El pueblo filisteo ha sido retratado históricamente como una comunidad ignorante y belicosa asentada hace 3.000 años en el Levante mediterráneo. Su figura más conocida conduce al gigante Goliat, símbolo del poder por la fuerza que según el Antiguo Testamento fue derrotado por la honda del rey hebreo David. Su mala reputación ha sido moldeada durante siglos, pero lo cierto es que la historia de Filistea ha sido escrita por sus enemigos, los israelitas.
Ahora, el estudio de restos de ADN de esqueletos humanos extraídos de un yacimiento de la ciudad filistea de Ascalón, situada a 73 kilómetros al suroeste de Jerusalén, pretende resolver los misterios y contrarrestar la leyenda negra que han acompañado a este pueblo desde siempre. La investigación, liderada por un grupo internacional de expertos, ha determinado que los orígenes de los filisteos se hallan en migrantes de una serie de comunidades del sur de Europa como Grecia, Cerdeña o incluso la Península Ibérica.
Estos antepasados habrían emigrado a través del Mediterráneo en el periodo de transición de la Edad de Bronce tardía a la Edad de Hierro, hace unos 3.000 años; una época agitada y en la que se registraron movimientos masivos de personas y cambios culturales que desembocaron en el colapso de imperios como el hitita o el micénico.
Los resultados de los análisis, además, han avivado la hipótesis de que los filisteos son descendientes de los griegos, lo que da pábulo a una enigmática teoría: que fueron antepasados de los guerreros de la Guerra de Troya —registrada en esta misma época de migraciones, en torno al siglo XII a.C.— que nunca lograron regresar a sus hogares.
Pero estos rasgos europeos duraron poco. Según ha señalado el arqueólogo Choongwon Jeong, uno de los coautores del estudio, basado en las excavaciones realizadas con sigilo durante tres décadas en el yacimiento del puerto de Ascalón, "esta huella genética que se introdujo durante la primera Edad de Hierro ya no es detectable dos siglos más tarde, y parece estar diluida con los genes locales del Levante mediterráneo".
Sociedad rica y sabia
En concreto, se han analizado restos óseos bastante bien conservados de diez individuos que habitaron en esta zona entre 3.600 y 2.800 años, y los resultados han revelado que la filistea fue una sociedad rica, sabia y más compleja de lo que se creía. Las excavaciones han mostrado que los compatriotas de Goliat construyeron ciudades con ingeniosos diseños, elaboraron exquisitas cerámicas y mostraron aprecio por el buen vino. Ellos habrían llevado un estilo de vida cosmopolita mientras sus enemigos israelitas daban de pastar a las ovejas.
"No hay rastro de textos de los filisteos. Las descripciones que nos han llegado, incluyendo el Antiguo Testamento, fueron escritas por sus enemigos", ha señalado Michal Feldman, del departamento de Arqueogenética del Instituto Max Planck y coautor del estudio publicado en la revista Science Advances. Lo cierto es que los historiadores y los arqueólogos llevan décadas intentando trazar los orígenes del pueblo filisteo, que también aparecen referenciados en escritos egipcios.
Cruzando estas citas en fuentes hebreas y egipcias, los expertos han logrado situar Filistea en una época y una extensión que incluye el puerto de la ciudad de Ascalón, actualmente en territorio de Israel. La ciudad fue destruida por los ejércitos del rey babilonio Nabucodonosor II en el año 604 a.C.
Los arqueólogos han desenterrado altares de piedra, cerámica refinada y vestigios de edificios minuciosamente decorados que refuerzan la hipótesis de que este pueblo fue refinado, y no ignorante como se ha hecho creer durante siglos. "Los filisteos fueron comerciantes que tomaron prestadas cosas de otras culturas y las hicieron suyas; es decir, se mantuvieron en la vanguardia cultural", ha señalado Daniel Master, del Wheaton College, Illinois. Otros objetos recuperados sugieren que los filisteos alcanzaron unos niveles de maestría en la fundición del cobre que no se igualaría hasta siglos más tarde, durante el auge de Roma.
Un resumen de los hallazgos recogidos en la zona de Ascalón concluye que los filisteos fueron "grandes comerciantes, maestros de la construcción y uno de los pueblos más civilizados de su tiempo".