Los romanos y los hunos comían juntos: adiós al mito de la invasión salvaje
Un estudio de la Universidad de Cambridge asegura que la histórica enemistad entre ambas civilizaciones podría ser falsa.
28 marzo, 2017 10:19Noticias relacionadas
Se conoce como "hunos" a una confederación de tribus euroasiáticas que alcanzaron su apogeo lideradas por Atila. Reunían a pueblos de diversos orígenes y se mantenían unidas por una aristocracia que, probablemente, hablaba una lengua túrquica. Los historiadores relataban que estos guerreros nómadas y pastores se caracterizaban por haber fustigado al Imperio Romano en el siglo V, llamado "el siglo de los bárbaros": empezaron por el imperio oriental y después atacaron el occidental, hasta que fueron detenidos en la Batalla de los Campos Cataláunicos por una coalicicón de romanos y bárbaros. Sin embargo, según los nuevos descubrimientos, parece que los invasores no siempre fueron tan feroces: es más, no todo fue lucha. Llegaron a compartir cultura con los romanos.
Los hunos y los agricultores romanos que vivían cerca de la frontera oriental del Imperio Romano, allá donde el río Danubio corre a través de la actual Hungría, crearon caminos que los comunicaban mutuamente. Así lo especifica la arqueóloga Susanne Hakenbeck de la Universidad de Cambridge: los hunos nómadas de la frontera romana criaron un número relativamente pequeño de animales y cultivaron ciertos productos, mientras que los agricultores fronterizos se copiaron e incorporaron más carne en lo que había sido una dieta de trigo y verduras.
Nuestros datos muestran que las estrategias dietéticas de las personas en ambos lados de la frontera romana no eran tan diferentes
"Nuestros datos muestran que las estrategias dietéticas de las personas en ambos lados de la frontera romana no eran tan diferentes", dice Hakenbeck. Estos hallazgos desafían la visión tradicional de que los hunos eran merodeadores que recorrían cientros de kilómetros desde Asia Central a Europa. No hay evidencias de que existiesen grandes trastornos sociales o algún grupo geográficamente distintivo entre los recién llegados a la frontera: de hecho, algunos hunos se hicieron con una cosecha propia. Los grupos guerreros, según sugiere la investigadora, podrían haber surgido en el sureste de Europa, aunque es difícil precisarlo.
La arqueóloga Úrsula Brosseder sospecha que el fenómeno huno se formó en las praderas de la Eurasia Occidental, un territorio que incluye las regiones citadas por Hakenbeck. La evidencia más temprana de los hunos en esa región data de hace unos 2.400 años. El nuevo estudio apoya la idea de que las comunidades de pastores se adaptan de forma flexible a los nuevos ambientes, a veces basándose únicamente en el ganado y en otras ocasiones en la agricultura. Según Brosseder, los pastores nómadas de Asia probablemente cultivaban mijo, una suerte de cereal de crecimiento rápido que servía tanto para alimentar a la gente como a los caballos. También se estima que la carne y la leche eran comunes. "Estas combinaciones se entienden como una especie de póliza de seguro económico en tiempos violentos o inestables", dice Hakenbeck.
Su grupo estudió los esqueletos de 234 personas enterradas en sitios excavados cerca de la frontera romana. Cada sitio contenía pruebas de contacto con los hunos, incluyendo artefactos de bronce y cráneos adultos