La de este domingo en los European Music Awards (EMAs) ha sido otra noche de triunfo inusitado para la música española en los fueros de MTV gracias a Rosalía, no solo por hacerse con un nuevo galardón de la cadena, sino por grabar a fuego otra actuación icónica en una gala global rendida al talento femenino.
"Este premio es para mis hermanos El Guincho y J Balvin; estoy muy agradecida y me siento muy afortunada por poder hacer música con la gente a la que considero familia", ha señalado al recoger su trofeo a mejor colaboración por "Con altura" junto al productor canario y en ausencia de su "partenaire" colombiano.
Ha sido unos meses después de hacer historia en los Video Music Award (VMA) de MTV al otro lado del Atlántico, cuando consiguió la mejor coreografía y el mejor vídeo latino por este mismo tema, solo que este domingo la catalana jugaba en casa en el Palacio de Exposiciones y Congresos FIBES de Sevilla.
Aquí los EMAs 2019 han sido en general una exaltación del talento musical femenino, no solo por su preeminencia en las actuaciones, sino también por el resultado de las votaciones de los seguidores de la cadena, que les han concedido a ellas los premios más golosos. La gran ganadora ha sido la jovencísima Billie Eilish, que sale coronada como la gran estrella del momento al llevarse los premios de mejor canción por "bad guy" y artista revelación.
Además de para Rosalía, ha sido una velada propicia para el carácter camaleónico de Halsey (mejor artista pop y mejor look), para Nicki Minaj (artista hip hop), FKA Twiggs (estilo alternativo) y Ava Max (mejor "push" o apuesta por un artista emergente de MTV). También para Lola Índigo (mejor artista española) y, cómo no, para Taylor Swift.
Su retorno al pop colorido le ha deparado los galardones a mejor artista estadounidense y, sobre todo, el de mejor vídeo por "Me!", junto a Brendon Urie, una sorpresa, pues luchaba frente a producciones fuertes como los citados "bad guy" y "Con altura" o "thank you, next", de Ariana Grande.
Ante decisiones condicionadas por la capacidad de movilización de los "fanbase" y no por el juicio crítico de un jurado profesional, esta diva del r&b ha sido la gran perdedora al no materializar ninguna de sus siete nominaciones.
Las categorías en las que sus compañeros sí han rascado premio han sido las de mejor artista (Shawn Mendes), mejor artista rock (Green Day), mejor concierto del programa "World stage" (para Muse, por su último concierto en Bilbao), mejor artista de electrónica (Martin Garrix) y por el mejor directo y los mejores fans (para los surcoreanos BTS).
Asimismo, el inédito galardón "Rock Icon" ha ido a manos del que fuera voz y verbo deslenguado de Oasis, Liam Gallagher.
Otro hombre, el futbolista Cristiano Ronaldo, ha acaparado los flashes previos al evento con su inesperada aparición con un traje igual de encarnado que la alfombra por la que ha desfilado del brazo de su pareja, la modelo Georgina Rodríguez, presentadora de uno de los galardones.
En un escenario articulado como una pasarela de moda de extremo a extremo y con la intensidad cromática de los azulejos sevillanos, Dua Lipa ha sido la encargada de abrir fuego con una espectacular puesta en escena, rodeada de una treintena de bailarinas de amarillo entre las que ella, paradójicamente de negro, ha brillado con su contagioso y novísimo tema, "Don't start now".
La gala, con arranque bilingüe por primera vez gracias al trabajo de la estadounidense de origen mexicano Becky G como conductora, ha contado con otros momentos curiosos, como el teléfono gigante de Mabel, la hija de Neneh Cherry nacida en España, que ha dejado el altavoz comunicando con el pop preñado de r&b de "Don't Call Me Up".
También el irlandés Niall Horan se ha descolgado, pero del estilo practicado en sus tiempos con One Direction, para acercarse más al rock británico vacilón de Miles Kane con "Nice To Meet Ya", mientras con voz sólida Halsey ha pegado brincos con "Graveyard" sobre un simulado prado en llamas.
Prender, ha prendido sobre todo el medidor de aplausos cada vez que se ha pronunciado el nombre de Rosalía y ella, lejos de desperdiciar su paso por la sede de la Bienal de Flamenco, se ha reivindicado con la racial "Di mi nombre" y un colosal tablao erigido sobre una montaña de sillas de mimbre y el arte de decenas de cantaoras y bailaoras.
Pocos acentos más se le han podido poner después a una ceremonia que ha contado con el pellizco punk de Green Day en la actuación grabada en la monumental Plaza de España de Sevilla, así como con el vozarrón de Ava Max, el carnaval de Akon y Becky G, el pop surcoreano de NCT 127 y con el incorregible Gallagher.