Un equipo interdisciplinar de las universidades de A Coruña y Santiago de Compostela ha conseguido determinar, a través de una combinación de diferentes metodologías arqueológicas, geológicas y geocronológicas, las principales fases constructivas del monumento de Santa Eulalia de Bóveda, en Lugo, que demuestran su relación con la Edad Media.
Esta edificación, según señala la USC en un comunicado, "una de las más singulares y enigmáticas del noroeste peninsular" —declarado Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural en 1996—, ha sido objeto, desde la segunda década del siglo XX, "de todo tipo de interpretaciones históricas que intentaban explicar su singularidad y origen".
La hipótesis más extendida sobre su función es la de que se trata de un templo pagano de época romana, posteriormente reconvertido al culto cristiano. A partir de esta asociación de Bóveda con un espacio religioso romano, se han interpretado sus elementos decorativos, como los frescos interiores o los relieves de la entrada.
Las nuevas dataciones han permitido determinar que el monumento en realidad pasó por tres fases principales. Así, la fundación del edificio visible hoy en día corresponde a la época romana bajo imperial (en la segunda mitad del siglo IV d.C.).
Sin embargo, las dataciones obtenidas también revelan que las famosas pinturas de la bóveda del aula subterránea que sostiene el edificio son bien posteriores a la época romana. Se realizaron en el siglo VII, durante el dominio germánico de Gallaecia. "Se convierten, así, en la más destacada muestra de la escasa pintura cristiana tardoantigua y altomedieval del noroeste peninsular y puede mismo ser un precedente de la pintura prerrománica mural asturiana", ha explicado la universidad.
Las dataciones también indican que Santalla de Bóveda cuenta con una importante fase de desarrollo altomedieval: la bóveda de la planta superior fue construida, aseguran, entre los siglos X y XI, en un momento de especial desarrollo económico y político del reino de Galicia.
Análisis cerámicos
"Desde un punto de vista histórico, los resultados de este proyecto de investigación abren nuevas incógnitas alrededor de la construcción y reconstrucción de Santa Eulalia de Bóveda y su relación con el poder y la religiosidad de la primera Edad Media gallega, con lo que obligan a repensar los orígenes del edificio y su transformación", ha asegurado la entidad.
Rebeca Blanco- Rotea, investigadora del Grupo de Investigación Síncrisis de la Universidad de Santiago y directora arqueológica del proyecto, que cuenta con la financiación de la Fundación Palarq, presentó la semana pasada las conclusiones de este estudio interdisciplinar, pionero en Europa en su alcance, en el Museo Provincial de Lugo.
Blanco- Rotea estuvo acompañada de la vicepresidenta de la Diputación de Lugo, Maite Ferreiro Tallón; la gerente de la Red Museística Provincial de Lugo, Encarna Lago; y la directora del Museo Provincial de Lugo, Aurelia Balseiro.
Entre las pruebas llevadas a cabo para las pesquisas, la USC ha destacado el análisis del material cerámico de los muros, la OSL, una técnica de análisis por luminiscencia que permite fechar los áridos sin necesidad de que exista materia orgánica; o la ya conocida Carbono14.
Desde su descubrimiento en 1926, Santa Eulalia ha sido objeto de múltiples interpretaciones e intervenciones, aunque los investigadores nunca se han puesto de acuerdo sobre su adscripción y funcionalidad. Se ha considerado un ninfeo romano, una iglesia visigótica, y asturiana… y recientemente un monumento funerario romano. La propuesta más generalizada es que inicialmente se trataba de un templo de culto pagano a las aguas (siglo III), que a fines del IV se cristianizaría, realizándose las pinturas y la separación en tres naves. Desde entonces sería una iglesia cristiana, citándose en el siglo VIII en el dudoso testamento de Odoario.