Miguel Cardenal (Bilbao, 1968) se irá probablemente de vacaciones sin saber cuál será su trabajo a la vuelta del verano. Como el resto del mundo político, está a la espera de que se forme por fin un Gobierno en España. Cuatro años después de haber aterrizado en el Consejo Superior de Deportes (CSD), este jurista y profesor universitario sin experiencia política previa ha metido en cintura a las endeudadas federaciones deportivas españolas durante un cuatrienio de austeridad económica, hasta el punto de librar una guerra con el presidente de la Federación de Fútbol, Ángel María Villar, cuyo resultado podría precipitarse en los próximos meses.
Por ahora, el secretario de Estado en funciones repasa en esta entrevista los logros de estos años y las “asignaturas pendientes” del deporte español para la próxima legislatura.
No parece que 2012 fuera el momento más fácil para aterrizar en la política al frente de una institución pública. ¿Qué balance hace de estos cuatro años de gestión?
Cuando llegamos, en 2012, el panorama era muy diferente a hoy. Era una legislatura muy condicionada por la crisis económica. Al principio no era consciente de hasta qué punto eso afectaría al funcionamiento del CSD. Pero la realidad, y no lo digo por pasar facturas tanto tiempo después, es que el déficit anunciado por el anterior Gobierno no se correspondía con la realidad... Eso obligó a hacer ajustes importantes al programa. Visto con perspectiva, hay cosas que han salido bien, otras regular, y otras que me hubiese gustado que fuesen diferentes. En general mi balance es positivo, quizá soy muy indulgente.
¿Cuál ha sido su mayor logro?
El principal problema, endémico y nunca resuelto, era la situación financiera del fútbol español, que amenazaba con generar un colapso irreversible. Había habido planes de saneamiento desde los años 70, pero incrementaba su deuda constantemente. El fútbol profesional estaba al borde del precipicio, con concursos de acreedores y deudas muy altas con las Administraciones Públicas. Y se ha podido revertir.
La situación financiera del fútbol español amenazaba con generar un colapso irreversible
Creo que se puede decir, sin exagerar, que la historia del fútbol español ha cambiado en estos 4-5 años. Está avalado por las estadísticas. La deuda era insostenible, y ahora tenemos una Liga referencia en el mundo: empiezan a venir inversores serios de fuera, tenemos una explotación audiovisual razonable, la ley de los derechos parecía imposible y ahora existe. Ese es el mayor hito de estos años, el saneamiento del fútbol español. Además, el fútbol profesional ayuda ahora al resto de los deportes, es socialmente responsable.
¿El resto del deporte estaba también tan mal?
El trabajo con las federaciones ha estado marcado también por la crisis económica… Había que salvar esta etapa, podía haber sido muy complicada: para que se haga una idea, en 2013 el presupuesto del CSD era de 56 millones, 3-4 veces inferior al de épocas anteriores. El panorama era de federaciones endeudadas y acostumbradas al crecimiento de las subvenciones del Consejo. Y de repente los patrocinios y las subvenciones se cayeron, por la crisis. Tuvimos que diseñar planes de viabilidad, un plan de choque.
¿El deporte español ha entendido ese esfuerzo de saneamiento económico en esta legislatura? Hubo bastantes quejas…
Yo creo que sí... Por supuesto que hubo casos de oposición al principio. En fútbol, por ejemplo, cuando se creó el primer reglamento de control financiero, muchos clubes votaron en contra y anunciaron medidas legales. Ahora está todo el mundo agradecido, han visto los frutos. Las federaciones se habrán quejado a veces con razón, en ocasiones nos habrá faltado tacto. Eran situaciones nuevas, sus dirigentes hacían lo que les habían dicho hasta entonces. Mi percepción es que ahora, de forma generalizada, lo han visto como una oportunidad y les ha venido muy bien. Muchos presidentes de federaciones me lo han dicho personalmente. Creo que las entidades salen más fuertes, han reconducido situaciones de patrimonio neto negativo, cercanas a la disolución, y han logrado mantener su actividad.
¿No tiene una preocupación especial con algunas? Por poner ejemplos, ¿tenis, vela o ciclismo?
