Ahora que la vida nos arrancha la colcha, nos damos cuenta de que Ismael Serrano (Madrid, 1974) cumple veinte años en los escenarios. En 2017 vuelve con artillería nostálgica, temas inéditos y píldoras infantiles; atrás ha quedado el chaval de La memoria de los peces y Los paraísos desiertos. Pero el hombre férreo que ya es no se quita Vallecas en la boca, aún forja su médula espinal con conciencia de clase y menta al abuelo que luchó en el bando nacional y acabó votando a Izquierda Unida. Apuesta porque el cambio -especialmente, el mental, el moral- es posible, aunque los perros viejos se vistan con nuevo collar: "Ahora mueren en Siria los que morían en Vietnam", como editaba su Papá, cuéntame otra vez en su concierto con Aute y Silvio Rodríguez.
A pesar de que sus canciones tengan algo de despecho antiguo -o de himno romántico atemporal- uno lee que España boicotea la nueva película de Trueba y suena de fondo "ruido de patriotas que se envuelven en banderas". Sus mandamientos de bando vencido gastan dolorosa vigencia. Nunca le ha dado miedo que posicionarse políticamente sin paños calientes "en este país tan sectario" pueda afectar a su carrera, pero le gusta recordar que "la sabiduría que se le otorga al artista está sobrevalorada". Viste sudadera, fuma rápido y tamborilea el sello del dedo sobre la mesa. Sigue creyendo que bajo los adoquines está la playa.
¿En España el público sabe diferenciar entre arte e ideología?
El público en general asume que haya canciones que hablen de lo que nos pasa. Somos animales políticos, sociales. Distinguir, separar, es lo absurdo. El cantautor, además de escribir de amor -que es lo que más hay, desde Paco Ibáñez a Serrat-, tiene la necesidad de mirar afuera de uno mismo. Yo creo que vivimos un poco en una sociedad atomizada en la que establecer vínculos en muchos sentidos es muy difícil, y lo político apela a los vínculos, a lo que nos une. Hay cierta resistencia. Es una sociedad en la que todo se ha desideologizado. Y además creo que es intencionado. Cuando se habla de ciertas medidas políticas que se toman en torno a la crisis, se intenta quitarle el componente ideológico que tienen.
¿Como por ejemplo?
Cuando se habla de los recortes, se habla como si fuera una cuestión ineludible, inapelable, como si esto tuviese que ser así. De la crisis se habla como si fuese un tsunami, un huracán, un terremoto, es decir, no hay responsabilidades políticas. Es que tenía que ocurrir. ¡Ha ocurrido!
"Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades"...
Por ejemplo. Se nos responsabiliza a todos los demás y se elude un poco el hecho de que la crisis es consecuencia de un modelo político. Y ese empeño por desideologizarlo todo, y ese empeño por señalar a quien le da un carácter ideológico a sus pretensiones artísticas es intencionado. Es una forma de criminalizar, estigmatizar, ridiculizar y caricaturizar las alternativas políticas que existen. "Los recortes vienen de Bruselas", "No vamos a poder tener pensiones para todos, en insostenible"... no. La insostenibilidad del Estado del Bienestar tiene una clave ideológica muy clara. Es apostar por la privatización y que cada uno se busque la vida como pueda.
Ese escapismo permanente... en la música, me pregunto muchas veces dónde están los músicos. Cómo los músicos no somos capaces de acompañar el relato que está ocurriendo. Están ocurriendo muchas cosas nuevas y los músicos estamos como mirando hacia otro lado, y eso me sorprende. Y por supuesto que hay gente que desde el hip hop, desde la canción de autor, desde el rock...
En realidad, sólo hablan abiertamente de política algunos sectores del rap y pocos en la canción de autor, como Nacho Vegas.
Claro, pero por lo general, y sobre todo si hablas del mainstream... hay como un pudor, un cierto ombliguismo. Yo una vez creo que le escuché a Iván Ferreiro decir que en este país no nos da ningún pudor hacer confesiones muy íntimas sobre lo sentimental o lo sexual, y sí nos da un pudor terrible y tenemos casi que pedir perdón por expresarnos políticamente. Eso es un prejuicio absurdo y que tiene que ver con la Transición, que impuso un silencio. Pero se está superando. Tanto que ahora mucha gente que viene del pop, del pop que suena en las radiofórmulas, de repente hace canciones que sí tienen que ver con la realidad. Algunas abstractas...
¿En quién estás pensando cuando dices eso?
Hablo de Vetusta Morla, de Amaral y de otros tantos grupos que de repente le cantan a la realidad. Y es gente que luego en su discurso personal, cuando les hacen entrevistas, están claramente ideologizados. No hablo de partidismo, sino de ideología. Está ahí y la llevan tímidamente a sus canciones. Y eso es generalizado, esa necesidad de participar, de decir algo, de acompañar, de cantar a lo que realmente nos sucede.
