Los días previos a los Juegos Olímpicos de Río han estado marcados en buena parte por la onda expansiva provocada por la publicación del informe McLaren de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). El documento revelaba que, bajo las órdenes del Gobierno ruso, el laboratorio antidopaje de Moscú funcionaba como cobertura para hacer desaparecer positivos de deportistas rusos; que en el laboratorio de los Juegos de Sochi se sustituían muestras de deportistas rusos dopados; y que el plan lo controlaba y supervisaba el ministro ruso de Deportes. Después de estas revelaciones, la AMA y muchas agencias nacionales, entre ellas la española, pidieron al Comité Olímpico Internacional (COI) que Rusia fuera excluida de los Juegos de Río, algo con que el COI rechazó el domingo pasado.

Como sus colegas de otras agencias nacionales, Enrique Gómez Bastida, director de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSD), ha criticado la decisión del COI. Aunque no se queda ahí. Según explica, el contenido del informe McLaren obliga a la revisión de todo el sistema de lucha antidopaje.

¿Por qué le parecía buena idea dejar fuera de los Juegos de Río a todos los deportistas rusos, sin detenerse a mirar uno a uno?

El informe McLaren es el tercero de los encargados por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) sobre Rusia y su programa de dopaje. Desde el primero de la Comisión Independiente, presidida por Dick Pound, se hablaba de que, además del atletismo, estaban implicados otros deportes. Estamos hablando del mayor caso de dopaje de la historia, algo similar a la República Democrática Alemana, decidido desde el Ministerio de Deportes ruso. Se confunden el ministerio con las autoridades antidopaje, con el laboratorio, que debería ser independiente, e incluso con personas que van pasando por puestos diferentes y que se relacionan con el comité olímpico ruso.

¿Y eso justifica dejar fuera a todos los deportistas?

No se trataba de suspender a deportistas individuales, sino de suspender al comité olímpico ruso. El Código Mundial establece medidas que permiten hacerlo. Si el dopaje de estado ruso no está dirigido a deportistas individuales, sino a todo el deporte, la medida tiene que ser general, y tiene que afectar al comité olímpico ruso. Es un sistema generalizado e impuesto desde el estado, sin opciones para el deportista.

¿Por qué no limitar la suspensión a los deportistas rusos que aparecen mencionados en el informe McLaren?

¿Qué validez tiene excluir esos nombres si el propio informe está diciendo que es sólo una parte pequeña de la documentación de la que se dispone? Estos nombres son los que forman parte del sistema de ocultación de positivos, pero el informe explica que ese sistema de desaparición de positivos era el último eslabón. Era un sistema de respaldo, es decir, si todos los medios anteriores fallaban y aun así daban positivo…

Los informes de la AMA sobre el dopaje de estado ruso nacen de datos aportados por el matrimonio Stepanov. Pero han pasado varios años desde su aviso. ¿Por qué?

La primera vez que denuncian esto es en 2010. Apuntaban a una serie de comportamientos anómalos o irregulares en el laboratorio de Moscú. Después de esas informaciones, ese laboratorio de Moscú siguió analizando las muestras y el director de ese laboratorio, acusado por el matrimonio Stepanov, fue el responsable del laboratorio establecido para los Juegos de Sochi. No hubo ninguna reacción hasta que la cadena pública ARD emitió un primer reportaje apuntando a la corrupción. Sólo el periodismo de investigación, y la respuesta para verificar el contenido de esos reportajes, han permitido llevar a cabo esto.

Enrique Gómez Bastida. Moeh Atitar

¿Qué sucedió después de los reportajes?

Se creó la primera comisión en diciembre de 2014, cuyos términos de referencia se definen en enero de 2015. Desde el primer resultado de la primera Comisión Independiente de la AMA se apuntaba la implicación de otros países, cuya participación ni siquiera se cuestiona. Ni siquiera están bajo investigación, que se sepa. Y otros deportes dentro de Rusia. A día de hoy aún no se ha extendido el mandato sobre ninguna comisión para esa investigación. Hay una propuesta del comité ejecutivo de la AMA y una propuesta del COI de que se extienda a otros deportes, pero todos los deportes van a participar en los Juegos. Es más: no sólo van a participar en los Juegos de Río; han participado ya en los Juegos de Londres y en los de Sochi.

¿De quién es la responsabilidad de que esa información de 2010 no haya tenido algún efecto hasta 2016?

No sé quiénes tenían toda esa información y cómo se circuló. Lo que sí sé es que las consecuencias de los dos informes de la Comisión Independiente y del informe McLaren no sólo son la decisión de suspender o no al comité ruso. Si es sólo eso, los convertiríamos en algo anecdótico. Estamos hablando de cómo se gestiona una información de tal calibre como la de un dopaje de estado.

Sólo el periodismo de investigación, a través de informadores, ha puesto de manifiesto las carencias del sistema

¿Ha habido negligencia? ¿Dejadez?

No sé si ha habido negligencia o dejadez, porque no conozco todos los detalles, pero al menos habría que abrir un periodo de autocrítica. Si se ha vulnerado el sistema utilizando las propias herramientas del sistema, ahora mismo todo el sistema de lucha contra el dopaje está cuestionado o debería estar cuestionado. Y la autocrítica en un organismo internacional, por muy independiente que se sea, como la AMA o el COI, no se realiza únicamente desde dentro: se realiza por quienes tienen poder de decisión en ellos, que son el movimiento deportivo, el movimiento olímpico y los gobiernos.

