En el Baloncesto Sevilla siguen creyendo, y con más voluntad que nunca, que los milagros existen. Sólo así se explica que una situación que parecía abocada a la desaparición se haya vuelto esperanzadora este miércoles. La Junta General Extraordinaria de Accionistas en la que se iba a abordar si se daba comienzo a la liquidación del club ha sido pospuesta. Podría celebrarse este jueves o incluso más adelante, ya que hay negociaciones de última hora en marcha para conseguir que la entidad siga en pie.
Es el deseo de cada persona vinculada al 'Caja', por motivos laborales o simplemente por afición. También de la sociedad sevillana y, en definitiva, de la canasta nacional en pleno. Por eso, en EL ESPAÑOL aportamos cinco motivos por los cuales el Baloncesto Sevilla debería seguir vivo en la máxima categoría, denominador común de 27 de sus 29 años de historia.
1. Por los buenos momentos
El equipo sevillano ha protagonizado cuatro grandes hitos a lo largo de su historia. En primer lugar, el subcampeonato liguero de la temporada 1995-1996. Toda una gesta teniendo en cuenta que el entonces Caja San Fernando se clasificó en séptima posición para los playoffs de la ACB. Y, más aún, por la entidad de los rivales a los que hubo que superar para alcanzar la final: todo un Real Madrid (0-2 en cuartos) y un TDK Manresa que ya amagaba con su posterior revolución (1-3). Aunque el Barça no dio opción a los sevillanos en el duelo por el título (3-0), luchar valió la pena.
Después llegaría la segunda plaza en la Copa del Rey de 1999. Tras una victoria por la mínima ante el anfitrión, el Pamesa Valencia (57-58), el Caja se vengó del Barça en semifinales (79-85). En la final esperaba el TAU Cerámica de Vitoria, ya instalado en la élite del baloncesto español. Los vascos tuvieron que sudar la gota gorda para superar al aguerrido conjunto andaluz, nunca dispuesto a rendirse (70-61).
Esa misma temporada, el equipo sevillano concluiría la liga regular de la ACB en tercera plaza. Sufriendo ante el Pamesa Valencia (3-2, hubo que llegar a un quinto partido) y con menos dificultades ante el Real Madrid (3-1), el Caja volvió a plantarse en la final liguera tres años después. Sin embargo, repitió resultado desfavorable (3-0) ante idéntico rival que en 1996: el Barça.
Tuvieron que pasar 12 años para que en Sevilla volviesen a estar a punto de festejar algo grande. El equipo se creció tanto en la Eurocup, segunda competición europea, que acabó llegando a la final tras sufrir tan sólo cuatro derrotas en toda la competición. A pesar de su gran desempeño, el Unics Kazan ruso acabó despertando del sueño a toda una ciudad volcada con su equipo de baloncesto (92-77).
2. Por tantos y tan buenos jugadores y técnicos
Raúl Pérez, Andre Turner, Nacho Romero, Lou Roe, Quino Salvo, Dusko Savanovic, Brian Jackson, Carlos Montes, Darryl Middleton, Nacho Azofra, Granger Hall, Michael Anderson, Iván Corrales, Carlos Cazorla, Paul Davis, Tomas Satoransky, 'Willy' Hernangómez, Kristaps Porzingis, Bostjan Nachbar, Berni Rodríguez... La retahíla de grandes jugadores que han pasado por Sevilla en estos 29 años de trayectoria es inmensa.
Lo mismo se puede decir de los entrenadores que se han sentado en el banquillo del club: José Alberto Pesquera, Aleksandar Petrovic (hermano del célebre Drazen), Javier Imbroda, Gustavo Aranzana, Velimir Perasovic, Manel Comas (cómo olvidar el 'NAF'), Joan Plaza, Aíto... Demasiados galones entre la cancha y el cuerpo técnico como para obviarlos.
3. Por superar el mal trago del curso 2014-2015
Fue la etapa más convulsa de la historia del Baloncesto Sevilla. En verano de 2014, la empresa estadounidense Jefferson Capital se hizo con el 99% de las acciones del club. Se dejó de contar con Aíto como entrenador y apareció en escena Scott Roth. Sus problemas para obtener la ficha de la ACB como primer entrenador, con Audie Norris como sustituto en varios encuentros, constituyeron uno de los muchos sainetes que tocó afrontar aquel curso.
Roth nunca llegó a congeniar del todo ni con su plantilla ni con el club, así que acabó siendo destituido en enero de 2015. Entonces, el equipo estaba sumido en la parte baja de la clasificación, con el fantasma del descenso realmente cerca. Finalmente, Luis Casimiro asumió el cargo de entrenador para lograr la permanencia después de un año demasiado complicado. Tanto como para que el nuevo propietario de la entidad dejase de serlo. Con él se marcharon José Luis Galilea (director general y deportivo), Norris y Jefferson Capital en su totalidad.
4. Por una última temporada más tranquila
Después de tanto sobresalto, el curso 2015-2016 fue bastante más plácido dentro de las limitaciones del equipo. Todo gracias a una cómoda undécima plaza final liguera, y con la permanencia asegurada casi un mes antes de que terminase la liga regular.
Pero, sobre todo, por unas cuentas saneadas tras la vuelta de CaixaBank. Algo de lo que no pueden presumir otros clubes de la competición, como el Bilbao Basket (salvado in extremis por la inyección de dinero de la Caja Rural de Navarra) o el Estudiantes (con una tremenda deuda con Hacienda).
5. Porque #ElCajaNoSeLiquida
El club ha recibido mensajes de apoyo de todos los estamentos del baloncesto español en las redes sociales. Desde exjugadores y exentrenadores ('Willy', Porzingis, Plaza, Aíto, Imbroda) hasta miembros actuales del equipo (Berni, Nachbar), pasando por estrellas como Pau Gasol o Felipe Reyes. Todos quieren seguir viendo al Caja donde se merece.
Incluso el Betis se ha interesado por la situación de la entidad para intentar reflotarla, al igual que el Grupo Torrot. En definitiva, Sevilla busca un clavo al que agarrarse para que el año de prórroga que concedió CaixaBank a su club de baloncesto para encontrar otro propietario no caiga en saco roto. Además, ya que hablamos de redes sociales, ¿qué sería de Twitter cada domingo sin las incesantes bromas sobre el frío del San Pablo?