Chuck Palahniuk inventa el orgasmo que dominará el mundo
El autor de 'El club de la lucha' vuelve a plantear el apocalipsis: esta vez con juguetes eróticos para el placer de la mujer.
28 abril, 2016 01:33Noticias relacionadas
- Panorama desolador en Palmira: la Unesco encuentra "destrucción" y "cabezas cortadas"
- El arte vence a la posguerra y el museo entra en la dictadura
- Los Max indultan a los titiriteros
- “Los toreros son psicópatas”, el arte se rebela contra los toros
- El Museo del Prado recupera la memoria (histórica)
- Sant Jordi no es sexy
C. Maxwell-Linus es un multimillonario que no quiere seguir ganando más dinero. ¿Está satisfecho? No, por supuesto. Ya sabemos que nunca es suficiente. Ha creado una gama de productos que revolucionará la sociedad, que independizará definitivamente a las mujeres del lastre del hombre, y por un precio al alcance de cualquiera. Los artículos Eres hermosa han sido diseñados desde la experiencia de este marqués de Sade actualizado, cuyo plan es dar un golpe mundial a golpe de orgasmo femenino. Se dedicarán 24/7 a darse placer, abandonarán sus carreras, sus familias, sus vidas y sólo querrán entrar en una ola de clímax infinito.
Apocalipsis sexual
Hace dos años Chuck Palahniuk publicó Eres hermosa, novela que en Norteamérica apareció con una contundente contraportada: “Mil millones de maridos serán reemplazados”. Ahora llega la versión en castellano publicada por Literatura Random House, cargada de polémica feminista y malestar narrativo.
Gracias a la oferta sexual de Eres Hermosa, Max ha implantado con éxito nanobots en un 98,7% de las mujeres adultas del mundo industrializado
Vuelve con el apocalipsis de El club de la lucha (1996), con otro disparate consumista a punto de estallar: “Las mujeres son los nuevos amos, pero ahora yo soy el amo de las mujeres”, dice Max. Gracias a la oferta sexual de Eres Hermosa ha implantado con éxito nanobots -qué movida- en un 98,7% de las mujeres adultas del mundo industrializado y ahora controla sus hábitos de consumo.
Nuevo feminismo
Si hace 20 años trazó la nueva masculinidad, ahora toca el nuevo feminismo (intervenido por el hombre). La protagonista es Penny Harrigan. Sí, Penny. “En la ciudad no había un solo gesto que no estuviera calculado para dominar. Hasta el último detalle del aspecto de una mujer era una demostración de estatus”. Penny quiere salir de las profundidades de Nebraska y dominar Nueva York. Quiere hacerse abogada y competir con los hombres en igualdad de condiciones, pero no quiere metas de segunda mano.
“¡Penny quería algo que fuera mucho más allá del feminismo en sí!”. Es decir, no sabe lo que quiere. Estudia Derecho y con 25 años lleva los cafés en un bufete donde conoce al hombre más rico del mundo, Max, que montará una relación con ella para utilizarla como cobaya de sus experimentos orgásmicos.
Sátiro social
Palahniuk es lo más político que puede engendrar la narrativa norteamericana. Un sátiro social que desborda humor y absurdo. Esta novela arranca con una violación delante de un juez, pero acaba en el más allá. La trama corre fuera de control, quizá demasiado evidente como para ser una de sus mejores sátiras.
Juega con los tópicos de la nueva literatura erótica, con el porno, con las series, con a adición al placer y el apego a los objetos de consumo
Juega con los tópicos de la nueva literatura erótica, con el porno, con las series, con la adición al placer y el apego a los objetos de consumo (Penny ama todo lo que no puede permitirse, aunque cuando la violan por segunda vez calza unos zapatos Jimmy Choo). También a las relaciones. Dibuja una sociedad que camina hacia el aislamiento (y el control), no hacia la soberanía. Lenguaje gráfico, escenas violentas y narración trepidante.
Experimento clímax
Nadie está libre de la corrupción que ha montado Max, ni siquiera la primera presidenta de los EEUU. Durante los 136 días que duró la relación, Penny se entregó a los experimentos para alcanzar “el Gran Clímax”. “Puede que en algún momento reflexionara sobre algún tema más importante, como por ejemplo las hambrunas del Sudán, pero entonces Maxwell le metía en el cuerpo algún producto nuevo y excitante sin que ella se diera cuenta, y Penny volvía a tener la mente en blanco”. El eslogan a pie de todos los anuncios de los productos Eres Hermosa (“Productos de ayuda íntima”) decía: “Mejor que el amor”.
Liberación sexual
Ya habrán entendido las intenciones de nuestro querido sátiro: el amor es una mierda, lo que importa es consumir. La excusa del capital, interpretado por Max, es que “durante demasiados años, las mujeres han estado excluidas del placer pleno que sus cuerpos les permitían”. Penny, “la muchacha de los perfectos genitales”, en el papel de la antisistema, la rebelde, la que resiste a la corrupción y que quiere un mundo mejor, no quiere la soledad, ni el abismo del aislamiento. Cree que la liberación prometida está en la comunidad.