Algunas tienen una situación más complicada, sí… Pero el 90% de las federaciones están cumpliendo los objetivos; algunas han conseguido ya salir del plan (como atletismo o balonmano). Ciclismo ha mejorado mucho su situación. En el caso de vela puede haber problemas distintos, de gobernanza, como en el tenis. Pero estamos contentos de las reacciones que se han producido. La Federación de Tenis ha tenido elecciones, van a dar los pasos correctos. Baloncesto también; nos reunimos inmediatamente con la nueva directiva, y les vamos a ayudar a solucionar sus problemas. En los últimos ejercicios han presentado resultados inquietantes, pero estoy seguro de que (Jorge) Garbajosa y (José Antonio) Montero van a sacar adelante esa federación.
¿Qué opina acerca de las críticas a la falta de fondos en algunos sectores y esa idea de que el deporte español es a veces un ‘milagro’, dada la insuficiencia del presupuesto?
Con el dinero que teníamos hemos logrado mantener el deporte de alto nivel. Hay y debe haber, además, un cambio cultural en la gestión: abrirse a la sociedad para buscar recursos y no vivir solo de la subvención pública. Hay que seguir trabajando en convencer a las empresas de que hay patrocinio más allá del fútbol. Hacer visibles a otros deportes y que entiendan que pueden ser rentables.
Hay y debe haber, además, un cambio cultural en la gestión: abrirse a la sociedad para buscar recursos y no vivir solo de la subvención pública
No creo que el equipo de gimnasia rítimica actual sea mucho mejor que el que fue a Londres (ya era buenísimo, fueron cuartas con un arbitraje discutible). Cuando regresaron a España estaban muy desanimadas, e invité un día al equipo a comer al Consejo. “Nadie nos hace ni caso”, nos decían, y contaban las dificultades que tenían para estudiar y entrenar. Se sentían abandonadas. Ahora las chicas han hecho el anuncio de Freixenet de fin de año, son imagen de Oysho, las ha cogido Divina Pastora... Ahora firmamos con Iberdrola un proyecto para fútbol femenino y otros deportes menos populares. No ha pasado en todos los deportes, pero es un síntoma.
¿Cómo facilitan la entrada de dinero privado en las federaciones?
Hay varias líneas: en primer lugar, un programa fiscal interesante para empresas. Se habla mucho de la Ley del Patrocinio. Pero el deporte es un sector social que si de algo no se puede quejar es de eso. Existen programas que tienen un 90% de desgravación, algunos de ellos para apoyar el deporte base. No existe un sector que tenga un atractivo fiscal tan grande como estos planes. Y esto no existía antes.
Además de ello, las federaciones tienen que trabajar en encontrar formas de darle retorno al patrocinador. Antes se pagaba por llevar un nombre en la camiseta. Eso se ha acabado... Las empresas quieren otra cosa, y ha habido que invitar a las federaciones a entender eso.
¿A qué tipos de retorno se refiere?
Pueden hacer muchas cosas para activar los patrocinios... Que los deportistas den clases a niños y niñas, por ejemplo. Actividades que lleguen a la gente: muchas marcas no buscan notoriedad, sino también mejorar su presencia, destacar su labor social, estar cerca de las familias. Por ejemplo, Natación ha creado un programa llamado 'Nadar es Vida', un sistema normalizado para enseñar a nadar, inspirado en programas que funcionan en otros países hace décadas. Y lo han hecho muy bien, paso a paso, con títulos, mascotas... Eso a una empresa con público objetivo infantil le interesa, igual que a otras mostrar su conciencia social. En España, por ejemplo, tenemos una tasa de ahogamiento muy alta: enseñar a nadar es importante. Ya no se trata de llevar un logo en el gorro de la selección de waterpolo.
la 'guerra' con la rfef
Hemos hablado antes de gobernanza federativa y es inevitable hablar de Ángel María Villar y el conflicto entre el CSD y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). El CSD ha denunciado irregularidades en la federación y existe la impresión generalizada de que el Gobierno quiere poner fin a 28 años de ‘villarato’. Sin embargo, la parálisis del Tribunal Administrativo del Deporte a la hora de decidir sobre su denuncia lleva a una situación de incertidumbre general. ¿Cuál es su reflexión sobre este enfrentamiento?
