“Ya no se hace buen cine”, “en Hollywood sólo importa el dinero y no el talento”, “ya les vale de hacer secuelas y sagas”, “menuda americanada”… Tópicos que se escuchan cada vez que alguien va al cine. Tópicos que quiere derribar el periodista Pedro Vallín, que en su libro ¡Me cago en Godard! (Arpa Ediciones) da un golpe en la mesa y acaba con mantras y tópicos que han calado en la sociedad gracias a una crítica cinematográfica que peca de un clasismo cultural que hace sentir culpable a un espectador por disfrutar con los blockbusters en vez de con el último estreno de Haneke.
Vallín no se anda con chiquitas, y construye todo su ensayo en torno a dos tesis fundamentales. La primera es que el cine de Hollywood es emancipador y progresista en contra de lo que muchos piensan. Una defensa del cine industrial, de estudios, de la importancia de que el Episodio VIII de Star Wars acabe con un niño dickensiano usando la fuerza en vez de con sus héroes habituales. El narrador por encima del autor, y el cuento y los arquetipos por encima de relatos burgueses que sólo limpian un sentimiento de culpa occidental.
La segunda tesis va íntimamente relacionada. El cine de autor es ombliguista y burgués, ausente de un discurso político que cale en la sociedad. Una sociedad a la que, además, da la espalda excepto en casos como los de Ken Loach, uno de los autores a los que salva junto con Rohmer o Moretti. Un ensayo divertido, ágil y muy provocador con el que darle la vuelta a todos los tópicos del cine de autor y de Hollywood.
El libro llega justo cuando sale la portada de Cahiers du Cinema con el señor Godard en primer plano fumándose un puro enorme. No sé si le han dado el mejor argumento para reafirmar su tesis.
Es una casualidad feliz,pero es su casa en el fondo. Ese Godard, que ya desde hace años es más famoso por lo que dice que por lo que hace, representa una cosa nefasta, un amigo lo llama el ego ovni, que es confundirte a ti con el mundo. Pensar que tu vejez y tu decadencia es la vejez y decadencia de las cosas. Cada vez que este señor da una rueda de prensa hace admoniciones sobre el fin del cine, y no, tu tienes muchos años y está próximo tu fin, pero me parece irritante el señor mayor que riñe a los jóvenes.
La tesis es que Hollywood es más progresista y emancipador y el cine de autor es burgués y ombliguista, ¿por qué Godard es el ejemplo perfecto?.
Yo no iba a hacerlo girar en torno a Godard, el título es un poco una venganza, tengo un amigo fan de la Nouvelle Vague pero se le escapó esta blasfemia después de ver Indiana Jones 4, pero según construía el libro, que fuera una blasfemia o una salida de tono era lo parodiado, y creo que Godard puede ser un poco el resumen de lo que es el cine de autor, primero porque está en los orígenes del concepto y su trayectoria es casi una parodia de ese autor enfadado. Yo estoy muy de acuerdo con lo que dice Billy Wilder en el libro con Cameron Crowe, y dice algo así como que siempre he pensado que Godard es un diletante. Es muy caricaturesco, pero el libro casi no habla de cine de autor, es un elogio de Hollywood.
Yo adoro Al final de la escapada y Banda Aparte, no comparto devoción por otras y la segunda parte de su carrera es infumable y con una voluntad de sofisticación de la que carece
¿Cuánto de provocación tiene el libro, de llevar cada argumento hasta el extremo?
Hay voluntad de provocar,evidentemente y es que cuando uno quiere luchar contra un lugar común no puedes tomar medias tintas, pero no es un libro insincero, no he forzado mucho la máquina. Procuro en el libro no mencionar películas ni autores que a mí no me gusten mucho. Yo adoro Al final de la escapada y Banda Aparte, no comparto devoción por otras y la segunda parte de su carrera es infumable y con una voluntad de sofisticación de la que carece. No fuerzo la máquina porque el cabreo es real, porque me irrita ese esfuerzo elitista y de clase por sancionar los disfrutes de la gente, por que se sientan culpable de lo que les gusta y eso nace de la raíz judeo cristiana de todo, que si vas al cine y sufres te redimes de tus culpas de ciudadano occidental que tiene techo y comida, y eso me parece una aberración como los que entendemos la cultura como algo que ensancha y nos hace mejores.
Aunque no mencione muchos nombres de autores sí que hay un listado de burgueses ombliguistas, y en esa lista está Buñuel, que él mismo siempre se ha definido como burgués, pero que…
Tengo claro porque no me gusta Buñuel o proque no me gusta tanto como para ponerle en ese podium que se dice que es el mejor director español dela historia. Me gusta su etapa loca mexicana que rodaba casi tres películas al año,me gusta su enfoque del romanticismo decimonónico arrebatado y enloquecido, me encanta Los olvidados, casi todo… pero me separa de Buñuel lo que hace en Europa, me cuesta mucho sentir interés por algo como Viridiana porque cuando trata las convenciones del catolicismo lo hace desde la conciencia de pecado, no es una persona libre, si comparas eso con lo que hacía con la moral sexual y social Jean Renoir en los años 20 en Toni te quedas pasmado porque parece que Viridiana es 80 años anterior. Eso es lo que no me gusta. No le quito valor. Lo que pasa es que no he tenido una educación para sentirme concernido por esas historias que siento lejísimas.
