La vasta, absorbente y detalladísima investigación de Fernando del Rey sobre la represión que se desencadenó en la zona republicana durante la Guerra Civil ha sido galardonada con el Premio Nacional de Historia 2020, dotado con 20.000 euros. La obra del catedrático de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos de la Universidad Complutense de Madrid, Retaguardia roja (Galaxia Gutenberg) analiza la "política de limpieza selectiva" que estalló como respuesta a la insurrección militar del 18 de julio de 1936 y su fracaso parcial.
El jurado ha elegido esta obra "por constituir una aportación innovadora en su metodología, a partir de la microhistoria y sus personajes y en el tratamiento de un tema tan delicado como es la violencia en la Guerra Civil, que afronta desde una perspectiva ecuánime y equilibrada desligándose en todo momento del debate político. La obra cuenta con un intenso trabajo de investigación y un ejemplar tratamiento de las fuentes", ha señalado el Ministerio de Cultura en un comunicado anunciando el premio.
Retaguardia roja es una investigación sobresaliente, escalofriante, que se centra en la represión desatada en una zona en concreto: la provincia de Ciudad Real. Del Rey, especialista en el análisis de la intransigencia y la violencia políticas en la historia de España y Europa en el período de entreguerras, calibra de una forma muy moderada y sensata la envergadura, el significado, las causas, las fases y los distintos tipos de unos crímenes en los que participaron anarquistas, republicanos, comunistas y sobre todo socialistas que se manifestaron especialmente sangrientos contra los religiosos. No es una historia sobre el llamado terror rojo, sino un intento de comprender un fenómeno tremendamente complejo sin maniqueísmos.
"Modestamente, creo haber desentrañado en parte la lógica que inspiró las matanzas, la importancia capital que tuvo el golpe en su desarrollo, como también las represalias inherentes a la guerra, así como el peso del combate político previo en la fijación de los objetivos humanos y el no menos importante peso de la ideología en un contexto nacional e internacional de hiperpolitización", explicaba el autor sobre las aportaciones de su libro, construido en base a centenares de casos e historias individuales, en una entrevista con EL ESPAÑOL.
"También creo haber identificado a quiénes, dónde y cuándo tomaron las decisiones cruciales. Por no hablar de la reconstrucción precisa realizada de los mapas y los tiempos de la violencia, las redes que se forjaron entre los diversos poderes revolucionarios, el carácter organizado y coordinado que tuvo esa limpieza política a escala local, comarcal y provincial, sin olvidar la fluida conexión establecida con la capital y los frentes", añadía Fernando del Rey.
Dirigentes políticos
Su investigación demuestra que no fueron criminales excarcelados y turbas de incontrolados las que perpetraron la represión en la zona republicana, sino partidos y sindicatos del Frente Popular. "Todo el mundo era consciente de las matanzas que se estaban llevando a cabo, incluidos los líderes de las distintas organizaciones republicanas", desvelaba el experto en la citada entrevista con este periódico.
No obstante, en la equilibrada obra, como la han calificado los miembros del jurado, el historiador también destaca que sin la rebelión militar de Franco y los otros generales no se hubiera producido aquel "baño de sangre, tanto en los frentes de batalla, por supuesto, como en las respectivas retaguardias donde, sumadas las víctimas de ambas en una típica secuencia de guerra total".
Una represión que no solo tuvo lugar en zona republicana —se cobró unas 55.000 víctimas en toda España—. "La visceralidad y el odio también los ejercieron las fuerzas derechistas —la CEDA incluida— contra sus enemigos de las izquierdas antes de la guerra. Como brutales y sanguinarios fueron los métodos aplicados por los sublevados en los territorios que iban conquistando", añadía Del Rey. Los franquistas asesinaron a un total de 100.000 personas durante la contienda más otras 30.000 en la dictadura.
El nuevo Premio Nacional de Historia, además, ha centrado sus líneas de investigación en el estudio de las relaciones entre la política y los intereses económicos, el asociacionismo empresarial, el conservadurismo autoritario o la Segunda República española. Entre sus publicaciones destacan Propietarios y patronos (1992), La defensa armada contra la revolución (1995), El poder de los empresarios (2002) o Paisanos en lucha (2008). También ha participado en obras colectivas como Palabras como puños. La intransigencia política en la Segunda República española (2011) y Políticas del Odio. Violencia y crisis de las democracias en el mundo de entreguerras (2017).