El destino del dolmen de Guadalperal vuelve a estar sumergido. A pesar de la subida del agua embalsada en el pantano de Valdecañas (Cáceres) que se ha registrado durante los últimos días y que ya amenaza al monumento megalítico de más de 4.000 años de vida, tanto desde el Gobierno como la Junta de Extremadura se ha optado por abordar la coyuntura con calma a pesar de las voces de alarma. Según han informado en una nota de prensa ambas Administraciones, sus expertos han concluido que "el traslado del conjunto megalítico en este momento supondría una pérdida irreversible del contexto histórico-arqueológico del sitio".
Esta versión choca con un reciente estudio geológico realizado por la Asociación Geológica de Extremadura en el que se recomendaba situar el dolmen en una cota superior al máximo del embalse debido al preocupante grado de erosión de las piedras. En concreto, 55 de los menhires de granito presentan un alto estado de alteración y "una probabilidad muy alta de pérdida" a causa de los efectos provocados por el agua. Desde la Asociación Raíces de Peraleda también han reclamado con insistencia el rescate del Stonehenge español, que contiene lo que podría ser uno de los mapas realistas más antiguos del mundo.
Pese a esto, el El Ministerio de Cultura y Deporte, el Ministerio para la Transición Ecológica y la Junta de Extremadura han decidido constituir un grupo de trabajo "cuyo cometido es el diseño, dirección y seguimiento del Plan de acción que permitirá la recuperación del dolmen de Guadalperal", situado en el término municipal de El Gordo (Cáceres), al lado de Peraleda de la Mata.
En el comunicado se reconoce "el valor histórico del enclave y la excepcionalidad del conjunto", pero no se avanza una rápida actuación, sino dos fases diferentes. La primera, ya iniciada, que consiste en la documentación exhaustiva del yacimiento y su estado de preservación -los técnicos del Instituto de Patrimonio Cultural de España visitaron el dolmen entre los días 3 y 10 de septiembre para tomar muestras de los ortostatos y escáneres en 3D para disponer de una planimetría actual de máxima precisión-.
Esta fase también incluye "actuaciones de emergencia" que contemplan "prospecciones intensivas" y trabajos de documentación y conservación básica del yacimiento, como protegerlo con sacos de arena, estabilizar y consolidar las piedras más desplomadas o balizar la zona.
En la segunda etapa del proyecto, que no se detalla cuando arrancará, con lo que con toda probabilidad los menhires vuelvan a quedar sumergidos, "se promoverá un programa integral de recuperación y puesta en valor del sitio, con el desarrollo de proyectos de investigación aplicada, que incluirán análisis de riesgo y de conservación del yacimiento y de su contexto arqueológico y territorial".
Al mismo tiempo, Gobierno y Junta aseguran que están llevando a cabo estudios para la presentación del conjunto al público como recurso turístico de la zona y para declarar al dolmen, escavado en los años veinte por el sacerdote y arqueólogo aficionado Hugo Obermaier, como Bien de Interés Cultural (BIC). A pesar de que las Administraciones no han optado por un rescate inmediato, Ángel Castañao, presidente de la Asociación de Raíces de Peraleda, se muestra ligeramente esperanzado: "Bueno, al menos hay promesas de futuro. Algo hemos conseguido", comenta a este periódico.
Pero el comunicado "vago y ambiguo" de las Administraciones no presagia la solución esperada: "El problema es que no vemos en qué manera esas intenciones resultan compatibles con la decisión de dejar el dolmen en el agua", han asegurado desde la asociación en otra nota como respuesta.
En el grupo participan los "mayores especialistas españoles en arqueología megalítica": Rodrigo Balbín y Primitiva Bueno, de la Universidad de Alcalá de Henares; Enrique Cerrillos, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Bartolomé Ruiz, director del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera; así como técnicos del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE). "Todos los expertos han considerado que el traslado del conjunto megalítico en este momento supondría una pérdida irreversible del contexto histórico-arqueológico", según el Ministerio.