Los Trump no están dispuestos a pasar a la posteridad como una familia culta. Lo que les define es el éxito, caer y volver a levantarse, siempre haciendo dinero: una historia muy estadounidense. Por eso, no extraña que entre sus libros favoritos Donald Trump eligiera uno suyo: El arte de la negociación, una guía para triunfar en los negocios.
Tras ganar las elecciones, ya no lo cita, pero la Biblia sigue siendo para él el mejor de los libros que se ha escrito nunca. Ivanka, su hija mayor, la que se sienta en el despacho oval y departe con mandatarios, es judía por matrimonio, así que no cita el texto sagrado pero sí comparte con el Comandante en Jefe el gusto por los textos de oradores motivacionales, una variante elitista y vestida de lobo de Wall Street de los libros de autoayuda.
“Ve por el mundo con la cabeza alta”. “No siempre me tomo la vida en serio, pero todo lo que hago, lo hago en serio”. Estas son las frases sacadas de esos libros, de sus gurúes y de sus ídolos (artistas de Hollywood ya muertos o su progenitor) que se pueden leer en el muro de Facebook de Ivanka Trump, que tiene como autor de cabecera a Adam Grant, un joven profesor de la Wharton School, una de las escuelas de negocios más prestigiosas del mundo, que se dedica a dar clases y charlas motivacionales dirigidas a mejorar el bienestar de las personas y de rebote, sus ambiciones laborales o financieras.
“Subir de nivel”, “atreverse a avanzar”, “no tener miedo a triunfar” y “liberar tu fuerza interior” son las frases-mantra
También escribe libros sobre como criar niños “morales” y “creativos” y forma parte de un reducido club de instructores con éxito y fama que retratan documentales recientes como I am not your guru [No soy tu gurú] en el que se presenta con pocas aristas al número uno del negocio: Tony Robbins.
Una cinta menos amable es Enlighten us (Ilumínanos), dirigida por Jenny Carchman, en la que se narra la caída en desgracia (y vuelta a levantar) de James Arthur Ray, uno de los oradores que mejor mezcló la paz de espíritu con los logros financieros. En la cinta, queda claro que esas terapias no van dirigidas a usted, parado estadounidense o español de larga duración, sino a gente que puede pagar entre 300 y 9.000 dólares por una sesión o un fin de semana en el que prometen cambiarle la vida. “Subir de nivel”, “atreverse a avanzar”, “no tener miedo a triunfar” y “liberar tu fuerza interior” son las frases-mantra.
Sin referentes femeninos
Ese es el tipo de sentencia que emplea Ivanka en su muro de Facebook, que tampoco están dirigidas a usted, estibadora de Algeciras que quiere trabajar de lo suyo y aunque la ley la ampara, no la dejan. Las frases y libros que Ivanka recomienda en la web de su empresa, dedicada a ofrecer productos a la “mujer que trabaja”, van acompañadas de fotos en las que aparece con su vástago más pequeño en brazos mientras trabaja con el portátil o atiende una llamada desde la Casa Blanca.
Ella dice trabajar por la igualdad de las mujeres, pero no se sabe cuáles son sus referentes porque entre los diez oradores motivacionales más conocidos no hay nadie de su sexo y en la lista de lecturas que recomienda la primogénita de Trump, sólo una: Sheryl Sandberg. La directora de operaciones de Facebook y autora de Vayamos adelante (Conecta, 2013), un libro en el que exploraba los obstáculos que encuentran las mujeres para alcanzar puestos de poder, recibió muchas críticas por ignorar el punto de partida de la mayoría de mujeres en Estados Unidos y en el mundo.
“Si no lo consigues es porque no quieres”
Por ejemplo, no contar con niñeras, ser las cuidadores principales de enfermos y mayores y tener sueldos y trabajos más precarios. Entre líneas, como en todos los libros que mienta Trump, hay una frase que martillea: “Si no lo consigues es porque no quieres”.
Sandberg, sin embargo, reformuló su libro el día que se quedó viuda con sus cuatro hijos. Su situación económica era excelente, pero se dio cuenta de que las críticas recibidas por dar consejos y juzgar a otras desde la atalaya de un grupo privilegiado y minoritario tenían fundamento. Cogió su libro, lo retocó y ahora ultima otro que saldrá a la venta en abril, Option B. Lo firma al alimón con Adam Grant y gira en torno a otro de los conceptos favoritos de Ivanka: la resiliencia, una manera más sofisticada del dicho “hacer de la necesidad virtud”.
Negocio redondo
Y funciona: en EEUU el negocio de la autoayuda mueve 10.000 millones de dólares al año y además, se vende solo. “Porque de alguna manera, habla de la historia de Estados Unidos. Somos buscadores”, dice en Enlighten us el ex editor de la revista Time Nothan Thornburgh, que asegura que parte de su atractivo radica en que sus protagonistas son personas que han superado dificultades y se ponen como ejemplo.
Cita a Ken Follet como uno de sus favoritos porque le encanta la novela histórica
En entrevistas y posts de Ivanka también se cuelan a veces otro tipo de títulos. Ella se define como una gran lectora, siempre con un libro entre manos y cita a Ken Follet como uno de sus favoritos porque le encanta la novela histórica. También salen a relucir El jilguero, de Dona Tartt y La luz que no se ve, de Anthony Doerr, premio Pullitzer de ficción 2015 que narra una historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Son recomendaciones de compañeros de trabajo y no dice qué le parecen.
Aparece también El arte de la negociación, y cuando lee prensa y recomienda artículos a sus seguidores se decanta por artículos titulados “Cuatro formas de ser más resiliente”. También le gustan las historias de superación dignas de película, como la que aparece en su web sobre una inmigrante mexicana sin papeles que se convirtió en una empleada estrella de Goldman Sachs. Pero esa recomendación es de antes de que su padre jurara el cargo.