En la era de la tecnología y la adicción a las pantallas el cómic reivindica su papel como herramienta educativa. En las clases de Pedro Cifuentes, profesor de Ciencias Sociales en el IES Miquel Peris i Segarra de Castellón, la pizarra no ha dejado espacio a las presentaciones Power Point, sino que se ha convertido en una viñeta de aventuras y viajes por el pasado. Un trabajo que además ha transformado en éxito editorial con Historia del arte en cómic (Desperta Ferro), cuyo segundo volumen, dedicado a la Edad Media tras la inmersión en el mundo clásico, acaba de publicarse.
Cifuentes, lector empedernido de tebeos desde bien pequeño, ingenió un novedoso y divertido método nada más aprobar las oposiciones para emplear en el aula y encender el interés de su alumnado por la Historia. La solución se hallaba en los dibujos y los bocadillos, armados en torno a las peripecias de un profe muy enrollado —su alter ego, que va pertrechado con una espada láser como la de Darth Vader que hace de puntero—, su perro gruñón y un grupo de chicos que responden a distintos perfiles prototípicos. Adiós a las exposiciones pesadas y desmotivadoras: la tarea del maestro, asegura, es despertar la curiosidad y la imaginación de los jóvenes.
Pero el proyecto de Pedro Cifuentes, que ha sido reconocido con el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo, ha trascendido las paredes de su instituto. Su iniciativa merecía un hueco en la industria editorial, aunque al principio solo encontró rechazo: los sellos especializados en cómic le dijeron que su obra era "demasiado didáctica", mientras que las educativas no terminaron de confiar en la eficacia del tebeo. Así que inició un crowdfunding, lanzó una primera tirada de más de mil ejemplares con una magnífica acogida y su encuentro con Desperta Ferro le abrió las puertas a un público más generalista.
El abordaje a sus cómics es una experiencia deliciosa para cualquiera: hay mucho humor, unas viñetas estupendas y, sobre todo, una narración didáctica que resume de forma concisa y rigurosa las épocas o los movimientos artísticos en los que discurren las excursiones de 'El profe', Lómper y compañía. "A veces a los docentes se nos llena la boca hablando de innovación educativa: algo como introducir el cómic en el aula es muy innovador y está al alcance de todos", explica Cifuentes. Además, resalta que se trata de una herramienta muy inclusiva: "Cualquier chaval está capacitado para entender los tebeos, y a los que tienen necesidades educativas especiales les viene muy bien la capacidad de síntesis y el aprendizaje con ejemplos sencillos".
En este nuevo volumen —la colección tendrá un total de seis: faltan los centrados en el Renacimiento, la época del Barroco, el siglo XIX y el siglo XX—, el recorrido, como un viaje soñado de fin de curso, arranca en Constantinopla, en el interior de la imponente basílica de Santa Sofía, y finaliza en los albores de la modernidad. Descubriendo a personajes mágicos como Leonardo Da Vinci, la emperatriz Teodora o Guillermo de Baskerville, los jóvenes y su maestro van investigando las gárgolas de Notre-Dame, la catedral de Santiago y su pórtico de la Gloria o Medina Azahara.
Porque los cómics de Pedro Cifuentes resaltan el patrimonio español, las riquezas locales de un país que en su gran parte no es consciente de lo que tiene. En la obra dedicada a la Antigüedad, la selección para rellenar el centenar de páginas era más evidente por la trascendencia de los yacimientos: Itálica, Mérida, el acueducto de Segovia... En la Edad Media, con la ingente cantidad de castillos o iglesias góticas que emergen en todos los rincones de la Península Ibérica, la criba ha sido un poco más compleja y complicada.
¿Se enseña mal la historia en España? "Es una laguna potente que tenemos en nuestro sistema educativo", valora el profesor, que también empuja a su alumnado a presentar los trabajos en forma de viñetas o de cómics. "Nos centramos demasiado en experiencias vivenciales de grandes personajes y en currículums de contenidos exagerados. Debería haber más presencia del arte y de las humanidades en general. También deberíamos cuidar más la educación patrimonial, enseñar a los chavales a valorar los monumentos que tienen en su pueblo y que no los observen como un mazacote de piedra".
¿Y cuál cree que Pedro Cifuentes que es la clave de su éxito? "Mis cómics ya los consumen más gente del mundillo que docentes. Tampoco existía una obra de este estilo que acercara el arte de forma más popular. Es algo diferente que te llama la atención en la librería y que te permite un acercamiento general a lo que es el arte de cada periodo. Y ahí tenemos una laguna todos aunque nos encante visitar los museos", señala. Pero sus tebeos están gestados sobre un pilar que todo profesor debería proteger: "Hay que tratar a los chavales con inteligencia, y con este tipo de obras les das recursos para que pongan sus neuronas a trabajar".