“¿Cómo diferenciar el puro marketing de la realidad?”. Con esta pregunta, Pascal Couasnon, director de Michelin Sport a nivel mundial, comienza un encuentro con El ESPAÑOL en Londres donde explica la estrategia que persigue el gigante galo de los neumáticos a la hora de participar en una competición del motor.
La gran cantidad de recursos técnicos y económicos que requiere la alta competición debe ofrecer un retorno en tecnología que tenga una aplicación directa sobre el producto final. Con esta filosofía en mente, Michelin antepone el beneficio del usuario de calle con respecto al aprendizaje que la competición proporciona para conseguir el ‘calzado’ adecuado para el día a día de millones de automovilistas.
Michelin lleva la competición incorporada en su ADN desde que los hermanos Edouard y André fundaron la fábrica de caucho que porta su apellido. En 1891 inventaron el primer neumático desmontable para una bicicleta. Para demostrar al mundo que su revolucionaria idea representaba el futuro del neumático, decidieron participar en la carrera Paris-Brest-Paris, a la que nuestro interlocutor hace referencia con orgullo: “Ganamos con un gran margen, con lo que conseguimos demostrar que el concepto era una buena idea”.
Para la marca del Bibendum, “hoy el espíritu es el mismo”. Couasnon asegura que “antes de ir a una categoría como WRC para rally, antes de ir a las 24 horas de Le Mans, siempre pensamos en cuáles serán los beneficios de gastar recursos, dinero y tecnología, y si existe una vía en la que podamos usar esa tecnología para los neumáticos de cada día”.
Este es el auténtico 'karma' reinante en la marca de Clermont-Ferrand, que marca la diferencia de criterios a la hora de volver a la Fórmula 1 y apostarlo todo por la nueva Fórmula E, MotoGP o Le Mans.
Sí a la Fórmula 1 pero no a esta Fórmula 1
Por una parte, la FIA dirigida por Jean Todt ha apostado siempre por el retorno a la categoría de sus compatriotas. Por otra, un Bernie Ecclestone que se sustenta en una Pirelli que acepta obediente las reglas sin rechistar. Michelin impone a la máxima categoría del automovilismo una serie de requisitos para regresar a un Mundial que ya dominaron y ganaron siendo los mejores junto con Fernando Alonso en la primera década del siglo.
La condición de partida de la marca del Bibendum para volver a la F1 es que la categoría abandone sus obsoletas ruedas de 13 pulgadas por unas actuales de 18 pulgadas. Esta sería la única forma de que el fabricante francés pueda garantizar que la experiencia en la competición puede llegar y ser aplicada a los neumáticos que equipan los vehículos de calle en el día a día.
Pascal Couasnon no puede ser más gráfico al referirse al anacronismo que suponen hoy en día las ruedas de los monoplazas de Fórmula 1. “La forma de los neumáticos de F1 se basa en ruedas muy pequeñas con un perfil muy grande. Estas ruedas de F1 no existen en la calle, lo he comprobado yo mismo en el parking y no he visto nada como eso”.
La referencia y el contraste entre el producto que Michelin hace para la Fórmula E y la ambicionada Fórmula 1 es muy explícito. Couasnon nos confirma que es imposible ver ruedas tipo F1, a pesar de los súpercoches que abarrotaron el parking de Battersea Park en Londres para asistir al último EPrix que decidiría al campeón de esta temporada.
Por el contrario, al referirse al tipo de neumáticos que utiliza la Fórmula E, el responsable de Michelin confirma que el parking “estaba lleno” de ruedas similares por tamaño y filosofía.
Para los franceses, la transferencia de lo aprendido en la pista hacia el neumático de calle ha de ser total y rápida. Sin embargo, para Couasnon la Fórmula 1 resulta casi antinatural dada su analítica forma de pensar a la hora de visualizar un futuro con una F1 actual: “Aprendes algo y piensas, ¿cómo puedo aplicar esto? La física es totalmente diferente”.
Un neumático más cercano al mundo real
En medio del típico clima británico donde el sol se alterna con esporádicos chaparrones, Pascal Couasnon nos pone el ejemplo de la filosofía que persiguen desde Michelin. “¿Por qué no usar un neumático que sea bueno para seco y mojado? ¿Tú cambias las ruedas cuando llueve? No, ¿verdad?”.
La idea detrás de los neumáticos de la Fórmula E es precisamente poder realizar una clasificación con los mismos neumáticos en un clima cambiante. Hecho que se logró el sábado en Londres, ya que los pilotos pudieron competir sobre seco y mojado sin cambiar gomas. Tal y como hacen los coches y motos que usamos en el día a día.
