El año pasado, durante una reunión de la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes (CSD) en la que se discutía la posible inhabilitación de Ángel María Villar, uno de sus miembros (Jesús Castellanos, presidente de la Federación de Taekwondo) se retrasó inusualmente. Cuando llevaban casi media hora esperando, un compañero de mesa le telefoneó; pero tenía el móvil apagado. La reunión comenzó. Horas después, los demás se enteraron de que había sido detenido por la Policía Nacional junto con José María Pujadas, secretario general de la Federación.
Este pasado martes, en la misma sede de la madrileña calle de Martín Fierro, la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes se reunió con un único punto en el orden del día: la suspensión cautelar del presidente de la Federación Española de Fútbol. Paradójicamente, entre los asistentes figuraba Castellanos, inmerso en un proceso que podría costarle diez años de cárcel por presuntos delitos de fraude de subvenciones, malversación de caudales públicos, administración desleal, apropiación indebida y falsedad documental: como dicen fuentes muy próximas a la investigación, "un caso prácticamente paralelo al de la Federación de Fútbol, pero a él se le permite sentarse en la Comisión Directiva y a Villar se le aplica la pena del telediario y prisión preventiva".
"La principal diferencia entre este caso y el de Villar es que el segundo está en prisión provisional y el primero nunca pisó la cárcel", señalan a EL ESPAÑOL fuentes de la oposición a Castellanos en una federación partida por la mitad: "Si cambias los nombres, es lo mismo". El paisaje que dibujan las denuncias es muy similar al ya detectado (o sospechado) en otras federaciones deportivas nacionales: facturas falsas, clientelismo a gran escala para mantener el poder, opacidad, utilización partidaria de subvenciones, lealtades de corte mafioso... Un ecosistema de chanchullos demasiado habitual en el deporte español, atrapado por un aparato burocrático en ocasiones ineficiente, otras veces vetusto, que se sostiene gracias a una tupida red de apoyos mutuos que no siempre respetan la legalidad vigente.
Dietas y facturas falsas
Según un conocido informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), la Federación Española de Taekwondo (FET) hizo pasar a la secretaria personal del presidente, Jesús Castellanos, como psicóloga ante el Consejo Superior de Deportes (CSD) para pagar su salario con cargo a las subvenciones otorgadas por dicho organismo. En el proceso judicial abierto se investigan también dietas difícilmente justificables (como varias habitaciones de hotel la misma noche para la misma persona o viajes familiares) y subvenciones cobradas del programa 'Mujer y Deporte', entre otras presuntas corruptelas: la cantidad defraudada, de confirmarse, sobrepasaría los 150.000 euros.
El caso presentará novedades en las próximas semanas, puesto que la UDEF está ultimando un informe con nuevas presuntas corruptelas descubiertas a raíz de escuchas telefónicas y del cotejo de facturas emitidas por empresas colaboradoras de la Federación.
El Consejo Superior de Deportes remitió hace unos meses dos denuncias al Tribunal Administrativo del Deporte para que este organismo decidiera si debía incoar un expediente disciplinario "por la posible utilización incorrecta de fondos privados o de subvenciones, créditos, avales, y demás ayudas del Estado, de sus organismos autonómos o de otro modo concedidos con cargo a los Presupuestos Generales del Estado".
Viraje del CSD
EL ESPAÑOL ha podido saber que el Consejo Superior de Deportes, con José Ramón Lete a la cabeza, está recabando información para acabar con la 'vista gorda' y pedir al Tribunal Administrativo del Deporte que suspenda cautelarmente a Jesús Castellanos (a la manera de Villar) hasta que se resuelva su proceso judicial en el Juzgado de Instrucción número 7 de Alicante. (Un proceso judicial en el que, para colmo, está personado el CSD a través de la Abogacía del Estado).
Ello implicaría, según fuentes oficiales, el apartamiento automático de Castellanos de sus otros cargos: presidente de la Confederación de Federaciones Olímpicas y miembro de la Comisión Directiva del CSD. Castellanos también fue miembro del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Español hasta el pasado mes de mayo (como Villar, vicepresidente del organismo olímpico la pasada legislatura).
La reacción (o amago de reacción) del CSD sorprende por su celeridad, dado que la semana pasada José Ramón Lete (junto al presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco) asistió a la Asamblea de la Real Federación de Taekwondo y respaldó a sus administradores: "Os seguiremos apoyando, así que felicidades por vuestra gestión", concluyó Lete.
Coste político del 'caso Villar'
El movimiento del CSD está relacionado, como aseguran diversas fuentes, con la necesidad de rebajar el 'ruido' en una tesitura especialmente complicada del deporte español y ante las acusaciones de debilidad contra Lete por haber suspendido cautelarmente a Villar durante un año y garantizado la autonomía de la Federación de Fútbol en lugar de instar la intervención judicial de la entidad, como pide la Liga de Fútbol Profesional y su presidente, Javier Tebas, cabeza visible del movimiento anti-Villar.
El hecho de que la Operación Soule fuese iniciada por una denuncia de Miguel Cardenal, el exsecretario de Estado para el Deporte destituido precisamente por su enfrentamiento con Villar, ha dejado en una situación comprometida al ministro Méndez de Vigo y a Lete. Partidarios de una transición pactada en la Federación que culminase con un relevo no traumático al frente del deporte más popular del país, se han visto obligados a asumir el mando de la crisis más importante de los últimos tiempos en su área de responsabilidad.
Presuntas coacciones
La oposición a Castellanos denuncia también coacciones que no han podido ser demostradas, aunque existe una denuncia admitida a trámite en el mismo juzgado de Alicante: un escenario, en general, nada halagüeño para un deporte minoritario y poco mediático que suele dar alegrías olímpicas a España desde su inclusión en los Juegos de Sidney 2000 (con seis medallas, nuestro país ocupa el octavo lugar en el escalafón internacional).
La posible suspensión de Castellanos supondría otra fuerte jaqueca para Alejandro Blanco, su principal sostén, que ha defendido repetidamente la inocencia del presidente del taekwondo español e insistido en que "tiene el apoyo de todo el deporte español". Un problema que se añadiría al encarcelamiento de su gran aliado y amigo, Ángel María Villar, por el que se partió la cara una y otra vez. Desde el arresto del presidente de la RFEF, el presidente del olimpismo español ha optado por guardar un mutismo absoluto, en espera de que la situación no empeore aún más y la apertura de la caja de Pandora no se lleve por delante a más dirigentes.