La carrera que se ha desatado en el mundo árabe por albergar grandes eventos deportivos parece no tener fin. Cada vez son más los grandes eventos que se dejan caer por estos países a cambio de grandes sumas de dinero. Una relación mutuamente beneficiosa donde unos se enriquecen y otros dan una imagen al exterior de países civilizados, pulcros, con instalaciones lujosas y que son las más cómodas y apetecibles para los deportistas y aficionados.
Tras el último Gran Premio de Fórmula 1 celebrado en Abu Dhabi, el jefe de Mercedes Toto Wolff afirmaba que ese era la mejor carrera de todo el calendario para las invitaciones y los aficionados, para llevar a gente de importancia, relevancia o de cierta popularidad porque la experiencia era enriquecedora en todos los sentidos. Al final, lo de menos era la carrera ya que, como todos esperaban, fue más bien aburrida.
Es precisamente la Fórmula 1 quien ha dado uno de sus últimos pasos hacia el mundo árabe, concretamente hacia Arabia Saudí, donde el próximo año se celebrará una carrera del campeonato de automovilismo más famoso y exclusivo. Este hecho ha levantado una gran polémica aunque, realmente, el mayor efecto que ha tenido es que ahora Catar, su gran rival por la consecución de grandes eventos deportivos, haya contraatacado con dos victorias muy importantes.
Catar apunta al tenis
El comienzo de la temporada de tenis ha supuesto un enorme debate para el circuito mundial, tanto a nivel de jugadores como a nivel organizativo, ya que la ATP lleva mucho tiempo dándole vueltas a como elaborar el comienzo del calendario cuya base debe ser la disputa del primer grande la temporada, el Open de Australia. Finalmente, han conseguido elaborar un camino en el que será parada obligatoria Melbourne, donde los tenistas que participen en el torneo tendrán que hacer una larga cuarentena.
Sin embargo, hasta llegar a la disputa del primer grande del año, tendrá que pasar por un proceso, quienes quieran, de adaptación, con la disputa de varios torneos preparatorios, incluida la ATP Cup que también se celebrará en tierras australianas.
No obstante, lo que más ha sorprendido ha sido la designación del lugar en el que se celebrará la fase previa del primer Grand Slam de la temporada. Será en la ciudad de Doha, en Catar, lugar en el que ya se celebra el torneo ATP 250 más exclusivo del calendario y que sin duda evolucionará en los próximos años a una categoría superior en esa ambición del mundo árabe por colarse entre los eventos más importantes del mundo del deporte.
Esta nueva consecución ha sido un paso más que dan este tipo de países que invierten grandes cantidades de dinero albergar torneos de la máxima importancia para poder ofrecer una nueva imagen hacia el exterior, y no la realidad que se vive en unas sociedades donde no se respetan buena parte de los derechos humanos o se pisotea la dignidad de las mujeres.
A pesar de que Catar, como país, ya estaba inmerso en el mundo del tenis y del circuito profesional, este hecho supone un gran paso hacia delante porque se trata de la posibilidad de inscribir su nombre junto al de uno de los torneos más importantes del mundo. En 2021, hablar del Open de Australia también lo será hablar de Doha y hablar de Catar. Esa fase previa se disputará del 10 al 13 de enero y en ella participarán 128 tenistas profesionales del circuito. Los que se clasifiquen, viajarán en los días posteriores a Melbourne para celebrar cumplir con la cuarentena obligatoria de 14 días.
Nuevos caminos
Sin embargo, Catar y Doha no son las únicas ciudades que se han apuntado a la moda del tenis en este inicio del 2021 de una forma decidida. Lo hará también Dubái, una de las ciudades emirato que forman parte de los Emiratos Árabes Unidos. Allí también habrá tenis de primer nivel y también será por cuenta del Open de Australia.
No obstante, en este caso será para celebrar la fase previa de clasificación de la WTA, el circuito femenino. En un primer momento, Dubái se presentaba como la primera opción para albergar la fase de clasificación del circuito masculino. Sin embargo, la dirección del tenis mundial ha decidido diversificar los cuadros en dos ciudades y en dos países diferentes, de manera que el retorno de ingresos se realiza por partida doble y en mayores cantidades. Mientras tanto, el mundo árabe sigue con su proyecto de lavado de imagen a gran escala y en todos los ámbitos deportivos posibles.
