es lo mismo. La energía de la audiencia fluyendo hacia nosotros no se puede reemplazar. Así que hubo lágrimas de felicidad para mí porque por fin pude cantar en directo en el país y la ciudad que amo.
También estaba muy agradecida por poder viajar con mi marido de nuevo —él siempre me acompaña a todos lados y no lo había podido hacer durante el último año—, y pensando en que ojalá estuviese mi madre aquí para poder escucharme.
¿Ha sido la mejor actuación de su carrera?
En el top 3, definitivamente. He cantado otros dos bises en mi carrera. El de Barcelona [en el Liceu en 2018 en La mamma morta] fue muy especial para mí porque mi madre me estaba viendo (se emociona al recordarla). Pero pondría esta Tosca empatada en el primer puesto, aunque sean circunstancias completamente diferentes. El tercer momento más increíble fue la Suor Angelica que hice en Los Angeles. Pero el hilo que une las tres actuaciones fue la reacción del público: había magia en el teatro, esa energía que sabes que algo especial va a suceder. Para mí es abrumador formar parte de esa lista de cantantes que han bisado en el Teatro Real [Leo Nucci, Javier Camarena y Lisette Oropesa].
A los 11 años vi a Plácido Domingo cantar Tosca en la televisión y le dije a mi madre que eso era lo que quería hacer
¿Este bis es todavía más valioso después de que el Teatro Real haya sido premiado como la Mejor Compañía de Ópera del mundo?
Absolutamente. Tengo un canal de YouTube y un podcast llamado ScreamingDivas que hago con Keri Alkema y que nació durante la pandemia. Entrevistamos a Joan Matabosch y tuve que agradecerle a él y al Teatro Real el atrever a arriesgarse y mantener las artes y la ópera vivas durante este último año y medio. Asumieron un enorme riesgo al mantener el teatro abierto, pero yo estuve aquí en septiembre y octubre de 2020 para la producción de Un ballo in maschera y se seguían todas las precauciones. Se merecían mucho este premio, porque si no llegan a arriesgarse creo que otros teatros tendrían que haber cerrado. Pero se aventuraron y otras óperas los siguieron.
Me reconforta mucho hacer historia en un teatro que ha hecho historia al mantenerse abierto y ser visionario. Ser incluida en la historia del Teatro Real es algo que va a estar para siempre en mi corazón. Aquí hay mucho amor, y no solo de la audiencia, sino de todo el mundo: desde el equipo escénico hasta el de maquillaje y peluquería. Mi maquilladora, después del bis, fue corriendo hasta mi marido para abrazarlo y besarlo, y decirle: "La queremos". Aman sus trabajos, y están agradecidos por haber podido mantenerlos durante el último año y medio. Hay un sentimiento de familia en el Teatro Real.
¿Qué opera le gustaría cantar en Madrid en el futuro?
Madama Butterfly. Creo que ya es hora. Es una ópera muy difícil hoy en día por todo el movimiento del MeToo, pero creo que el Teatro Real y el público estarían dispuestos a aceptarme en el este papel. Lo llevo queriendo hacer desde hace años. También espero poder cantar algún día Macbeth y el conflicto de Las tres reinas. Pero tengo que elegir mis actuaciones de forma muy cuidadosa porque aquí hay mucha tradición y quiero darle al público lo que quiera escuchar. Así que pueden escribirme a través de las redes sociales y decirme qué opinan de esto (risas).
Después de un triunfo como el del domingo, ¿cómo prepara la siguiente actuación? ¿Se imagina un segundo bis?
Los últimos dos días he hablado mucho porque mis dos mánager estaban aquí para el estreno —estuvimos de reuniones todo el lunes— y por las entrevistas. Así que me voy a callar ya, a descansar mi voz porque tiene que estar fresca. ¿Otro bis? Creo que es un sacrilegio pensar así porque entonces ya se espera, y un bis es un poco impulsivo, es un regalo que me da el público. Pero por supuesto que si surge el momento estoy dispuesta a volver a hacerlo.
Si el Real no llega a arriesgarse y abrir, otros teatros tendrían que haber cerrado
Para quienes no la conozcan, ¿cómo se definiría como soprano?
Soy solo un ser humano al que le dieron un regalo, mi voz, y estoy muy agradecida de poder volver a usarla de nuevo. Solo soy Sondra, una persona normal. No soy muy religiosa, pero creo que un ser superior me ha concedido este don, y yo tan solo soy el portal de ese presente. Lo he trabajado mucho y creo que no tengo un gran ego. Me encanta lo que hago.
