Las actrices de Hollywood no están solas. Aunque la industria del cine es la que ha concentrado más titulares tras destapar los acosos y abusos de Harvey Weinstein y otras estrellas, el resto de sectores se han unido a la reivindicación y han convertido cada acto en una manifestación feminista para pedir igualdad de salario, de derechos, y el fin de los abusos de poder.
Ayer fue la música la que usó sus premios anuales, los Grammy, para ello. Pero además del feminismo, hubo muchos más temas por los que protestar. Desde la alfombra roja hasta la última actuación de la noche, la gala se convirtió en la más política que se recuerda en los últimos años, a pesar de que su presentador, James Corden, esté especializado en un humor blanco e inofensivo. Estos fueron los momentos más activistas de los Grammy que coronaron a Bruno Mars como el artista del momento con seis premios.
Flores blancas contra el acoso
Si en la alfombra roja de los Globos de Oro fueron los vestidos negros, aquí han sido las flores blancas las que han servido para protestar contra el acoso y para apoyar al movimiento #MeToo. Por primera vez a las cantantes no se les ha preguntado por su vestido o por el diseñador, sino por la igualdad salaria o los abusos en la industria.
La idea surgió hace unos días y vino promovida por dos ejecutivas de la industria discográfica que vieron que no había nada organizado como forma de protesta para los Grammy. Allí todas las estrellas han alzado la voz en contra del machismo que, como en todas las industrias, hay en la música.
Camila Cabello y el orgullo de la inmigrante
La estrella de moda, Camila Cabello, utilizó sus minutos en el escenario para criticar la política migratoria de Donald Trump e hizo un discurso en el que sacó su orgullo de inmigrante nacida en la Habana y con raíces mexicanas. “Esta noche, en esta sala llena de soñadores, recordamos que este país fue construido por soñadores y para soñadores que perseguían el sueño americano. Estoy aquí en este escenario esta noche porque al igual que los soñadores, mis padres me trajeron a este país sin nada en el bolsillo, sólo con esperanza, y me enseñaron lo que significa tener que trabajar el doble y nunca rendirse”, dijo.
Esta noche, en esta sala llena de soñadores, recordamos que este país fue construido por soñadores y para soñadores que perseguían el sueño americano
“Soy una orgullosa inmigrante cubano-mexicana, nacida en el este de La Habana, de pie frente a ustedes, en la ciudad de Nueva York y todo lo que sé es que, al igual que los sueños, estos niños no pueden ser olvidados y vale la pena luchar por ello”, acabó diciendo Cabello, que también presentó una de las actuaciones más emotivas de la noche.
El regreso de Kesha
En 2010 una joven británica reventó las pistas con Tik Tok. Hasta Los Simpson cambiaron la canción de su introducción para rendirse a Kesha. Tras un par de discos la cantante se retiraba e iniciaba una carrera legal contra su productor Dr. Luke, al que acusaba de abusos sexuales.
Este año Kesha ha vuelto a los escenarios con un disco reivindicativo en el que cuenta el infierno por el que ha pasado y los Grammy han reservado un espacio especial para ella. Acompañada de Camila Cabello entre otras, y presentada por Janelle Monae, la cantante ha cantado Praying.
“Decimos que el tiempo de la igualdad salarial ha llegado, que el tiempo de cualquier tipo de acoso ha terminado. Y esto no ocurre sólo en Hollywood o en Washington, también ocurre en nuestra industria. Tenemos el poder de deshacer la cultura que no hace ningún bien. Así que trabajemos juntos, hombres y mujeres, como una industria musical unida y comprometida en crear entornos de trabajos seguros e igualdad de oportunidades y salario para las mujeres”, dijo Monae.
Hillary ataca a Trump
Uno de los gags más celebrados de la noche fue en el que todo el mundo se río de Donald Trump leyendo algunas líneas de Fuego y Furia, el libro que ha escrito Michael Wolff y en el que desvela las interioridades de un presidente que no quería serlo. John Legend, Cher, Snoop Dogg, Cardi B y DJ Khaled,salieron en pantalla antes de dar paso a alguien que se tapaba la cara con el libro y leía el siguiente fragmento:
"Tenía mucho miedo de ser envenenado. Es una de las razones por las que le gustaba comer en McDonald's. Nadie sabía con anticipación que él vendría y sabía que la comida estaba preparada anteriormente de manera segura". La misteriosa mujer resultó ser una Hillary Clinton que se prestó para el dardo que los Grammy tenían reservado al republicano.
No a las armas
Los premios de Country no son los más populares de la gala, pero esta vez se tornaron en unos de los más reivindicativos de la noche, ya que Brothers Osbourne, Eric Church y Maren Morris subieron al escenario para cantar una canción en honor a las víctimas del tiroteo ocurrido en el Festival de la Cosecha en Las Vegas y del atentado durante el concierto de Ariana Grande en Manchester.
Cierre de fiesta
El rapero Logic cantó junto a Alessia Cara y Khalid en la actuación final de la noche. La canción escogida fue 1-800-273-8255, cuya letra habla del suicidio, pero el cantante también cogió el micrófono para cerrar hablando de nuevo del #MeToo y del movimiento Time’s Up: “Ponte de pie y aplasta a todos los depredadores bajo el peso de tu corazón que está lleno del amor que nunca te quitarán”, dijo frente a una multitud rendida a sus pies.