En la casa de los libreros no sólo se celebra hoy la quinta edición de su fiesta nacional: también el esquinazo -provisional- al precio libre estadounidense. La Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión (más conocida por sus siglas, TTIP, Transatlantic Trade and Investment Partnership) quiere colonizar la pequeña librería y la editorial independiente, pero parece que Europa se resiste al precio libre de los libros. Con EEUU y la UE en plena negociación para armonizar sus normas comerciales, la industria editorial española temía perder el precio fijo -clave de su resistencia frente a las grandes superficies- ante el empuje del modelo norteamericano.
Juancho Pons, presidente de CEGAL (Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros), tranquiliza a las masas: “Desde la Comisión Europea nos han remitido una respuesta de la comisaria Cecilia Malmström [con fecha 1 de octubre] que asegura que los precios fijos para los libros no van a entrar en la negociación del TTIP”.
La Comisión Europea asegura que no se discutirá el precio fijo ni aunque los negociadores de EEUU lo propongan
La nota, de carácter público, responde a la alarma manifestada por la Asociación de Editores y Libreros Alemanes y subraya que el tema “no se discutirá ni aunque los negociadores de EEUU lo propongan”. La comisaria europea guiña al sector intranquilo recordando que “hasta las plataformas de libros electrónicos de EEUU estarán legalmente obligadas a seguir los precios de venta establecidos por los editores europeos”.
Precio dinámico
Pons lo ve lógico: “Francia y Alemania tienen unas políticas muy agresivas del precio fijo. Para ellos es casi un asunto de seguridad nacional. Está en peligro la supervivencia de su literatura”. La misiva pacificadora, sin embargo, no ha convencido a todos por igual. A Javier Celaya, socio-fundador del portal cultural dosdoce.com, la idea le rechina: “No me lo creo. El tema va a ser parte de la negociación sin lugar a dudas. En un comercio libre como el de internet los precios fijos son insostenibles. Es un atraso incompatible con el mundo global. Hay que abogar por un precio dinámico, y en Europa hay varios países que así lo quieren”.
Javier Celaya explica que el precio fijo es un atraso incompatible con el mundo global
Celaya sonríe. “En los comienzos de las negociaciones siempre hay falsas. Es un tema polémico y si lo incluyen desde el principio generarían una controversia que no les interesa”. El asesor cultural de instituciones como Fundación Alternativas opina que el libro “no deja de ser un producto” y que lo justo es que “el usuario final disfrute del precio más competitivo”. No se queda con las ganas de preguntarle a la Comunidad Europea a quién prefiere proteger: “Se está defendiendo a una industria, no a los consumidores”.
El peligro existe
Hay quien prefiere tomárselo con humor. “La verdad es que el mensaje, por ahora, sólo está en inglés. Al principio no sabíamos ni qué ponía”, esboza el secretario de la Federación de Gremios de Editores de España, Antonio María Ávila. Una vez descodificado el anuncio, prefiere mostrarse “tranquilo, pero vigilante”. “Es un tema oscurantista. Las propuestas de una y otra parte, sobre todo la norteamericana, no son claras. En toda negociación comercial ya se sabe… hay que estar pendiente porque no sabemos qué nos van a intercambiar después”, dice. Pero Ávila quiere confiar y se apoya en el “reconocimiento expreso” de que el precio fijo se va a respetar. “Lo veremos en tres o cuatro años, cuando sea ratificado por los parlamentos pertinentes”.
Pedro de Andrés Romero, vicepresidente de CEDRO (Asociación gestora de los derechos de autor y de propiedad intelectual de los autores y editores españoles) reconoce que “existe un peligro”, pero que se está luchando para neutralizarlo: “Bastante dañado está ya el tejido librero para socavar la pluralidad cultural de esa manera”, resopla. CEGAL dice que hoy hay fiesta. Hasta las 22.00 h., jornada de puertas abiertas en todas las librerías del país y un 5% de descuento. Disfruten mientras lean.