¿Cuándo descubrió ese don y decidió convertirse en cantante de ópera?
Era muy joven, cinco o seis años, y me atraída mucho la música. Mi madre me regaló un tocadiscos, y el primer disco que tuve fue de Karen Carpenter, una artista pop estadounidense. Lo reproduje tanto que lo gasté; y entonces empecé a cantar por mí misma. Mi madre vio que no era normal y me llevó a clases de canto. Adoraba cantar, la música me hacía feliz, y era la forma de expresarse de una niña muy asustadiza y tímida. Pero cantar me forjó otra personalidad.
A los 11 años vi a Plácido Domingo cantar Tosca en la televisión y le dije a mi madre que eso era lo que quería hacer. Ella siempre me apoyó. "Si es lo que quieres, no te lo voy a impedir", me confesó. Fui muy afortunada de tener unos padres dispuestos a dejarme explorar lo que quería. Y desde los 11 hasta los 52. Aquí estoy, todavía haciendo lo que más me gusta, incluso más ahora.
Este año ha sido coronada como la reina de Barcelona y ahora la de Madrid. ¿Se puede decir que España es su país predilecto para cantar?
Sin duda. Mi marido y yo estamos planeando mudarnos a Barcelona el próximo año. Encuentro a la gente en España tan acogedora, tan abierta, tan honesta... con su cariño por la música, la cultura, la comida... Es un país apasionado y entrenado en las artes y la música. Veo la ópera volviendo a la normalidad en España y Europa, pero temo que en EEUU está disminuyendo rápidamente. No consideran la cultura esencial y no sé que podemos hacer para cambiarlo.
Hay rumores que dicen que tiene intención de nacionalizarse española. ¿Qué hay de cierto en ellos?
Todavía no hemos empezado el proceso, pero nos gustaría [ella y su marido]. Así que si hay alguien que nos pueda echar una mano, por favor que se ponga en contacto (risas). No es algo sencillo de hacer y lo sé, pero me gustaría convertirme en ciudadana española. Siento que tengo sangre española dentro de mí. La primera vez que vine a cantar aquí sabía que iba a tener una relación especial con España, y no ha hecho más que crecer.
Estoy trabajando en mi español todos los días, y para mí ha sido un honor ser coronada como la reina del Liceu y ahora esto en Madrid. Espero poder realizar muchas, muchas más actuaciones especiales aquí.
Siento que tengo sangre española dentro de mí
¿Cómo cree que el movimiento MeToo y el escándalo de Plácido Domingo han afectado al mundo de la ópera?
Él no ha sido el primero del mundo de la ópera en ser acusado de muchas cosas y no será el último. Plácido pertenece a una generación diferente en la que el mundo y nuestra cultura eran diferentes. Ahora creo que la pandemia ha permitido al mundo sacar a la luz muchas cosas que han estado cubiertas durante mucho tiempo. El MeToo solo ha sido el principio de una gran renovación para el mundo de la ópera.
Dudo de hablar más de Plácido porque es un tema muy crudo, especialmente aquí en España, y porque es una persona muy cercana a mí en muchas formas: no solo porque es mi amigo, sino porque me ha ayudado mucho. Durante mi carrera he visto muchas cosas en el mundo de la ópera, y como mujer se me ha pedido mantener la boca cerrada con muchas de ellas, no solo con Plácido. He llorado muchas veces en silencio y visto a gente que no ha sido tratada de forma igualitaria. Espero que esto no lo toleremos más.
¿Han cambiado los comportamientos de los cantantes, productores, directores, a raíz de este escándalo?
Sí, y me enorgullece mucho que haya salido a la luz. No solo ha sido en la ópera. Pienso en el cine, la danza, en los negocios, en el mundo entero, y no solo en hombres; también en mujeres que se aprovecharon de otras mujeres. Tenemos ahora una gran oportunidad para que el mudo le dé al botón de reset; ya iba siendo hora.
Como he dicho, por ser mujer se me ha pedido muchas veces cerrar mis ojos o tapar mis orejas para no ver y escuchar determinadas cosas. Eso ha sido muy difícil porque mi generación está el medio: nos dijeron que éramos poderosas, pero que todavía no nos iban a dar todo el poder. Esto es ser una mujer. Pero haber cantado un primer bis en un estreno aquí en Madrid es muy importante para las mujeres. Estoy muy orgullosa de formar parte de este movimiento actual de mujeres fuertes, capaces de tener voz en sus profesiones.