¿Pero dónde ha estado el fallo?

No es sólo la gestión de la información. El informe McLaren, y los informes anteriores, lo que ponen de manifiesto es que desde el Ministerio de Deportes, que forma parte del Gobierno, firmante de la convención, que es parte del sistema; a la agencia rusa (Rusada), que forma parte del sistema y es auditable; y los laboratorios de Moscú y Sochi, que también forman parte del sistema; y el proceso de toma de muestras; todo esto es vulnerable. Es decir, todo el sistema sobre el que se está trabajando la política antidopaje ha mostrado que es vulnerable. El sistema de auditorías no ha permitido la detección de esos comportamientos, y únicamente ha sido el periodismo de investigación, a través de informadores, el que ha puesto de manifiesto esas carencias del sistema. No estamos hablando de algo de información, sino de cuestiones técnicas concretas que se estaban manipulando.

¿Y ahora qué?

No digo que todo esté mal y que nada sirva. Lo que digo es que como sucede en otros ámbitos de la administración pública, hay que abrir un proceso de revisión. ¿Cómo se organizaba ese dopaje de Estado? Utilizando los mecanismos que el sistema les había dado. Y no se ha podido detectar.

Pese a los altos costes del sistema...

Hay unas exigencias que cada vez son mayores y más estrictas, y que suponen un incremento del gasto y de recursos humanos… Con todo ese esfuerzo de cada uno de los países signatarios del Código, estamos reforzando un sistema que se ha demostrado completamente vulnerable. La política antidopaje tiene que ser capaz de evitar estos casos. Hemos tardado seis años en tener una verdad que sigue sin ser completa, teniendo una serie de informadores que participan del sistema y lo conocían por dentro desde el primer día.

Este caso ha salido por los informadores, no porque el sistema lo detectase. Stepanova lo ha arriesgado todo

Después de que se emitieran los reportajes de la ARD que menciona, y según reveló el Mail on Sunday, Craig Reedie, presidente de la AMA, envió un mail al ministro ruso de Deportes para decirle que no harían nada que interfiriera en su amistad. ¿En qué situación deja eso al sistema?

En la que le he dicho. Reedie también es vicepresidente del COI, y forma parte del board que ha tomado la decisión sobre Rusia.

¿Cómo queda el sistema?

No se puede tapar el sol con un dedo. Hay que preguntarse: ¿El movimiento olímpico es realmente independiente o está sujeto a injerencias políticas? Esta pregunta no soy yo quien se la tiene que hacer, que no soy movimiento olímpico. En todo caso lo tienen que hacer ellos. El movimiento antidopaje tiene que ser independiente del deporte y de los gobiernos. Tenemos que verificar si realmente estamos cumpliendo con las normas actuales y sus criterios de independencia. O si con el sistema actual puede haber dudas sobre la independencia. Yo no pongo en duda a nadie, porque no conozco todos los detalles. Sobre el presidente de la AMA, lo que hay que plantearse es cuáles son los criterios de independencia de la AMA, y si realmente responde. Si responde a un interés de terceros por una serie de puestos que pueden ser, o no, incompatibles.

¿El mail de Reedie a Rusia garantiza la independencia de la AMA?

No lo parece.

¿Y su voto en la decisión del COI sobre la presencia de Rusia en Río?

No lo conozco. Tampoco sé si se abstuvo.

¿Está el sistema preparado para proteger a los deportistas limpios?

Se responde fácil, aunque sea con otra pregunta, a la gallega [ríe]. ¿Se puede tener la garantía de que los deportistas rusos que van a competir en Río están limpios?

¿Necesitamos esa garantía o la contraria: saber que los tramposos se quedan fuera?

Hay tres informes que hablan de dopaje generalizado por parte de todo el deporte ruso. Se habla de más de 300 positivos.

Sobre el presidente de la AMA, hay que plantearse cuáles son los criterios de independencia de la AMA, y si realmente responde a ellos

El papel del informador es fundamental para la lucha antidopaje, que ha trabajado siempre en mecanismos para protegerlos. ¿Qué mensaje envía la decisión del COI a quienes lo han hecho o se lo plantean?

Es un mensaje negativo. A Yulia Stepanova ya se se la había sancionado. Y se la ha vuelto a sancionar. El mensaje es negativo. Tienen que estar fuera del país, no tienen medios de vida y tampoco pueden competir.

¿Indefensión?

Absoluta. Efectivamente.

¿Cómo afectará al trabajo de la agencia?

Parece difícil que alguien vaya a denunciar algo tan grave como lo que se ha puesto de manifiesto, al menos de forma pública e implicándose en un reportaje, en unas declaraciones por escrito. Parece complicado que alguien se pueda arriesgar en este momento a verse sancionado de esa forma al ver su nombre publicado, o que se filtre que alguien está colaborando y dando esa información que pocas personas pueden dar.

¿Qué efectos tiene?

Parece que sea un mensaje disuasorio respecto a las personas que pudieran querer denunciar públicamente. Las agencias nos hemos posicionado diciendo que esa sanción a Stepanova lo que hace es cerrar cualquier posibilidad de colaboraciones de este tipo. Y este caso ha salido porque han existido informadores, no porque el sistema lo detectase. Stepanova no se jugaba sólo correr. Lo ha arriesgado todo.

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