Pero Viridiana es política, y también el contexto en el que llega y lo que ocurre después. Él es perseguido, vetado y obligan a quemar las copias.
No le niego su posición política porque es obvia en todo su cine, pero hay determinadas cosas de Buñuel, como Ese oscuro objeto del deseo o Belle de Jour que me parecen muy ensimismadas, pero no le niego posición política. Aunque sea desde la conciencia de pecado arremetió como un ariete contra las convenciones del nacional catolicismo. La más fina me parece El ángel exterminador.
¿Y La chinoise, de Godard?, porque tiene todos los tics estilísticos del director, pero es un manifiesto político.
No, no salvo La chinoise aunque me cueste la excomunión. Me parece todo tan hipócrita en Godard, que no sé si es de Truffaut o Godard, me imagino que del primero porque tiene autoironía, era algo a´si como que la Nouvelle Vague surge para romper el academicismo del cine francés, y dice “nosotros somos gente de derechas que hace cine de izquierdas y hemos venido a apartar a una generación de cineastas de izquierdas que hacían cine de derechas”. A lo mejor es apócrifa pero es maravillosa, y en Godard siempre está esa sobreactuación. Y hay un elitismo de decir aquí vengo yo a iluminaros.
Con la excepción del cine que tiene que ver con la acción exterior de EEUU, todo el cine de Hollywood es progresista
La gran tesis del libro es ese Hollywood como creador de discurso progresista aunque digan lo contrario, ¿por qué crees eso?
Este es el principal propósito del libro, no es menoscabar a los autores, que no hacen un cine singularmente progresista, pero si hay que generalizar es un cine más ensimismado, mientras que el producido con el modelo clásico, genuino del cine, que es el industrial, por su naturaleza, no puede emanciparse de su presente y de las tensiones de las sociedades para las que están escritas y eso ocurre aunque no se den cuenta los que escriben las películas. La industria se empapa de la sociedad, y el cine de hollywood es mejor termómetro de las sociedades contemporáneas que el cine de autor. En general Hollywood en concreto en su cine industrial ha provisto modelos emancipadores y progresistas por la propia naturaleza del país, porque América no es otra cosa que una democracia, antes en su historia no tiene nada que no sea una democracia liberal, algo que no ha pasado en ningún país de Europa, donde el poder se ha ido cediendo de arriba a abajo, y en EEUU es al contrario.
Esa naturaleza, ese radicalismo democrático se impregna en Hollywood en cosas tan obvias como que en sus arquetipos el plutócrata ha sido siempre el malo. Y de hecho no hay un cine reaccionario en EEUU y la gente dice que lo es, y puestos a generalizar lo que hay que decir es que no lo es, eso es lo que sostiene el libro. De hecho, diría que la única excepción es el cine que tiene que ver con la acción exterior de EEUU, que es un cine reaccionario en términos patrióticos, con la excepción de ese género, que además se rompió después de la Guerra de Vietnam, todo el cine de Hollywood es progresista.
Está claro que no es reaccionario, pero quizás es un progresismo muy limitado, pones como ejemplo el Macartismo como evidencia de que era una industria progresista, les atacan. Pero en ese momento la industria lo acepta, los productores expulsan a la gente.
Pero no es cierto, no aceptaron el mandato. La acción política de Hollywood era una acción del poder y como tal no cabe no aceptarla, hay comportamientos más o menos dignos, hay muchos productores que aceptaron la ofensiva y contrataron con otro nombre a los guionistas.
Pero no hay un desafío al poder, aceptaron todo y callaron hasta que Premminger y Kirk Douglas deciden poner rescatar a Dalton Trumbo.
Que un empresario no quiera desafiar a la Casa Blanca no lo convierte en un conservador.
Parece que todo lo que no sea la revolución del proletariado es de derechas y no es cierto. El liberalismo norteamericano no es marxista, son progres
Pero nadie de esa cadena hizo nada.
Yo creo que fue lo contrario, los delatores son más excepcionales que los que desafiaron, por eso Kazan fue un apestado. Se adaptaron a la situación.
Démosle la vuelta, imagine que en España llega Vox al poder y decide no contratar a todos los que hicieron la ceja con Zapatero y la industria lo acepta.
Si Vox tuviera 225 diputados lo aceptarían.
¿Y cómo lo veríamos?
Es que no ser un revolucionario no te convierte en un derechoso.
Pero entonces ese progresismo ya es dentro de unos límites muy cerrados.
Es que es pura izquierda americana, puro liberalismo americano. Parece que todo lo que no sea la revolución del proletariado es de derechas y no es cierto. El liberalismo norteamericano no es marxista, son progres y el colectivo que hace películas ha estado infectado de comunistas, y en todo caso da igual que tu aceptes unas condiciones más o menos de hostigamiento, la clave es lo que haces después, y la Caza de Brujas no modificó el sesgo del cine norteamericano. Que La Codorniz no se cerrara, que no se fueran fuera e intentaran salir y burlar la censura no la convierte en cómplice, más bien lo contrario, y con el Macartismo creo que igual.
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