Es un tema complicado de explicar en pocas palabras... Confluyen tantos intereses y ha habido tantas opiniones (en ocasiones poco contrastadas) que a veces hay que enfrentarse a prejuicios y explicaciones asentadas que no reflejan la realidad. No hay en el Gobierno intención de acabar con 28 años de ‘villarato’ ni con nada. A uno le puede gustar más o menos que lleve ese tiempo, pero son las reglas que hay y ha sido elegido. Nosotros nos tenemos que preocupar de que las elecciones sean democráticas, transparentes, pero no de poner o quitar presidente. Es una asociación.
Los problemas con la RFEF han venido de que, como es nuestra obligación, debemos velar por que el dinero de nuestras subvenciones se destine a los fines para los que lo hemos concedido. Iniciamos unos procedimientos de reintegro, y él (Villar) los cuestionó. Ha acudido a los tribunales, ha interpuesto recursos administrativos y en ningún caso le han dado la razón. Siempre han dado la razón al CSD en las cantidades reclamadas, que agregadas son importantes.
¿La RFEF no renunció a las subvenciones del CSD, lo que le evita ese control financiero?
Por una parte sí... Pero el control es el mismo, reciba o no subvenciones. Renunció, porque se lo pedimos, a la subvención ordinaria, pero no a una que existe para la construcción de campos de fútbol. Una parte se la retiramos, porque consideramos que era mejor mantener la actividad en lugar de construir más infraestructuras en tiempos de crisis. Hicimos lo mismo que con el dinero que recibe la Liga, les hemos tratado por igual. Es nuestra obligación. Y había que revisar también los ejercicios anteriores, algo que no fue entendido por la RFEF. Ya había ocurrido con anterioridad, hace 10-12 años, y el Tribunal de Cuentas fue muy duro con el CSD por no fiscalizar como procede.
Otra obviedad es que la RFEF, desde que se creó la Liga, ha vivido en conflicto permanente con ella; cree que les quita competencias. En ese escenario de oposición a la Liga, hemos trabajado con esta para sanear el fútbol profesional. Y Villar no lo ha entendido, quizá también por las influencias que haya podido tener o sus alianzas. Pasó lo mismo con el Real Decreto-Ley de comercialización de los derechos del fútbol. A mí me gustaría que se preocupase un poco más del fútbol y un poco menos de la federación.
Con la RFEF hicimos lo mismo que con el dinero que recibe la Liga, les hemos tratado por igual. Es nuestra obligación
Cualquiera que sea mínimamente objetivo debe darse cuenta de que la mejora del fútbol en estos cinco años ha sido algo sin parangón en la historia de la Federación. Es curioso que la mayoría de las medidas que han beneficiado al fútbol sean puestas en entredicho por Villar, a veces el sindicato AFE... Mi primer mes de julio en el CSD había denuncias en la AFE por valor de 80 millones de euros en Primera Div. Este 31 de julio puede que no haya ninguna. ¿Estamos mejor o no? Las medidas de control económico han sido duras, con revisiones trimestrales, pero les molesta que se haga junto con la Liga y entonces impugnan las medidas tomadas. Eso explica la actitud de Villar.
Villar se querelló contra usted por prevaricación hace unos meses. La guerra es declarada.
Interpuso una querella criminal que ha sido desestimada dos veces (puesto que recurrió el archivo en primera instancia). Era una querella completamente disparatada, y ya le han contestado los tribunales. También dijo que sus irregularidades estaban sólo en mi cabeza, que eran imaginación mía. Ahora sabemos que está citado en un juzgado el 22 de septiembre. Parece que las irregularidades están ya también en la cabeza de un juzgado de lo penal. Es esperpéntico lo que han hecho, deberían reflexionar. Muy grave… Me gustaría que esto acabara y que dejara de tener el apoyo de determinadas instituciones y personas que le acompañan en este camino.
Río 2016
¿Debemos estar preparados para una disminución de medallas en Río?
Yo creo que no, por lo que me dicen los técnicos del CSD, que hacen una predicción actualizada cada semana con un porcentaje de posibilidades... En Londres se quedaron cortos, y aquí la predicción es un poco mejor que en Londres. La previsión es buena, pero en la competición puede pasar de todo. Me dan ganas de publicarlo, pero eso mete presión a los deportistas, incluso aunque se haga de forma innominada.
Se suele establecer una relación entre inversión económica y medallas. ¿El ajuste de cinturón de estos años no se traduce necesariamente en un peor rendimiento?