Decías que los músicos no están acompañando el relato que estamos viviendo. Esta semana, Dani Rovira ha dicho que en la gala de los Goya no va a haber menciones políticas. No va a haber ninguna alusión al IVA cultural, ninguna alusión a Méndez de Vigo... ¿el cine español ha dado un paso atrás, teniendo en cuenta el reciente speech de Meryl Streep? ¿Por qué aquí no?
Pues me sorprende, porque finalmente, si el cine no habla de lo que pasa en la calle, si la música no habla de lo que pasa en la calle, ¿de qué está hablando? No entiendo muy bien a qué responde eso. Si responde al hecho de agradar a las instituciones, si responde al hecho de agradar a todo el público... tenemos la idea de que expresarnos políticamente puede ofender, y yo no entiendo dónde está la ofensa.
Acaba de publicarse un libro que se llama De la hegemonía a la autodestrucción. El Partido Comunista de España. Es un ensayo firmado por dos historiadores que cuenta la vida útil del PCE y resultaba llamativo cuántas similitudes presenta con Podemos. ¿Qué tiene que aprender Pablo Iglesias del Partido Comunista?
Yo creo que la contribución del PCE a la democracia es innegable. Hay mucho que aprender de las cosas positivas -de la entrega, de la hora de conseguir derechos, de conseguir que se desarrolle democráticamente este país en muchos aspectos...- y hay que aprender también de sus errores. Errores que tienen que ver con luchas internas, con una desconexión...
Con un liderazgo muy fuerte...
Sí, con un verticalismo, con un sectarismo. Y esa incapacidad para evolucionar y conectar con la gente. Es así de claro. Se han enrocado en una retórica, en una dialéctica que no conecta con las clases populares. No se han sentido identificadas. Un discurso de clase muy cerrado que de alguna manera culpabilizaba al trabajador por quién nos gobernaba. Esa tendencia al sermón y a la bronca, de señalar al trabajador como culpable, por no movilizarse lo suficiente, por no votar a quien debe, por no hacer lo suficiente... por no tener conciencia de clase. De eso hay que aprender: no se debe volver a esos errores.
Y en cuanto al liderazgo, ¿crees que a Podemos le iría mejor sin Pablo Iglesias?
No. Creo que no.
O sea, que eres más Pablista que Errejonista.
No. Yo creo que ambas personas son indispensables. Ambas corrientes son indispensables. La contribución que hace Iglesias de apelar a la movilización social, a que Podemos sea un movimiento ciudadano, popular... el reconocimiento a la lucha obrera, el conectar con ese legado, el discurso de agitación permanente me parece necesario. Pero también es necesario entender que hay que renovar el lenguaje, que hay que trabajar en las instituciones. Hay que buscar un equilibrio.
¿Es compatible?
Absolutamente. Hasta ahora lo era. Estos desencuentros son normales, es una formación política nueva, prácticamente, que de repente asume la responsabilidad del gobierno en algunas ciudades. Los conflictos son naturales en una formación que se está definiendo estratégicamente a la hora de conectar con la gente. A mí me parece positivo debatir, aunque es verdad que el nivel de discusión ha llegado a un punto en el que parece algo más personal que ideológico. Por una cuestión de formas. Eso genera cansancio en la gente y acaba desgastando a la organización. La gente siente "no están hablando de mis problemas, están hablando de los suyos". Yo no puedo entender Podemos sin Pablo Iglesias pero tampoco sin Iñigo Errejón.
¿Crees que es imposible que Errejón acabe siendo un buen líder del PSOE?
Esa invitación es una estrategia clara.
Él lo llamó "manzana envenenada".
Claramente. Es una estrategia interesada. No se piensa en Iñigo Errejón cuando se dice eso, fundamentalmente se piensa en marcar diferencias entre Iglesias y Errejón que no son reales.
¿Por qué la Fiscalía en 2017 pide cárcel para una estudiante de Historia por hacer chistes de Carrero Blanco?
Porque vivimos en un retroceso claro en cuanto a libertades y derechos. El ejemplo más claro es la Ley Mordaza, y otro ejemplo es este tipo de actitudes por parte de ciertos fiscales. En los últimos años ha habido más juicios por enaltecimiento de ETA que cuando ETA mataba y estaba en activo. Tiene que ver con un empeño por modular el discurso, el lenguaje de la gente.
¿Y por qué la Fiscalía defiende a la mano derecha de un dictador, ya muerto, en vez de pensar en cómo puede afectar a la vida de una joven estudiante el tener antecedentes penales?
Primero es eso. Es una pérdida de recursos y de tiempo absurda. No sé hasta qué punto se está prevaricando. Esto es impensable que ocurra en Alemania o en Italia, en países que han vivido dictaduras similares. Esto está superadísimo.
