Del cementerio de perros al costurero de una emperatriz: 8 secretos del Palacio de Liria
- Fernando Fitz-James, futuro duque de Alba y Sofía Palazuelo se casan este sábado en la residencia neoclásica. ¿Qué más misterios alberga?
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El Palacio de Liria vuelve a vestirse de gala. Este sábado 6 de octubre se celebra en el céntrico edificio neoclásico de Madrid la boda del futuro XXX duque de Alba, Fernando Fitz-James, con Sofía Palazuelo. Los 3.500 metros cuadrados del palacio, distribuidos en 200 habitaciones, ocultan obras de arte de un altísimo valor histórico, vestigios de la Guerra Civil y alguna que otra muerte. ¿Cuáles son los grandes secretos del recinto que alberga una de las mayores reuniones de la alta sociedad española en mucho tiempo?
Trozos de carne
¿Por qué el Palacio de Liria está emplazado en pleno centro de Madrid, a un salto de la Plaza de España? El III duque de Berwick y Liria encargó al arquitecto Louis Guilbert un palacio al estilo parisino en la capital, pero no podía ser un lugar cualquiera, sino el más "saludable" de la ciudad. Aunque los trabajos que comenzaron en 1767 fueron terminados en 1785 por Ventura Rodríguez, Guibert, antes de iniciar las obras, repartió trozos de carne por el barrio de los Afligidos, como se le conocía en la época, y dejó pasar varias semanas para descubrir cómo evolucionaban. Y el que menos se había alterado fue el colocado en la calle Princesa. Así, con un un vulgar cacho de carne, se decidió dónde levantar el Palacio de Liria.
El costurero y la muerte de Eugenia de Montijo
Eugenia de Montijo, condesa de Teba y emperatriz de Francia, frecuentaba de forma habitual el Palacio de Liria invitada por su hermana María Francisca de Sales, Paca, casada con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia, XV duque de Alba. La huella de Eugenia de Montijo, mujer de Napoleón III, pervive en la residencia madrileña en forma de pequeño costurero. También su alma puede que vague por alguna de las estancias, ya que la muerte le sorprendió en este palacio en una tarde de verano de 1920. Falleció a causa de un ataque de uremia.
Los bombardeos de la Legión Condor
El Palacio de Liria fue uno de los miles de edificios de Madrid que sufrieron los efectos de las bombas durante la Guerra Civil. A finales de 1936, los aviones nazis de la Legión Cóndor bombardearon intensamente la zona en la que está emplazado el palacio, quedando tan solo en pie las cuatro fachadas. Y en ruinas permaneció hasta que Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, XVII duque de Alba, encargó su rehabilitación al arquitecto inglés Edwin Luyttens.
Las obras de arte salvadas por los comunistas
Durante la Guerra Civil, la residencia madrileña se convirtió en un amasijo de escombros, pero por suerte sus obras de arte lograron sacarse a tiempo, antes de que impactasen las bombas. En Valencia, la capital de la España republicana, el Gobierno realizó una muestra de las posesiones de los duques de Alba. "Exposición de obras de arte salvadas de la barbarie fascista por el Partido Comunista, y entregadas por éste al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes", podía leerse en los folletos.
Goya, el retrato de la duquesa y el amor
¿Mantuvieron Francisco de Goya y la XIII duquesa de Alba, María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, un escarceo amoroso? El pintor y la modelo han sido relacionados sentimentalmente tanto por los rumores del pueblo como por la historiografía. Incluso el cine también los ha representado como amantes. Sin embargo, todo es una leyenda urbana, un mito. O al menos eso es lo que hay que creer si nos fiamos de la investigación llevada a cabo hace unos años por Manuela Mena, jefa de conservación de la pintura de Goya del Museo del Prado, en colaboración con Gudrun Mühle-Maurer. El retrato está colgado en el salón del palacio que lleva el nombre de la duquesa.
Entre la colección de pintura de la Casa de Alba también se encuentran obras de Tiziano, Murillo, El Greco o Rubens.
El cementerio canino
El jardín del Palacio de Liria es también un lugar para el recuerdo. Muchos de los perros de los duques de Alba han sido enterrados en pequeños ataúdes de piedra y colocados en fila india en un panteón canino. La tumba de cada animal está tallada con el nombre, la fecha de defunción y una leyenda en la que se detallan varios aspectos de su personalidad. Drin, el "guapetón - llorón", o Jolly, "oli from de voley", son algunos de los canes que descansan ahí.
Las reliquias históricas de la biblioteca
9.000 volúmenes se conservan en la biblioteca, de paredes verdes, y en la que existen tres grandes vitrinas. La primera alberga la Biblia de la Casa de Alba, una traducción castellana de principios del siglo XV, encargada por el maestre de Calatrava Luis de Guzmán a un sabio judío y que tiene el valor añadido de haber estado durante un tiempo en poder de la Inquisición. También conserva dos magníficos portulanos del siglo XVI, de Vaz Dourado y de Joan Martínez de Mesina.
En la Vitirna Colón se exhiben algunos autógrafos del almirante y otros documentos relacionados con el descubrimiento y la conquista de América, como el mapa de la Española o la lista de marineros que acompañaron a Colón en su primer viaje, además de cartas, memoriales, recibos o informes. La Vitrina Estuardo conserva documentos relacionados con la historia familiar de los duques de Berwick, entre ellos el privilegio de concesión del ducado de Liria y Xérica, otorgado en 1707 por Felipe V.
El testamento de Fernando el Católico
Cartas de los reyes españoles, documentos pontificios, manuscritos literarios... En total, el archivo de la Casa de Alba se compone de 474 cajas y unas 50.000 piezas documentales. El más antiguo de data de 1026 y el más reciente de principios del siglo XX. En este depósito se conserva el último testamento de Fernando el Católico.