Podría haber ocurrido, porque el dinero es imprescindible para preparar unos Juegos Olímpicos, pero hay que señalar cosas y no exagerar. Cuando dicen por ahí que 'hemos vivido de la caridad y de las familias' conviene recordar que todos los deportistas con ciertos resultados tienen una beca ADO, que acaban de aumentar este año y que se han mantenido este cuatrienio gracias a los patrocinadores. Las Federaciones han reducido su presupuesto, pero no de forma tan intensa. La subvención de este año es la misma que recibieron en 2012, así que nos hemos recuperado. Los patrocinios se han incrementado.
A veces se hacen afirmaciones sin mucho fundamento... Hemos suprimido muchos programas, pero no de apoyo al deporte de alto nivel. No hemos construido infraestructuras, campos, pistas, circuitos… Hemos tenido que ser más austeros, pero no va a tener esa incidencia. El esfuerzo de deportistas, clubes y entrenadores ha sido enorme. También en categorías inferiores. Los resultados en campeonatos europeos y mundiales no son peores que en el anterior ciclo olímpico, son incluso mejores. No tendría que darse un resultado peor. Río nos va bien por el cambio horario, por el clima... Y esas cosas cuentan.
LA SOMBRA DEL DOPAJE
La homologación legislativa de España a la normativa de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la desacreditación del laboratorio de Madrid será un probable motivo de preocupación para el Secretario de Estado para el Deporte en otoño...
Sí, claro... Está todo preparado para en cuanto haya Gobierno. Desde luego que es una falta que asumo personalmente, más allá de las circunstancias. Incluso con ellas se debería haber previsto la posibilidad de que no se formara Gobierno. Es una parte negativa de este periodo, aunque quiero destacar la positiva: hace unas semanas la AMA se reunió para decidir qué se hacía con países en situación de no cumplimiento, que son unos cuantos, y tanto ella como el COI dijeron explícitamente que no había nada que comparar entre Rusia y Kenia o España, cuyo problema es de índole administrativa.
España tiene un sistema antidopaje que funciona actualmente de forma totalmente eficaz, como ellos mismos dijeron. Desde que se suspendió el laboratorio de Madrid hay convenios con laboratorios internacionales que aseguran el pleno rendimiento. Lo digo porque no se lo oí nunca a la AMA hace 8 ó 10 años. Son conscientes de que hemos cometido una falta, pero somos perfectamente homologables a cualquier país europeo en compromiso, lucha y recursos contra el dopaje.
¿Le preocupa que la AMA tenga las muestras de la Operación Puerto?
A mí me parece estupendo, y lo celebro. El CSD recurrió la sentencia a distancia para que sucediera, porque si no el prestigio y los éxitos de nuestros deportistas podrían quedar encerrados en estas bolsas misteriosas. Se va a demostrar, estoy seguro, que no hay leyenda negra en nuestros grandes deportistas. Lo que hay en esas bolsas, en realidad, se sabe ya en un 90%. Y el 10% restante no va a comportar sorpresas desagradables para deportistas reconocidos españoles.
¿Cuáles serán sus retos principales si repite en el cargo la próxima legislatura?
Muchos... Pero a mí me hacen especial ilusión dos asignaturas pendientes. En primer lugar, una reforma en profundidad de la Ley del deporte. Esta legislatura hemos cambiado algunas cosas (como la licencia única), pero hace falta una reforma de mayor calado. Hay que dar mucho más protagonismo en las federaciones a quienes nos representan internacionalmente: deportistas de alto nivel, entrenadores, clubes, en la línea de lo que hemos ayudado a hacer en la federación de tenis. En las últimas elecciones han votado todos los grandes jugadores, los clubes, etc. Son los principales afectados por las decisiones de las federaciones y deben tener mucho mayor peso en ellas.
Y otra, a la que le hemos dedicado mucho menos tiempo del que me hubiese gustado, es que ese deporte de alto nivel impregne más la sociedad española. Los deportistas son prescriptores principales para chicos y chicas en materia de deporte. Todavía hay una brecha notable en cuanto a actividad deportiva de niños y niñas, por ejemplo, en edad escolar y sobre todo después. Creo que las federaciones pueden hacer mucho por la sociedad española en campos no estrictamente deportivos: educación, integración, sanidad... Y puede ser también una buena manera de financiarlas. Hemos impulsado la creación de la Asociación del Deporte Español, que aglutina a todas las federaciones, para que ese potencial llegue más a la sociedad.