Justo cinco años después de la nacionalización como español de Serge Ibaka, la ACB ha hecho pública su denuncia ante la Policía para tratar de esclarecer un nuevo episodio relacionado con los pasaportes cotonou. Se trata del que atañe a KC Rivers, jugador del Real Madrid con nacionalidad de Guinea-Bisáu desde 2014, y Aldo Darío Herchhoren Naishtat, falso cónsul de este país en España.
El alero originario de Norteamérica no es el primer jugador de cierto renombre que levanta suspicacias con respecto a su aprovechamiento del Acuerdo Cotonou. Se firmó en el 2000 entre la Unión Europea y 78 estados de África, El Caribe y el Pacífico con el principal objetivo de integrar a todos estos países en la economía mundial.
Sin embargo, ha acabado haciéndose más famoso por el baloncesto que por cualquier otro motivo. Sobre todo, por el siguiente artículo: "Cada Estado Miembro concederá a los trabajadores procedentes de un país ACP (África, Caribe, Pacifico) que ejerzan legalmente una actividad en su territorio un trato caracterizado por la ausencia de toda discriminación basada en la nacionalidad con relación a sus propios nacionales en lo referente a condiciones de trabajo, remuneración o despido. Cada Estado ACP, por su parte, concederá a este respecto un trato no discriminatorio comparable a los trabajadores nacionales de los Estados Miembros".
Por eso, todo aquel jugador que atesore la condición de cotonou deja de ocupar plaza de extracomunitario (o extranjero) en su respectivo equipo, lo cual hace muy golosa esta figura. Tanto como para que Real Madrid y Barça hayan protagonizado algunos de los grandes episodios del polémico 'boom' de los cotonou en nuestro baloncesto, que repasamos a continuación.
CJ Wallace
El jugador estadounidense fichó por el Barça en septiembre de 2011. Poco después de que Ibaka fuese nacionalizado español, él consiguió la nacionalidad originaria del jugador de los Orlando Magic: la congoleña. Anteriormente, había intentado obtener un pasaporte europeo, concretamente de Albania.
El del ala-pívot fue el primer gran caso polémico al respecto de los pasaportes en España, los cuales empezaron a ser mirados cada vez con mayores remilgos por la Asociación de Jugadores. De hecho, su presidente por aquel entonces, José Luis Llorente, llegó a declarar lo siguiente: "En ese mercadeo ocurren cosas que no son legales: acaban apareciendo pasaportes falsos. ¿Quién pierde con todo esto? El baloncesto".
No fue el primer jugador del Barça con experiencias con el mundo cotonou. Cuando militaba en el Baskonia, Pete Mickeal llegó a contar con el pasaporte búlgaro durante una época, aunque más tarde volvió a tener únicamente la nacionalidad estadounidense.
Jaycee Carroll
Cuando se acercaba el final de su primera temporada en el Real Madrid (2011-2012), se hizo público que el escolta de Wyoming se hacía con el pasaporte de Azerbaiyán. De hecho, llegó a jugar dos partidos con la selección de su segundo país en busca de la clasificación para el Eurobasket de 2013. Fue el primer caso célebre de doble nacionalidad polémica en el equipo blanco.
Marcus Slaughter y Andy Panko
Su caso lleva trayendo cola desde hace unos meses, cuando se descubrió que los pasaportes de Guinea Ecuatorial de ambos jugadores, uno en el Real Madrid y otro en el Fuenlabrada, eran falsos. Un conflicto comunicado a la propia Federación Española de Baloncesto (FEB), estudiado y archivado por la ACB y con queja del Barcelona en relación al Madrid (ganó la Copa del Rey de 2014 con Slaughter ya como guineano, y también le alineó en 13 partidos de Liga Regular bajo esta condición).
Incluso salpicó a más personas, como Hugo López (otrora primer técnico del Fuenla y ayudante de Laso en el Madrid) y Richard Nguema (exjugador del Madrid e hijo del ministro de Educación guineano). Curiosamente, la agencia que representa a Slaughter y Panko, BeoBasket, había tramitado otros pasaportes cotonou con anterioridad: Carl English, Brian Asbury, Bryant Dunston...
Ambos jugadores, como sus agentes, dicen haber desconocido la ilegalidad del procedimiento que se llevó a cabo en su caso, culpando de todo a Nguema. Según su versión, él habría gestionado el proceso de nacionalización.
Justin Doellman
El todavía jugador del Barça alcanzó un acuerdo el pasado mes de junio con la federación de Kosovo para obtener la nacionalidad del país. El equipo azulgrana supo en todo momento de las gestiones (también realizadas por BeoBasket), que podrían llevar al norteamericano a disputar el Preeuropeo de 2017 con la selección kosovar.
Sin embargo, España no reconoce como país a Kosovo y, por tanto, ese pasaporte no tendría validez en la competición doméstica, como reconoció Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD). "Ni ese jugador ni ningún otro podría obtener una licencia asociada a una nacionalidad que España no reconoce", sentenció.
KC Rivers
Se trata del último caso polémico de cierta trascendencia. Viene a raíz de la nacionalización como ciudadano de Guinea-Bisáu del alero norteamericano en 2014. Un trámite que habría sido aprobado por un cónsul falso, el abogado argentino Aldo Darío Herchhoren Naishtat. La Embajada del país africano en España tiene una causa judicial abierta contra el letrado, con un amplio historial delictivo por falsedad y estafa.
Las sospechas levantadas por el caso han sido tales que la ACB ha entrado de lleno en él, intentando esclarecer si se produjo alguna irregularidad documental. Al dejar de ocupar plaza de extracomunitario, Rivers pudo inscribirse como jugador del Madrid a última hora antes de la Supercopa de 2014.
Otros casos
Son más agradables e incluso aceptados: Mirotic e Ibaka en España, JR Holden en Rusia, Bo McCalebb y Richard Hendrix en Macedonia, Dontaye Draper en Croacia, Bobby Dixon en Turquía, Jacob Pullen en Georgia, Tyrese Rice en Montenegro... Y, aun así, los pasaportes cotonou no consiguen quitarse el sambenito de mal del baloncesto en la época reciente.