En el verano de 1971, durante unas excavaciones dirigidas por el arqueólogo Francisco Presedo en la necrópolis ibérica del Cerro del Santuario, en la localidad granadina de Baza, salió a la luz una escultura singular, única, hallada en su contexto original y con restos de su policromía. Fue un hito en el conocimiento de la cultura de los íberos, especialmente en lo referente a sus mundos artístico y funerario. En realidad se trataba de una urna cineraria en forma de figura femenina, tallada a partir de un único bloque de piedra caliza, que se interpreta como la representación de una mujer de la aristocracia de la antigua ciudad de Basti.
La Dama de Baza fue enviada pocas semanas después a Madrid, al Instituto de Restauración, para que los conservadores procediesen a su limpieza y consolidación. De allí pasó al Museo Arqueológico Nacional como depósito mientras se resolvía el juicio por su propiedad: la pieza, fechada en la primera mitad del siglo IV a.C., fue desenterrada en una finca privada de un tal Antonio Vicente Lorente. El Tribunal Supremo falló en 1976 que la escultura era propiedad del Estado español y que el dueño de la tierra debía ser indemnizado con 450.000 pesetas. La pieza pasó entonces a formar parte de la colección del MAN.
En los últimos años, el Ayuntamiento de Baza, la Diputación de Granada y el Parlamento andaluz han aprobado una serie de resoluciones reclamando el regreso del tesoro arqueológico a su lugar de origen sin lograr mucho más. El último episodio de esta batalla ha tenido lugar esta semana en el Senado: la Comisión de Cultura y Deporte ha dado luz verde, con 15 votos a favor y 14 abstenciones —PSOE y Vox—, a una moción que insta al Gobierno al traslado de la escultura al Museo Arqueológico Municipal de Baza de forma permanente y enmendar así el "expolio" de las "autoridades franquistas".
"Es un acuerdo relevante, una pequeña gran victoria con la que se vincula al Gobierno", señala Pilar González, senadora de Adelante Andalucía e impulsora de la moción. La también historiadora espera tratar el tema próximamente con el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; en concreto, la última petición del Ayuntamiento de la ciudad granadina de que la joya íbera sea cedida para una exposición el año que viene coincidiendo con el cincuenta aniversario del hallazgo. "Todavía no he hablado con él, pero la información que tengo es que hay cierta sensibilidad en el Ministerio", desvela.
Sin embargo, fuentes del Ministerio de Cultura y Deporte consultadas por este periódico se muestran tajantes al respecto: "La Dama de Baza vertebra el discurso de la escultura ibérica dentro de la colección estable del Museo Arqueológico Nacional, por lo que no se contempla su cesión, temporal o permanente". La pieza, declarada Bien de Interés Cultural, solo podría salir del MAN con el visto bueno del Patronato de la institución y ajustándose a los procedimientos recogidos en la Ley de Patrimonio Histórico de 1985 que garantizan la adecuada protección técnica y administrativa de las colecciones estatales.
Una comisión de expertos ya rechazó en 2009 el envío de la escultura a Baza por tratarse de una obra "frágil, voluminosa, pesada y de morfología compleja, que presenta además problemas de conservación". "La excepcional policromía de la obra es extremadamente frágil, por lo que su manipulación y las variaciones en las condiciones ambientales implícitas en cualquier traslado, podrían ocasionar daños irreversibles", explican las citadas fuentes ministeriales.
La senadora Pilar González, que fue alumna del director de las excavaciones en las que se desenterró a la Dama de Baza, responde que ahora hay "garantías técnicas suficientes" para asegurar su traslado, cuyo coste se ha cifrado en 300.000€, y su conservación en el Museo Arqueológico local, que cuenta con un espacio de 900 metros cuadrados; para exponer sus piezas y ha sido reacondicionado en fechas recientes gracias a una inversión de dos millones de euros. "Cuando se la llevaron a Madrid es cuando realmente sufrió: la pieza llegó decapitada", recuerda.
Réplicas
En el museo de Baza se muestra actualmente una copia de la escultura íbera, una pieza sensacional ricamente ataviada con túnica y manto y joyas de influencia orientalizante y sentada en un trono con una oquedad en la que se hallaron los restos cremados de una mujer. Pilar González, que apoya el regreso de la original porque serviría de atractivo turístico y dinamizador económico de la localidad, propone como solución un intercambio con el MAN: "La última tendencia de los expertos en patrimonio es que las piezas, en la medida de lo posible, deben ubicarse donde tiene sentido, que normalmente es donde aparecen".
El arqueólogo y restaurador Miguel Ángel López Marcos confirma esta corriente, pero matiza que hay piezas que tienen unas características de conservación muy delicadas, como es el caso de la Dama de Baza, escultura que tuvo la oportunidad de estudiar hace unos años. "Su policromía está muy mal conservada porque tiene unos aglutinantes muy débiles. En casos así, las condiciones de preservación siempre van a ser muy superiores en el Museo Arqueológico Nacional por una cuestión elemental de recursos", valora.
López Marcos también destaca que en la actualidad hay técnicas que permiten hacer copias que son prácticamente imposibles de diferenciar de las originales. En este sentido, opina que se podría hacer una réplica de la Dama de Baza mucho más veraz para exhibir en la localidad granadina. Las fuentes del Ministerio de Cultura y Deporte inciden en que la escultura íbera "forma parte de un patrimonio histórico común que le confiere una proyección cultural por encima de su ubicación geográfica o de su ámbito de procedencia local" y que el MAN es "la sede idónea" para garantizar su estudio y difusión.
La escultura, hallada en la sepultura número 155 de la necrópolis del Cerro del Santuario, se enterró acompañada de un espléndido ajuar compuesto por diversos recipientes cerámicos: cuatro ánforas ovoides, dos platos cubiertos de engobe color crema con restos de pintura roja y blanca y cuatro vasos acampanados con motivos geométricos y vegetales. Asimismo, delante de la Dama se depositaron varios objetos de indumentaria, como un broche de cinturón con restos de damasquinado de plata y tres fíbulas anulares, y un lote de armas de hierro.
La senadora e historiadora Pilar González confiesa que el hallazgo de la Dama de Baza, tanto por ser descubierta en su contexto original como por el hecho de que las excavaciones del profesor Francisco Presedo estuvieron financiadas por el empresario Pedro Durán Farrell, le recuerda a la historia de Lord Carnarvon y Howard Carter y su gran descubrimiento: la tumba de Tutankamón.
Preguntada por si incidir en el supuesto "expolio" del Estado español, concretamente de las autoridades franquistas, no empuja estas reivindicaciones a un terreno ideológico, González asegura que entre los bastetanos "sí que hay cierta sensación de agravio" porque la pieza salió con destino a Madrid para ser restaurada y nunca regresó. "Modularemos las palabras si ese es el problema y nos aseguran que la Dama vuelve a Baza", concluye.
La moción aprobada en el Senado ha logrado reabrir el debate sobre esta joya íbera y, de paso, revivir un caso similar, el de su vecina en el MAN: la Dama de Elche. El Congreso de los Diputados aprobó en 2017 una proposición no de ley que instaba al Gobierno al traslado del busto, una de las principales piezas de la colección del Arqueológico, a la ciudad alicantina. Tres años después, sigue tan misteriosa en la misma vitrina hermética.