El 22 de enero llega a Almendralejo para jugar con el Extremadura. No es el José Antonio Reyes fresco y descarado de sus primeros años, pero sigue siendo técnico y su veteranía es de gran utilidad para pelear por los objetivos del club, en Segunda División. El 1 de junio, de camino a casa, apenas a 200 kilómetros, tras quedar fuera de una convocatoria, pierde la vida en un fatal accidente.