Un grupo criminal dedicado al expolio arqueológico en Álava ha sido desmantelado por la Ertzaintza, que ha intervenido 20.000 piezas y ha detenido a una persona, mientras que otras tres están siendo investigadas.
El Departamento de Seguridad ha informado en una nota que esta operación, la primera de estas características que lleva a cabo la policía vasca y que ha contado con la colaboración de la policía foral de Navarra, es fruto de una investigación dirigida por el Juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria, que decretó el secreto de sumario sobre las actuaciones.
El caso se abrió en el mes de junio pasado, tras una reunión en el Ayuntamiento de Asparrena, a la que acudieron representantes de los ayuntamientos de la Llanada alavesa, de la Diputación de Álava, arqueólogos que trabajan en la zona y agentes de la Ertzaintza.
En el encuentro se trató el problema de daños y sustracción de vestigios históricos que se estaba detectando en diversos yacimients alaveses, especialmente en las demarcaciones de Asparrena y Agurain.
La Diputación interpuso varias denuncias por expolio arqueológico, que fueron asumidas por agentes especializados en la investigación de delitos contra el Patrimonio Cultural pertenecientes a la Sección Central de la Ertzaintza, concretamente de la Sección de Medio Ambiente y Urbanismo y de la Sección de Patrimonio.
Los agentes sospecharon que los autores de estos presuntos delitos integraban un grupo criminal cuya finalidad era el expolio continuado de cuevas, asentamientos humanos y yacimientos ya declarados como protegidos por el Gobierno Vasco y la localización de yacimientos inéditos.
Al parecer, se documentaban previamente para seleccionar sus objetivos y después se desplazaban a esas cuevas y yacimientos para apoderarse ilegalmente de todos los restos arqueológicos que encontrasen.
Para ello, llevaban a cabo catas clandestinas sin metodología científica, lo que ocasionaba daños irreversibles, y recogían todos los restos que pudieran localizar en sus incursiones espeleológicas por el interior de cuevas.
Las investigaciones también revelaron que estas personas llevaban infringiendo la ley al menos, desde el 2010, y que sus integrantes incluso publicaban algunos vídeos de sus incursiones en Internet. Los investigadores pudieron determinar que la persona ahora detenida era el principal depositario de los objetos expoliados, con los que llegó a integrar en su domicilio de Agurain una importante colección particular.
Ante estos indicios, la Sección Central de la Ertzaintza planificó el operativo "Ondare", que concluyó con la detención de un varón el pasado día 10 de diciembre y con otros tres investigados, dos en la misma localidad y el tercero en el municipio navarro de Ziordia.
Además, también procedieron al registro de la vivienda, donde localizaron una especie de "museo" particular con vitrinas y expositores que contenían más de 20.000 piezas, entre ellas, herramientas prehistóricas de sílex, restos óseos humanos y animales, fragmentos de cerámica y diversos objetos metálicos como clavos o herraduras.
Según fuentes de la Universidad del País Vasco citadas por el Departamento de Seguridad, por el elevado volumen los elementos de sílex ocupados podrían constituir "la colección lítica prehistórica más importante de todas las conocidas en Álava hasta la fecha". En el registro también se ocuparon mapas y cuadernos con anotaciones de los lugares presuntamente expoliados, equipamiento de espeleología, y material informático.
Todos los presuntos integrantes de este grupo han sido puestos a disposición judicial y las piezas han sido trasladadas al Museo de Arqueología de Álava, donde técnicos del Servicio foral de Museos y Arqueología procederán a su catalogación y estudio para la confección del correspondiente informe pericial.
La Ertzaintza ha recordado que la Ley de Patrimonio Cultural Vasco prohíbe cualquier intervención arqueológica sin autorización de la Diputación, así como el uso de detectores de metales en yacimientos, por lo que ha solicitado que, ante la mínima sospecha, se comunique al 112 cualquiera de estas situaciones.
Por último, también ha señalado que ante el hallazgo casual de restos arqueológicos por parte de un particular no se deben recoger, sino que se debe informar inmediatamente al ayuntamiento o a la Diputación, para que se proceda a la recogida de los vestigios de manera adecuada.