Hace casi un año seis personas resultaban heridas en un accidente de tráfico, tras un choque entre una furgoneta y un turismo en la carretera N-322, en el kilómetro 168 de la localidad jienense de Úbeda. En uno de los vehículos viajaban los integrantes del grupo indie Supersubmarina. En el otro, un panadero. Los músicos fueron hospitalizados con pronóstico grave.
Ayer jueves la banda compartió en Facebook las buenas noticias de su recuperación: “Hola. Somos Supersubmarina y estamos aquí”. Los componentes de la banda viajaron a Madrid para “celebrar la vida” con amigos. “Estamos muy muy contentos”. El mensaje compartido reconoce los ánimos que han recibido a lo largo de este año de recuperación: “Queremos agradeceros infinitamente cada mensaje, cada palabra y cada gesto que habéis tenido de apoyo hacia nosotros. No podemos estar más agradecidos”.
Tras el accidente in itinere volvieron a cuestionarse las lamentables condiciones en las que trabajan los músicos españoles durante el verano, con giras que ponen en peligro la vida de los trabajadores culturales. No era el primer caso de un accidente de tráfico grave por desplazamiento laboral. Nino Bravo murió en 1973 (en trayecto Madrid y Valencia); Cecilia regresaba a Madrid desde Galicia; Eduardo Benavente, de Parálisis Permanente, murió con apenas 20 años; Tino Casal falleció en el momento álgido de su carrera.
Las malas noticias sobre Supersubmarina destaparon la solidaridad y la denuncia por las condiciones de desamparo con las que trabajan las bandas españolas. La Unión Estatal de Sindicatos de Músicos, Intérpretes y Compositoras declaraba: “Sólo nos llevamos las manos a la cabeza con casos como el de Viola Beach [banda británica cuyos cuatro integrantes murieron cuando regresaban de un concierto en Suecia] o ahora el accidente de Supersubmarina”.
Hay un alto riesgo para los músicos que se desplazan de plaza a plaza diariamente, porque cualquier incidente en el desplazamiento es responsabilidad suya. Quedan eximidos el festival o la sala correspondiente, a pesar de que estos trabajadores realizan ese viaje para actuar en el evento en que han sido contratados. De hecho, este periódico informó en su momento de las malas prácticas de algunos festivales, que no ofrecen alojamiento tras el concierto. Esta circunstancia aumenta el riesgo del viaje, debido a la falta de descanso. Viajar por la noche tras un concierto es la peor opción de todas, como se ha podido comprobar.
Supersubmarina se fotografió en las calles de Madrid para anunciar el buen camino que mantiene su rehabilitación: “Queremos deciros que seguimos avanzando, que estamos mucho mejor y que nuestro proceso de recuperación continúa. Muchos Besos Bichos!!!! SS”.