En la mente de don Pelayo, después de derrotar con su pequeño grupo de seguidores al contingente musulmán que se internó en el paraje montañoso de Covadonga para tratar de sofocar la rebelión astur, nunca se encendió la idea de abrir una guerra para recuperar la España visigoda. Es decir, la Reconquista como concepto histórico no nació en torno al año 722; tampoco estuvo impulsada por una batalla en la que supuestamente habrían combatido decenas de miles de guerreros.
"Covadonga fue una escaramuza. En términos historiográficos nadie defiende ya lo contrario", explica Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña, doctor en Historia Medieval y profesor en la Universidad CEU San Pablo. "Fue una batalla con pocos participantes, Pelayo ni siquiera era rey y no tenía el concepto de Reconquista en la cabeza. Lo que ocurre es la interpretación de las consecuencias a largo plazo: se trata de un acontecimiento muy pequeño e insignificante en ese momento, pero que es absolutamente fundamental. Sin él no hubiera empezado la cadena de acontecimientos que llevaron a la Reconquista, que a la postre es el germen de la historia de España".
Entonces, ¿desde cuándo se puede hablar propiamente de Reconquista? "El período reconquistador —que no es cualquiera: de ahí sale España prácticamente configurada— empieza en el siglo XI, con la toma de Toledo (1085)", añade Rafael Sánchez Saus, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz. "Se puede hablar ya de Reconquista porque en los reinos cristianos hay una ideología que busca de manera consciente y coherente recuperar el territorio en manos de los musulmanes. Antes, los cristianos despliegan una actitud fundamentalmente defensiva y de supervivencia frente a un poder militar militar, Al-Ándalus, mucho mayor del que pueden ofrecer".
Precisamente para derribar estas creencias históricas populares y ofrecer una visión desideologizada de una etapa de la historia de España que se extendió durante ocho siglos, los dos medievalistas, Rodríguez de la Peña y Sánchez Saus, han organizado las jornadas de estudio La Reconquista a debate, en colaboración con el Instituto de Estudios Históricos de la Universidad CEU San Pablo y la Fundación Villacisneros, que se celebrarán en Madrid esta semana, entre el 22 y 24 de octubre.
"Se trata de una reflexión que hacemos respecto al debate historiográfico sobre la validez del concepto y sobre el debate público que ha terminado con una especie de frivolización del término", resume Rodríguez de la Peña. El objetivo de las conferencias, en las que participarán un puñado de los mejores medievalistas de España, es establecer con rigor qué fue la Reconquista histórica. Para ello se analizarán las crónicas medievales y cómo abordaban el concepto de España, la forma de hacer la guerra, el papel de la Iglesia y la idea de cruzada que termina germinando o cómo se derrumbó Al-Ándalus.
Legitimidad y mitos
Durante los tres días de ponencias, asimismo, se irán destripando los principales mitos, fechas y personajes del periodo, desde la propia batalla de Covadonga hasta la rendición de Granada por los Reyes Católicos. En este sentido, la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, una de las más icónicas ya no solo de la Edad Media, sino de la historia de España, será destripada por David Porrinas González, doctor en Historia Medieval por la Universidad de Extremadura.
"Es una falacia considerarlo el gran paladín cristiano de la Reconquista, el gran símbolo guerrero. No tenía un plan preconcebido reconquistador, es una persona que va a lo suyo, que le da igual enfrentarse a cristianos que a musulmanes", explica el historiador, que en diciembre publicará El Cid. Historia y mito de un señor de la guerra (Desperta Ferro). Aunque el caballero burgalés sí estuvo influido por la noción que se desarrolló durante su época de la Reconquista como la legitimidad de recuperar las tierras que habían pertenecido a los antepasados de los cristianos, los godos; y así se manifiesta en el único documento firmado de su puño que se conserva: la donación a la catedral de Valencia.
Pero si bien lo que sucedió en Covadonga y las cabalgadas del Cid se hayan embellecido con relatos legendarios, Sánchez Saus ofrece una interesante reflexión sobre los mitos: "El componente propiamente mítico que los españoles hemos adoptado como emblemas de nuestra historia no suele estar vinculado a leyendas, como puede pasar en Francia, con el Cantar de Roldán, sino que son hechos históricos que el paso de los siglos ha interpretado de diferente manera". Porque en la batalla de las Navas de Tolosa, por ejemplo, no hablaban de eso que hoy llamamos Reconquista, un término adoptado por Modesto Lafuente en el siglo XIX y estudiado en profundidad por Sánchez Albornoz.
El concepto, últimamente, se ha visto reivindicado —y manoseado— con fines políticos, sobre todo por Vox. "Hasta hoy, los partidos eran reticentes a hablar de temas utilizados por el franquismo, porque había conseguido apropiarse de ellos; y ahora vemos a una determinada formación que quieren usar la Reconquista para conseguir cierta identidad", expone David Porrinas. "No es la primera vez ni será la última", lamenta Rafael Sánchez Saus. "Todos estos grandes conceptos históricos, en la medida que son elocuentes y remueven sentimientos, son susceptibles de utilizar. ¿Cuántas veces se compara en la actualidad la decadencia de Roma con la de Europa?".
¿Y qué hacemos con esa corriente de la historiografía que dice que la Reconquista es un concepto nacionalcatólico? "Nosotros estamos en desacuerdo porque si hiciésemos esa revisión con conceptos como Bizancio, Imperio carolingio o incluso Edad Media, nos daríamos cuenta de que se inventaron tiempo después", expone Rodríguez de la Peña. "El revisionismo extremo sobre la Reconquista se debe a causas ideológicas. A nosotros nos nos incomoda el término, creemos que es válido y operativo pero conscientes de los problemas que suscita". Para esto van estas jornadas, para hablar puramente de historia.