En realidad, a propósito de lo que decías, por lo que condenan a la chica no es por enaltecimiento del terrorismo, es por humillación a las víctimas del terrorismo.
Ya, ya. Si hasta su nieta ha dicho que no se siente ofendida. Es que son más papistas que el Papa. Irene Villa también dijo que no se sentía ofendida con los tuits de Zapata. Además, lo de Carrero Blanco, que es una figura histórica ligada al franquismo. Es como si tuvieran que defender las instituciones franquistas. Su continuidad.... hay aquí una defensa de su honor. Y tiene que ver con los concejales del Partido Popular recibiendo el homenaje de la Fundación Francisco Franco y sintiéndose orgullosos de ese legado y reivindicándolo.
¿Carrero Blanco es una víctima de ETA según el concepto que tenemos hoy?
No, evidentemente el concepto que tenemos hoy de víctima de ETA es otro. El momento histórico que se vivía era una dictadura. No contextualizar la figura de Carrero Blanco lo que hace es darle una continuidad. Es una forma de legitimar la dictadura, un proceso político absolutamente reprobable. Lo que es absurdo es que a esta chica le metan un juicio y Billy El Niño esté en la calle. Esa asimetría es reveladora.
¿Reveladora de...?
De gente que se siente deudora ideológicamente del franquismo.
No es "gente", porque la Fiscalía es una y actúa en bloque. No es "un" fiscal que actúa de una manera, es un criterio unánime. Una organización piramidal a las órdenes del Fiscal General del Estado, elegido a dedo por el gobierno.
A ver, es que la judicatura de este país no sé si vivió su Transición. Y probablemente sea una de las instituciones donde la Transición pasó de puntillas.
¿Por qué?
Porque así como en política, la derecha más franquista moderó su lenguaje y se adornó de alguna manera, la judicatura que para nada. Las cosas que se escuchan... así como los políticos son vigilados y controlados, hay un sector de la judicatura más que conservador, reaccionario y ultraderechista brutal. Las cosas que se dicen en torno a la violencia de género de algunos jueces... es que a los titiriteros les tuvieron en la cárcel en prisión preventiva, les aplicaron una ley que no les correspondía. Dos chavales que hacían de títeres. ¿Qué sentido tiene? Esa desproporcionalidad... los jueces tienen que ser justos, equitativos y proporcionales, y no lo están siendo.
Decías en Ya ves "si el día de mañana cae La Habana, ¿quién será nuestro dueño?". ¿Qué ha perdido la izquierda con la muerte de Fidel Castro? ¿Tú has sentido su muerte?
Yo sí, sentimentalmente sí, aunque hay cosas que me alejaban también de lo que pasaba en Cuba. ¿Qué ha perdido la izquierda? Bueno, yo creo que Fidel Castro es una figura que tiene sus luces y sus sombras, y ha perdido sus luces, las luces de un proceso revolucionario contra una dictadura en Latinoamérica que permitió al pueblo de Cuba emanciparse y desarrollarse socialmente cambiando el paradigma, mostrando que se puede enfrentarse a la injerencia permanente de EEUU, haciendo una contribución clara a todos los procesos emancipadores de toda Latinoamérica. Pero yo creo que también ha sido rehén Fidel Castro de nuestras propias ilusiones. Yo no sé hasta qué punto hemos depositado tantas esperanzas... lo hemos convertido en un símbolo y lo hemos congelado en el tiempo. No queríamos que cambiara. Y evidentemente las cosas tienen que cambiar en Cuba.
Porque Cuba es una gerontocracia, entre otras cosas. No puede haber que no haya habido un recambio ni se haya evolucionado en muchísimas cosas. No hace mucho, leía a alguien que decía que en Cuba hay muchos problemas, y una parte se debe al bloqueo y otra parte al enquilosamiento de un régimen, el problema es saber atribuir a qué parte corresponde cada problema, no siempre se tiene claro.
Y respondiendo a tu pregunta, ¿quién será nuestro dueño? ¿Trump?
Eso me pregunto yo, no lo sé. La Habana no se ha caído. El futuro de Cuba lo van a determinar los cubanos y son ellos los que lo tienen que decidir. O sea... las bases de la revolución son muy sólidas, lo suficiente para dejar de tratar a los cubanos como si fuesen críos, no solamente nosotros, desde este lado del océano, sino también sus propios dirigentes. Deberian dejarles hablar. Quien ha estado en Cuba sabe que la situación no es ideal, no es la Cuba soñada.
Parece que la izquierda purista no permite que nadie critique a Fidel Castro.
Eso es lo absurdo. Sí, pero eso ocurre con figuras icónicas como Chávez, como Fidel Castro... crees que haciendo una crítica desde la izquierda te vas a poner del lado de la derecha más tramontana, de la derecha de Miami, de la ultraderecha. Y no, también hay que hacer crítica desde la izquierda.