Al final, se ha producido una doble ganancia que no estaba prevista, pero que ha sido facilitada por la entrada de Catar en la pelea, aportando un proyecto muy sólido gracias a sus lujosas instalaciones. En el circuito femenino llegaron a poseer un torneo de categoría WTA Premier, ahora conocido como WTA 500. Esta fase de clasificación se resolverá de igual forma que la masculina y se celebrará también del 10 al 13 de enero.
Guerra por los Juegos
En los últimos meses, Catar no solo ha tenido puesta la mente en el tenis, sino que estaba librando de forma paralela otras importantes batallas, pero todas con el mismo fin, intentar acercar grandes acontecimientos y celebraciones deportivas hacia sus fronteras. En ello, Catar es el líder indiscutible del mundo árabe desde que se hizo con el Mundial de Fútbol de 2022, aunque antes ya lo hizo con campeonatos de atletismo o con Grandes Premios de motociclismo.
Sin embargo, en las últimas fechas, Arabia Saudí había irrumpido con fuerza en esa carrera consiguiendo adueñarse de varios eventos de muchísima importancia. Algunas de esas victorias fueron la Supercopa de España de fútbol, el Rally Dakar o más recientemente un Gran Premio de Fórmula 1 que se celebrará el próximo año y que servirá para poner inicio a un proyecto tremendo del 'Gran Circo' en la ciudad de Jeddah.
A pesar de todo eso, Catar ha contraatacado con fuerza y no solo lo ha hecho con la consecución de la fase previa del Abierto de Australia, sino que lo ha logrado con un golpe directo a su rival. Catar albergará por segunda vez los Juegos Asiáticos, evento al que también optaba Arabia Saudí. La fecha será en el año 2030, mientras que Arabia tendrá que conformarse con hacerlo en 2034, cuatro años más tarde. Esta elección ha resultado especialmente llamativa porque Catar ya había conseguido esta designación como sede en el año 2006, por lo que repetirá antes de que su rival se estrene.
El golpe que le ha permitido a Doha ganar este pelea por delante de Riad ha sido precisamente el Mundial de Catar 2022, hecho por el cual casi el 90% de las infraestructuras ya están construidas, lo que siempre aporta seguridad a los comités que toman este tipo de decisiones. El país catarí espera sacar unos 20.000 millones de dólares con la celebración de esta competición, capital que sin duda aporta una ventaja más de cara a celebrar este evento tan importante. Ganar en esta peleada carrera a Arabia Saudí ha sido un golpe tremendo. Los Juegos Asiáticos son uno de los eventos más seguidos del mundo debido a la gran afición que generan en Oriente en país como China, Japón o la India. Un nuevo espaldarazo al lavado de imagen árabe.
El gran objetivo
Celebrar por segunda vez los Juegos Asiáticos ha sido un gran triunfo para el Catar, a pesar de que lo consideran un premio menor. Tanto es así que han afirmado con total soberbia que 2030 es esperar demasiado, ya que podría organizar perfectamente la próxima edición de 2022, los cuales se celebrarán en China, en la ciudad de Hangzhou.
El crecimiento de Catar como país promotor y organizador del deporte ha sido exponencial en los últimos años, ya que en los últimos tres lustros, Catar ha conseguido atraer hasta sus fronteras a más de 500 eventos deportivos de máximo nivel. Y todo ello, no con un claro afán deportivo, sino con una clara misión institucional y de imagen. El mundo árabe se ha dado cuenta que es una gran vía para abrirse una puerta al futuro, a los acuerdos y a los negocios sin tener que cambiar sus conductas sociales.
Por ello, la ambición de Catar no tiene límites y ya planean el que esperan que sea su gran golpe, obtener la organización de los Juegos Olímpicos del año 2032. La realidad es que Doha, la ciudad que seguramente sería elegida como sede, reúne todas las condiciones en cuanto a nivel de infraestructuras, ya que cuenta con todo lo realizado para el Mundial de Fútbol del año 2022 y con lo que se vaya a construir de cara a los Juegos Asiáticos del año 2030, los cuales serán tomados a modo de ensayo para el premio general.
Además de atraer el evento deportivo más grande del mundo hasta su país y de conseguirlo en un tiempo récord, con el valor y el reconocimiento que ello supone para un estado que no respeta la mayoría de los derechos fundamentales, sería un triunfo incontestable en su guerra contra Arabia Saudí, ya que serían capaces de celebrar los Juegos Olímpicos absolutos antes de que Arabia lo hiciera con los asiáticos. Así es el plan de Catar para atacar a sus vecinos y para seguir con su lavado de imagen internacional.
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