Celia Torres Mario Díaz

La noche del 1 de julio de 2020 el escritor Antonio Muñoz Molina envió un mensaje con solo tres palabras. “Memorable, arrebatador, ejemplar”. Su destinatario era Gregorio Marañón. Aquella noche, el Teatro Real inbauguraba con La Traviata la temporada 2020-2021, quizás la de mayor incertidumbre en sus más de 200 años de historia por culpa de la Covid.

Hoy, 25 de julio de 2021, un año después de aquel mensaje y con la vitola de ser el único coliseo operístico capaz de completar todas y cada una de las sesiones previstas en su calendario, los bises históricos de Sondra RadvanovskyJonas Kaufmann en Tosca son el cierre perfecto a una apuesta tan valiente como meditada que alcanzó su cenit en los International Opera Awards con el premio a la Mejor Compañía de Ópera por su programación artística de 2019.

Éxitos sin precedentes para los que Marañón, en conversación con EL ESPAÑOL, enumera las claves sin dudar lo más mínimo: "La prudencia ante el virus, la ausencia de miedo paralizante, el sentido de la responsabilidad institucional ante la ciudadanía y el inmenso talento y sentido del compromiso de los artistas, de la orquesta, del coro y de los empleados que conforman la plantilla del Teatro Real".

Bis de Tosca en el Teatro Real.

Tosca

El melodrama verista de rivalidades políticas, pasiones cruzadas y sangriento desenlace fue una apuesta de Puccini por trascender y renovar el marco tanto del melodrama italiano como del verismo. Aunque probablemente nunca imaginó lo que sucedería en Madrid con su obra 121 años después de su estreno.

Han sido 1.200 butacas ocupadas durante las 16 funciones que ofrecía el teatro capitalino. O lo que es lo mismo: 20.400 almas que han disfrutado de este hecho histórico. Los más afortunados incluso han vivido dos hechos sin precedentes en Madrid: el bis de la soprano estadounidense que siente que tiene "sangre española" el día del estreno y el doble bis de la propia Radvanovsky y de Jonas Kaufmann el último jueves de la obra sobre las tablas.

Un Jonas Kaufmann tirado en el suelo y visiblemente emocionado, por el calor del público y por ese aplauso infinito. Casi se podían ver las lágrimas de emoción entre una risa nerviosa que el tenor no pudo reprimir. Una vez se recompuso dio paso al bis solicitado por el público. Ya había hecho historia. 

Una sensación muy similar debió experimentar la gran Sondra Radvanovsky, que ha dado bis por primera vez en un estreno y en todas sus funciones a excepción de una. Siete funciones en las que seis veces y siempre tras más de 4 minutos de aplausos realizaba el mágico bis. 

La soprano Sondra Radvanovsky y el tenor Jonas Kaufamann interpretando 'Tosca', de Giacomo Puccini. Javier del Real Teatro Real

Y, además, 20 años después, Anna Netrebko, quién, aunque sólo haya sido en dos funciones, conformó con Radvanovsky un dupla que nuestro crítico Jean Valjean definió así: "Dos prima donnas, dos grandísimas cantantes, con garra, con una voz personalísima, con unos inmensos agudos, con una vis escénica brutal (más encarnada la americana, más distante la rusa) pero sobrecogedoras". 

Los bises del Real

Tan asombroso es ver un bis en el coliseo madrileño que el primero no se registró hasta el año 2009, cuando lo hizo Leo Nucci con Sí, vendetta, tremenda vendetta en su interpretación de Rigoletto en un dúo con Patrizia Ciofi. Cinco años después, repetía la experiencia Juan Diego Flórez con La fille du régiment y A mes amis. Le seguía un año más tarde de nuevo Leo Nucci con Rigoletto en su dúo Sí, vendetta, tremenda vendetta junto a Olga Peretyatko.

En 2018, seis solistas (incluyendo Javier Camarena y Lisette Oropesa) lo hacían con su Sexteto de Lucía di Lammermoor; y en 2019 Javier Camarena repetía con L’elisir d’amore Una furtiva lágrima

La soprano Sondra Radvanovsky en pleno bis en el Teatro Real. Javier del Real Teatro Real

Hasta llegar a esta temporada, con Lisette Oropesa en La Traviata con Addio del passato en 2020 y los ya nombrados Sondra Radvanovsky con Vissi d’arte– por primera vez en un estreno- y el 19 de julio en su quinta función y con el de Jonas Kaufmann con Lucevam le stelle.

Un viaje duro

Una temporada repleta de éxitos, pese a la tensión vivida por las especiales circunstancias. "Mucho más trabajo, flexibilidad y soluciones creativas para cada producción y puesta en escena", afirmaban desde el Teatro Real.

El tenor Jonas Kaufamann en pleno bis en el Teatro Real. Javier del Real Teatro Real

Los artistas han hecho periplos para poder viajar entre países y subirse por fin al escenario del Teatro. A ello se suma el esfuerzo de los artistas para cantar con mascarilla, cuando el diafragma necesita respirar aire puro, y los test PCR diarios.

Temporada de oro

El Real ha sido el único teatro que ha despertado un interés de esta magnitud, con críticas realizadas o bien por corresponsalía o bien por visualización streaming de las obras. Una críticas que se expandían más allá de las páginas de cultura, e incluso acaparaban las portadas de muchos medios. 

Nuevas producciones y dos estrenos mundiales a destacar: la ópera Marie, del compositor madrileño Germán Alonso y la dramaturga alicantina Lola Blasco, en colaboración el Teatro de la Abadía, y Tránsito, una joya de Jesús Torres, en colaboración con Las Naves del Español de Matadero. 

Peter Grimes de Benjamin Britten también forma parte de las nuevas producciones del Teatro Real con estreno en Madrid, y consiguió acaparar la portada de seis revistas internacionales de ópera del mundo. 

Repercusión épica la que también tuvo Siegfried, la tercera parte de la tetralogía de El anillo del Nibelungo de Richard Wagner, cuya orquesta de 95 músicos tuvo que situarse en los palcos para respetar la distancia de seguridad. Así, arpas y vientos ocupaban los palcos, mientras que el director de orquesta giraba 360º para marcar sus pautas. Una imagen histórica que también ha dado la vuelta al mundo. 

Aunque el éxito no debería terminar aquí. 

"Cada deber cumplido nos obliga a inventarnos otro nuevo, personal e institucionalmente. Lo mismo sucede con los retos. El próximo 23 de septiembre, estrenaremos la temporada más prometedora de la historia del Teatro Real. Nuestro reto no sólo es continuar siendo la opera nacional de referencia en España, sino también mantener nuestra posición internacional".

Gregorio Marañón dixit.

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