Discriminado en su propio país y sin poder siquiera poder ejercer el voto, Oliver Law había luchado toda su vida por los derechos civiles en los Estados Unidos. Había nacido en Texas, uno de los estados más peligrosos para ser negro en aquella época. En cuanto pudo se mudó a Chicago, pero la Gran Depresión le dificultó todavía más su futuro laboral. Pronto vio la oportunidad de combatir el fascismo y la injusticia, aunque para ello tuvo que viajar a España.
Nacido en el año 1900, el joven tejano siempre tuvo el sueño de cambiar el mundo. Pese a encontrarse a miles de kilómetros, lideró manifestaciones contra la ocupación italiana de Etiopía, cuya campaña había iniciado Mussolini para recordar el glorioso pasado del Imperio romano. Estuvo vinculado al Partido Comunista de los Estados Unidos y cuando la Guerra Civil estalló en España viajó a España integrado en las Brigadas Internacionales.
De los 2.800 estadounidenses que formaron parte de las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil murieron alrededor de 750. La mayoría de ellos, incluido Law, estaban enrolados en el Batallón Lincoln. Eran jóvenes idealistas de clase obrera —marineros en paro, estibadores o trabajadores de la industria textil— afiliados al Partido Comunista, pero también ricos licenciados en universidades prestigiosas. Dentro del batallón se había conseguido la integración inexistente del país de las libertades. "Estaban formados por una mezcla de personas procedentes de países diferentes y de diversas razas. Y, en aquel momento, esto era una novedad, sobre todo si hablamos de los afroamericanos, que estaban totalmente marginados en su propio país", escribe Alfonso López García en Saboteadores y guerrilleros (Espasa).
En un principio, Law sirvió en una compañía de artillería de ametralladoras en el Jarama pero pronto comenzaría a ascender. Pasó a ser comandante y con el tiempo se convirtió en el primer hombre negro que estuvo al frente de un batallón en la historia de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
Muerte en combate
"¿No le da vergüenza lucir ese uniforme con galones?". Fue la pregunta que le hizo un coronel estadounidense que visitó España en 1937, cuando Law ya había ascendido dentro de la brigada. "Yo era artillero en el Ejército norteamericano porque era negro. Aquí, en España, los galones se obtienen por lo que merecemos, no por nuestro color".
Oliver Law murió en combate en España el 9 de julio de 1937. Fue alcanzado por un mortero durante la batalla de Brunete. Allí no solo pereció el idealista afroamericano. Para las Brigadas Internacionales en general esta batalla también resultó especialmente sangrienta, sufriendo durante la misma unas bajas muy elevadas.
"Su historia sigue siendo todo un hito para el Ejército estadounidense, que incluso en la Segunda Guerra Mundial seguía siendo segregacionista", explica Alfonso López García. Oliver Law no fue el único negro que luchó en la Guerra Civil española. En 1993, Jimmy Yates, el último afroamericano que quedaba del Batallón Lincoln, afirmó que "en España fue donde por primera vez, siendo negro", se sintió "libre".