A lo largo de los siglos muchas han sido las historias y anécdotas que nos han llegado acerca de los emperadores romanos. Algunas, escritas por sus más allegados y célebres seguidores. Otras, por sus enemigos. Julio César fue uno de esos dirigentes romanos que siempre fue amado y odiado a la vez.
Años antes de que dominara la política de la República tras vencer en la guerra civil, Julio César participó en varias campañas militares por todo el territorio. Una vez conseguido el objetivo, celebraba las victorias de la manera más dionisiaca. En aquella época, como ocurría en la Antigua Grecia, la homosexualidad era una práctica aceptada y sin ningún tipo de carácter negativo como ocurría en la Edad Media.
En este sentido, al militar y dictador romano siempre se le atribuyeron relaciones con hombres y con mujeres. Asimismo, incluso se llegó a mencionar que cuando apenas tenía 19 años, Julio César llegó a prostituirse.
Siendo todavía un joven poco experimentado, fue enviado a Bitinia, un reino aliado de la República en la costa de la actual Turquía, en misión diplomática: su tarea consistía en reunir un escuadrón de barcos para atacar Mitilene, en la isla de Lesbos.
En este viaje que le llevó hasta Asia Menor, conoció a Nicomedes IV, rey de Bitinia, quien le recibió con especial afecto por haber sido amigo de su padre. César empleó bastante más tiempo del necesario en ese reino aliado. Sus enemigos, con el tiempo, interpretarían la demora como una prueba irrefutable de que había sido seducido por el monarca. "César habría sido conducido a los aposentos reales, donde se habría tumbado en un lecho dorado cono colcha púrpura sobre la que Nicomedes le habría sodomizado", relata el divulgador cultural Néstor F. Marqués en su libro Fake news de la Antigua Roma (Espasa).
Tal y como explica el doctor en Filología Clásica Emilio Del Río en Calamares a la romana (Espasa), prolongó su estancia ociosamente junto a Nicomedes y señala que "en Roma incluso llegó a rumorearse que se había prostituido". De hecho, en la ceremonia de su triunfo sobre Galia, se popularizó una copla que entonaban sus soldados: "César sometió las Galias, a César Nicomedes; aquí va hoy, honrado con el triunfo, César, que sometió las Galias, pero no así Nicomedes, que sometió a César".
A su vez, en el Senado le llamaron en más de una ocasión "marido ese todas las mujeres y mujer de todos los maridos". Él siempre negó toda acusación, así como su posible bisexualidad. Para intentar acallar esas voces se casó varias veces y tuvo al menos dos hijos, uno de ellos con Cleopatra, mientras no dejaba de alardear de sus escarceos matrimoniales.
Algunos historiadores relatan que este tipo de acusaciones trataban de desprestigiar al dictador romano. Poco más se conoce acerca de si se prostituyó o no en Asia Menor. En aquellos años, la práctica todavía no estaba regulada.
Fue gracias a Calígula cuando la prostitución comenzó a institucionalizarse dentro de las fronteras romanas y a partir del siglo I d.C. tenían que pagar impuestos. "Este impuesto se recaudaba de diversas formas en las diferentes partes del Imperio, a veces por medio de recaudadores de impuestos, otras a través de funcionarios públicos" escribe el periodista Javier Ramos en su libro Eso no estaba en mi libro de Historia de Roma (Almuzara).