"Estoy deseando convertirme en un capo de la droga", anunció Anita Thompson en su página de Facebook hace una semana. Las redes sociales se incendiaron, y los dispensarios de marihuana descolgaron los teléfonos. Luego, tuvo que matizar levemente estas palabras, consciente de que no es conveniente mofarse del Tío Sam, y señaló que se enmarcaban en un comentario irónico con el periódico local The Aspen Times y no "encajaban con su personalidad".
Anita Thompson es la viuda de Hunter S. Thompson, el apóstol de la literatura "gonzo" y quien se voló la cabeza en 2005 a los 67 años en su rancho de Owl Farm en las montañas de Colorado tras conversar con ella por teléfono. Thompson es autor de algunos de los reportajes periodísticos más memorables y fascinantes de EEUU como es el caso de Miedo y Asco en Las Vegas (1971) en el que relata un viaje por las carreteras del desierto de Nevada rumbo a la ciudad del juego con "el coche lleno de marihuana y la cabeza repleta de ácido".
Fusionó vida y literatura de una manera tan estrecha y excesiva que ambos contornos se difuminaron. Todo en primera persona. Sus frases, llenas de lisérgico lirismo, son lo más parecido al rock and roll que ha impregnado las páginas de un libro. Su año conviviendo con una banda de moteros en California se saldó con un gran libro Hell's Angels: la extraña y terrible saga de las bandas forajidas de motociclistas (1965), y una soberana paliza cuando descubrieron que estaba escribiendo y vendiendo sus historias.
Pues bien, una década después de su muerte, su viuda ha anunciado que comercializará varias de las seis cepas de marihuana que ha conservado del almacén personal del que fumaba el escritor en su rancho de Colorado. Todo ello en busca de la inmortalidad del espíritu de Hunter S. Thompson. "Odio recomendar drogas, alcohol, violencia o locura a nadie, pero a mí siempre me han funcionado", solía decir el autor de Los diarios del Ron (1999), una de sus escasas novelas, sobre su época como periodista deportivo en Puerto Rico.
Odio recomendar drogas, alcohol, violencia o locura a nadie, pero a mí siempre me han funcionado
Aunque siempre suspicaz y combativo con cualquier forma de gobierno, es probable que Hunter Thompson se hubiese mostrado orgulloso de que el estado donde vivió, escribió y crió pavos reales desde la década de 1960 fuese junto el primero en EEUU que legalizase el consumo de marihuana con fines recreativos en 2014. "La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado, y proclamar en voz alta: ¡Uf! ¡Vaya viajecito!", escribió.
Su viuda reconoce que la legalización en Colorado, impulsora del movimiento en EEUU que desde entonces ha extendido el consumo recreativo a siete otros estados del país (Oregón, Washington, Alaska, California, Massachusetts, Maine y Nevada), fue un punto de inflexión. "Siempre estaba dirigiendo la conversación hacia su trabajo y lejos de su modo de vida, pero ahora siento que puedo hablar más abiertamente de su modo de vida. Estoy orgullosa de hacerlo ahora. Antes, era un poco demasiado arriesgado", apuntó Anita Thompson, quien vive en Owl Farm donde gestiona una residencia de escritores y músicos y abrirá un museo en 2017.
Siempre estaba dirigiendo la conversación hacia su trabajo y lejos de su modo de vida, pero ahora siento que puedo hablar más abiertamente de su modo de vida. Estoy orgullosa de hacerlo ahora
Hasta el presidente estadounidense Barack Obama, conocido y reconocido consumidor de marihuana en sus años universitarios, ha apuntado que debería situarse en el mismo rango que el tabaco y el alcohol. La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre supone, sin embargo, un enorme interrogante sobre el futuro canábico de la primera economía mundial.
Si bien es cierto que los estadounidenses optaron por Trump como inquilino de la Casa Blanca en las urnas el pasado 8 de noviembre, también lo es que los votantes de California, Massachusetts, Nevada y Maine dieron luz verde a la legalización de la marihuana. En un futuro próximo, cuando se aplique la normativa, se podrán recorrer de manera ininterrumpida los 2.000 kilómetros de la costa oeste de EEUU, desde San Diego a Seattle con marihuana sin temor a un encontronazo con la policía. Ahora, además, se podrán hacer con bolsitas del "espíritu gonzo" y los libros de Hunter S. Thompson en los bolsillos. "Toda mi vida, mi corazón ha buscado algo que no puedo nombrar", apuntó en su relato sobre los Hell's Angels.