Hay veces en las que la historia no la escriben los vencedores; al menos no sus protagonistas. Durante años, la liberación de París fue atribuida a los franceses cuando la realidad era bien diferente —ni al gobierno francés ni a Franco les interesaba reconocer la heroicidad de los españoles—. El 25 de agosto de 1944, hoy hace 75 años, los republicanos españoles entraron en la capital francesa bajo la 9.ª Compañía de la 2.ª División Blindada de la Francia Libre, conocida comúnmente como La Nueve.
La historia de cómo una división de 150 españoles republicanos fue clave en la caída del Tercer Reich es toda una odisea. Tras la derrota en la Guerra Civil muchos españoles tuvieron que exiliarse en países como México, Reino Unido o Francia. En este último el fascismo volvió a encontrarles tras la ocupación de los alemanes. El régimen de Vichy les había obligado a enrolarse en la Legión Extranjera Francesa o a prestar trabajos forzados en condiciones ínfimas. La alternativa a este chantaje era volver a España, donde podían ser sometidos a un consejo de guerra.
La mayoría pasó a formar parte del servicio militar francés y a partir de 1942 abandonaron el colaboracionismo del gobierno de Vichy para obedecer a Charles de Gaulle, quien ansiaba terminar con el dominio nazi en su país. De esta manera, los valientes españoles combatieron en el desierto tunecino contra los alemanes e italianos del Africa Korps.
Bajo el mando del general Philippe Leclerc dieron el salto al continente europeo, con la intención de participar en la incursión de los Aliados. Desembarcaron en la costa francesa, muy cerca de la playa de Omaha, dos meses después del Día D. Combatieron en Alençon junto a los estadounidenses, quienes se sorprendían de la experiencia de La Nueve en el campo de batalla. Sin una sola baja capturaron a 129 prisioneros nazis y liberaron a 8 americanos.
"Pardon mais je suis español"
El 20 de agosto de 1944 París se sublevó. La Wehrmacht había amenazado con destruir los puentes sobre el Sena y Dwight D. Eisenhower prefería atacar momentáneamente a los soldados ubicados al norte de la ciudad. Pese a la preferencia del futuro presidente norteamericano de mantenerse al margen de la revuelta parisina, la unidad española avanzó en solitario enfrentándose al terror nazi.
Con bordados republicanos sobre el uniforme, el blindado Guadalajara, ocupado enteramente por extremeños, fue el primer tanque en llegar a la plaza del Ayuntamiento. Posteriormente, el Ebro, conducido por el catalán Manuel Bullosa fue el primero en disparar contra las posiciones alemanas. Eran las 21:22 cuando, bajo la lluvia, los parisinos se dieron cuenta de que había llegado la ayuda. Sin embargo, se habían confundido de protagonistas.
—¡Eres el primer soldado francés al que beso!
—¡Somos rojos españoles!
La joven que se había acercado en el Arco del Triunfo a Alfredo Piñero y Francisco Izquierdo no se podía creer que los héroes que recuperaban la ciudad de París vinieran del sur de los Pirineos. Lo mismo ocurría con el locutor que intentaba entrevistar a los recién llegados. Con acento castizo y orgullo respondían con un "Pardon monsieur mais je suis español". Ante los cánticos de La Marsellesa, los republicanos respondieron con ¡Ay, Carmela! durante la noche de celebración. "La población civil se abalanzaba sobre nosotros. Vivas, aplausos, aclamaciones. Siempre besos y siempre flores. Las botellas de buen vino francés se vaciaban sobre nuestras cabezas a manera de bautismo pagano", comentaba Amado Granell, quien apareció en la portada del diario Libération al día siguiente. Los que una vez fueron vencidos por el fascismo resultaban victoriosos en París. Todo el mundo les contemplaba. Así lo explicaba el asturiano Manuel Fernández en el documental La Nueve, los olvidados de la victoria de TVE: "Habíamos venido a defender la libertad que Franco nos quitó".
Lo que jamás se les pasó por la cabeza fue que tras la ayuda prestada a sus vecinos del norte terminaran siendo ninguneados por completo. "París ha sido liberada por ella misma", pronunciaba De Gaulle. Además, los héroes españoles buscaban conseguir apoyo para intervenir en la España de Franco pero la esperanza se desvaneció ante la pasividad aliada.
De todas maneras, la solidaridad española continuó y la división tomó la ciudad de Estrasburgo el 23 de noviembre. Con Francia entera recuperada La Nueve asaltó el Nido del Águila, la residencia de Adolf Hitler en los Alpes. La Segunda Guerra Mundial llegó a su fin en Europa el 8 de mayo de 1945 y con ella la división de los españoles republicanos. La 9.ª Compañía había sufrido 35 muertos y 97 heridos y los supervivientes abrazaron la paz de maneras distintas. Algunos continuaron en el ejército francés, mientras que otros prefirieron abandonar las armas y volver a la vida civil.
El último superviviente
La Nueve estaba compuesta por españoles de todos los rincones del país y ni siquiera compartían una ideología homogénea. La mayoría eran anarquistas y socialistas aunque también había algunos comunistas. Unos pocos se consideraban apolíticos que se exiliaron a Francia por su disconformidad con la dictadura de Franco.
Luis, Manuel, Andrés o Joan son varios de los nombres de aquellos héroes que cayeron en el olvido. No fue hasta 2004 cuando el gobierno francés homenajeó a los españoles mediante una placa conmemorativa junto al río Sena. El 25 de agosto de 2012 la bandera tricolor ondeó en la capital francesa en honor a los españoles que dieron su vida e incluso el presidente François Hollande pronunció unas palabras reconociendo su proeza. Asimismo, desde marzo de 2015, el jardín del Ayuntamiento de París se llama oficialmente Jardin des Combattants-de-la-Nueve (Jardín de los combatientes de Nueve).
En España el olvido ha sido todavía mayor. Este 23 de agosto, el Consejo de Ministros ha aprobado una declaración institucional en la que el gobierno español "se suma a los actos de conmemoración del 75 aniversario de la liberación de París". Participarán, de esta forma, en los actos organizados por el Ayuntamiento de París. Una participación que muchos la califican como tardía. Y es que, tras la muerte de Luis Royo en agosto de 2016, Rafael Gómez Nieto, nacido en 1921 en Adra (Almería) es el último superviviente de los 150 republicanos españoles que combatieron el nazismo y liberaron París.