Las lecciones aprendidas en Le Mans
Michelin ha sido protagonista de la victoria de Porsche durante las pasadas 24 horas más famosas del deporte del motor y hace partícipe a EL ESPAÑOL de la experiencia adquirida hace pocas semanas.
“Lo que queríamos demostrar en las 24 horas de Le Mans es que tenemos una estabilidad de las prestaciones durante un largo período de tiempo. Pero llegados a un cierto punto, esto era difícil de probar, porque cada vez que un coche paraba a repostar se cambiaban los neumáticos. Por esto, pedimos que se cambiaran las normas de forma que se penalizara en tiempo el cambio de gomas. De esta manera, habría un incentivo para los equipos para mantener los neumáticos”.
“Por ejemplo, en Le Mans otra diferencia con la Fórmula 1 es que no puedes repostar y cambiar gomas al mismo tiempo. Primero haces el repostaje y, concluido éste, dos mecánicos cambian las cuatro ruedas, por lo que la penalidad en tiempo es de unos 25 segundos”, afirma Couasnon.
Por ello, los equipos inmediatamente pidieron a Michelin unas gomas que durasen cuatro o cinco tandas. Cada juego de gomas de Le Mans dura unos 600-700 kilómetros, con un margen mínimo de diferencia de tiempos entre la mejor prestación y la peor de cada juego. “Esto es aproximadamente dos Grandes Premios y medio de Fórmula 1”, apunta Pascal Couasnon, que no da puntada sin hilo al referirse a la categoría de Bernie Ecclestone.
La postura oficial de Michelin ante la Fórmula 1
Pascal Couasnon es contundente y zanja el discurso de la ausencia de Michelin de las pistas del Mundial de Fórmula 1: “No estamos en Fórmula 1 y no hay absolutamente ninguna razón para ir a la Fórmula 1 porque no se aprende nada”.
El responsable de la competición de la marca francesa habla mucho de F1, pero ni una sola palabra es positiva. De hecho, según profundizamos en el tema critica sin pelos en la lengua una situación que como ‘gomista’ le desagrada enormemente.
“Lo que pasa con los neumáticos es un desastre, cambios de ruedas cada siete o diez vueltas, degradación, no puedo ir rápido porque mis ruedas no tienen más prestaciones... ¿Qué es esto?”. La comparación con la última edición de Le Mans es inevitable: “Cuando vas a Le Mans, los pilotos están 24 a fondo ('Go, Go, Go' (ve, ve, ve)", reconoce con emoción.
El manager francés pone el dedo en la llaga citando las reacciones de los pilotos de F1 que llegan a la nueva categoría eléctrica: “En la Fórmula E, cuando viene un piloto proveniente de la Fórmula 1 la primera pregunta que hace es: '¿Cómo gestiono los neumáticos?'”. Aquí es cuando Pascal Couasnon deja clara la respuesta de Michelin y el concepto que reina en la Fórmula E al confiar a este diario la respuesta que se da a los recién llegados: “Aquí no se gestionan las ruedas, 'go' (ve), diviértete”.
Esta es una de las claves del apoyo incondicional que Michelin ha prestado a la Fórmula E desde el primer día. Es una forma de aprovechar la experiencia de la competición para desarrollar unos neumáticos que no necesitan ser cambiados en todo el fin de semana.
Las ruedas que utilizan los monoplazas de la categoría mimada por Jean Todt no necesitan calentadores antes de salir a la pista, del mismo modo que cuando nos subimos a un coche no ponemos una manta térmica para que la goma adquiera su temperatura ideal.
La Fórmula E es la primera categoría del automovilismo que ha puesto un neumático de 18 pulgadas en un monoplaza de techo descubierto, llevando a la competición el tipo de ruedas que vemos en los coches de calle cada día.
El reto y la pregunta obligada
Pascal Couasnon deja claro el reto que desde Michelin lanzan a toda la Fórmula 1 para que adapte su ruedas a la realidad de los automóviles contemporáneos. Ante la pregunta de si volverán a la Fórmula 1, la respuesta es clara:
“Si no cambian su filosofía, no volveremos. Yo no quiero gastar recursos para dar un mal mensaje sobre los neumáticos. Si quieren cambiar el tamaño de las ruedas, si quieren que el piloto conduzca al máximo, si podemos traer ruedas con grandes prestaciones entonces podemos discutirlo, pero la Fórmula 1 debe cambiar la filosofía de las ruedas del tipo de pilotaje y entonces podremos verlo”.
El mensaje es claro: “Si ellos no quieren cambiar, no hay razón para ir”. Pero Couasnon no cierra la puerta del todo cuando afirma antes de despedirnos: “Si ellos en un momento se lo piensan, nosotros estamos interesados”.