Durante décadas Larry Nassar, médico de la universidad estadounidense de Michigan State y de la selección estadounidense de gimnasia, abusó e incluso violó a cientos de niñas, atletas potenciales, y a deportistas olímpicas. Todas ellas presentaron una demanda conjunta contra él y consiguieron encerrarlo entre rejas para que no sucediera lo mismo con otras deportistas en el futuro. Sólo faltaba por determinar cuál sería la compensación que los empleadores del considerado mayor depredador sexual de la historia del deporte pagarían a aquellas víctimas. Hoy, Michigan State ha anunciado un acuerdo con los abogados de las 332 víctimas por el que pagará 500 millones de dólares, unos 425 millones de euros.
"Este acuerdo histórico surgió gracias a la valentía de más de 300 mujeres y niñas que tuvieron el coraje de negarse a ser silenciadas", declaró el abogado John Manly en unas declaraciones recogidas por Univisión. "Espero que el acuerdo sirva para alcanzar una reforma institucional de gran alcance que ponga fin a la amenaza de agresión sexual en los deportes, las escuelas y en toda nuestra sociedad", agregó.
Larry Nassar se declaró culpable de haber utilizado su autoridad profesional para abusar y agredir sexualmente a jóvenes mujeres que acudían a él para recibir atención profesional. De hecho, el que fuera responsable de los servicios médicos del equipo olímpico estadounidense de gimnasia y de la Universidad de Michigan State aceptó un acuerdo de culpabilidad por el que cualquiera de las víctimas que hubiera presentado una denuncia podía declarar ante el tribunal antes de que la jueza dictase sentencia.
Del "me robó la inocencia, la privacidad, la seguridad y la confianza" de Jade Capua, una de sus víctimas, al "traicionó mi confianza, se aprovechó de mi edad y abusó de mí cientos de veces" de Alexis Moore, pasando por la fuerza y las ganas de revancha de Aly Raisman, campeona olímpica en Londres 2012 y Río 2016: "Este grupo de niñas, ahora mujeres, es ahora una fuerza. Y tú no eres nada. Tenemos voz, y no vamos a ninguna parte". Hasta 135 mujeres, que en su día fueron niñas de las que abusó Nassar, dejaron su testimonio durante los siete días que duró un juicio demoledor.
Nassar se disculpó por destruir "emocionalmente" a sus víctimas justo antes de escuchar a la jueza Rosemary Aquilina decir que era "un honor y un privilegio" sentenciarle a pasar el resto de su vida en la cárcel, concretamente a una condena de entre 40 y 175 años en prisión, aunque el depredador sexual más grande de la historia del deporte tampoco podría haber salido a la calle mucho antes, pues ya cumplía una condena de 60 años por un delito de pornografía infantil.
Este acuerdo por valor de 500 millones de dólares expía las penas de la Universidad de Michigan State, quien obvió su obligación de observar y vigilar a las personas encargadas de velar por la seguridad de sus deportistas. Queda por saber si la federación estadounidense de gimnasia, a la que Larry Nassar prestó servicios durante años, alcanzará un acuerdo similar con las atletas olímpicas que declararon haber sido objeto de abusos sexuales por parte de Nassar.
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