Fumata blanca —¿al fin?— para el Mazarrón II. Tras más de dos décadas protegido bajo una cápsula de acero, el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General de Bellas Artes, ha dado luz verde a la extracción del pecio fenicio hundido en la costa murciana de la playa de la Isla hace unos 2.600 años. La decisión, dilatada a lo largo de todos estos años en medio de una fuerte controversia sobre su viabilidad, se ha acordado este jueves en una reunión de la comisión científica creada por el departamento del Gobierno y la Región de Murcia, y en la que también participa el Ayuntamiento local.
Según ha informado el Ministerio dirigido por José Manuel Rodríguez Uribes en una nota de prensa, se ha aprobado la extracción, conservación, restauración, difusión, exposición y tratamiento posterior del barco, "un testimonio único de la construcción naval" según los expertos, en Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena (Arqva). Para determinar cuál es la mejor manera de afrontar esta compleja operación se van a realizar unas jornadas internacionales a lo largo de este año. "El objetivo es crear un equipo interdisciplinar de reconocido prestigio, en el que esté representada la UNESCO", se detalla en el comunicado sin precisar fechas o actuaciones concretas.
Este es el resultado de un largo debate que ha involucrado al mundo académico y a las administraciones públicas, acelerado en los últimos años ante las evidencias de riesgo de pérdida de la embarcación fenicia. En el verano de 2019, un informe determinó que la cúpula protectora de acero se encontraba a tan solo seis centímetros de tocar el pecio como consecuencia del movimiento de las arenas. La Consejería de Cultura de Murcia aprobó el rescate de la nave. Sin embargo, la Comisión Científica del Seguimiento del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que asesora a Cultura, decidió que se requerían más estudios para llevar a cabo una decisión definitiva.
Ni dos años más tarde, tras las alteraciones provocadas por el temporal Gloria y varias actuaciones de emergencia en el yacimiento subacuático, ha habido cuórum —aunque todavía con muchos interrogantes abiertos sobre el procedimiento— para extraer el Mazarrón II, datado en el siglo VII a.C. y hallado en 1994 a una profundida de 2,5 metros en la playa de la Isla de la localidad murciana que le da nombre. Durante 2020 y de manera conjunta entre el Ministerio de Cultura y Deporte y la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, se llevaron a cabo dos acciones para estabilizar el pecio y su protección.
Además, se creó un grupo de trabajo que este 2021 ya se ha reunido en tres ocasiones. En el último encuentro se ha concluido que, "gracias a las intervenciones del pasado año, la situación del pecio había mejorado, por lo que se había ganado una ventana de tiempo para decidir la mejor manera de conservarlo". Esa bola extra permitirá ahora a los expertos en arqueología subacuática trazar un plan para ver cómo se puede sacar el bar. El Ministerio ha apuntado que las labores de conservación y restauración se realizarán en el laboratorio del Arqva, pero no ha confirmado que la joya fenicia vaya a exponerse ahí.
El plan de trabajo que en su día aprobó la Consejería de Cultura de Murcia, firmado por el arqueólogo Carlos de Juan, preveía el desmontaje del casco de la embarcación en ocho secciones siguiendo "las líneas de fractura conocidas y las juntas arquitectónicas". Este investigador llamó la atención sobre el riesgo de acometer la extracción en un solo bloque ante el estado de conservación en el que se encuentra el pecio.
Una primera barca fenicia (Mazarrón I) fue descubierta en 1989. Se extrajo en 1995 y fue llevada al Museo Nacional de Arqueología Subacuática. El Mazarrón II no siguió esos mismos derroteros: tras su documentación en 1994, los expertos optaron por colocar un sarcófago protector como una medida provisional ante los posibles peligros. Esa solución temporal parece llegar a su fin veinte años después.