La Covid-19 está identificada a nivel planetario con el rango de pandemia. Así lo decretó la Organización Mundial de la Salud cuando se dio cuenta de que este virus llegaría para formar parte de la vida de la gente durante mucho tiempo y con unas consecuencias devastadoras. Contagios, enfermos, ingresos, caos hospitalarios y víctimas han sido el pan de cada día para un mundo que no sabe si volverá a vivir como antes.
La crisis sanitaria, imparable y galopante desde hace un año, trajo consigo también una crisis económica muy dura y severa cuyo final todavía queda lejano. La Covid ha conseguido seguramente lo que no había conseguido nada antes, y es detener todos los sectores económicos del mundo. Uno de ellos fue el deporte, que tuvo que ver cómo se detenían y se suspendían hasta unos Juegos Olímpicos.
Esos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se celebrarán, si nada cambia, este mismo verano, del 23 de julio al 8 de agosto. Para ello trabaja ya sin descando el Comité Olímpico Internacional, quien se ha propuesto sacar adelante la cita olímpica cueste lo que cueste. Para ello no solo contará con el apoyo de Tokio y de Japón, sino que lo hará también con el de China y su vacuna.
La vacuna china
El Comité Olímpico Internacional se ha propuesto blindar el correcto funcionamiento de los Juegos Olímpicos por todos los medios y por ello ya ha ideado un plan para que esto sea posible. La intención del COI es conseguir la máxima seguridad posible para los deportistas que acudan a la cita, ya que todos ellos, se calcula que más de 10.000, serán convivientes en la Villa Olímpica. Por ello, es necesario un plan de trabajo donde ha entrado China con mucha fuerza.
El gran gigante oriental, que posee su propia vacuna contra el coronavirus, ha ofrecido al Comité Olímpico Internacional una partida de sus vacunas para los deportistas que acudan a los Juegos Olímpicos y no hayan pasado por los procesos de vacunación de sus países. Este ofrecimiento ha llegado a través del Comité Olímpico Chino, que se está encargando de preparar los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022.
Es precisamente el COC quien ha ofrecido esta partida de vacunas adicionales para poder garantizar la seguridad de la celebración de los juegos a pesar de que las circunstancias no sean ni las mejores ni las esperadas. De esta forma, ofreciendo la garantía de la vacuna, la intención del Comité Olímpico Internacional es conseguir atraer al mayor número de deportistas posibles, ya que hay muchos que se han mostrado reticentes a ir teniendo en cuenta la situación sanitaria. Esta sesión masiva de vacunación también cubrirá a los Juegos Paralímpicos.
Este anuncio ha sido realizado por el propio presidente del COI, Thomas Bach, tras la 137ª sesión de reunión de la máxima institución deportiva a nivel olímpico y mundial. Se trata de una gran noticia para el mundo del deporte, ya que es el anuncio que mejores expectativas crea de cara a la cita olímpica y lo consideran el mayor ejemplo de trabajo que se ha realizado durante el último año, ya que han sido muchas las promesas realizadas hasta poder tener algo sólido que ofrecer a los deportistas.
El plan de vacunación
A pesar de que todavía no es oficial, ya se conocen varios detalles de este proceso de vacunación que tiene como gran objetivo celebrar y blindar estos Juegos Olímpicos castigados por la pandemia. Efectivamente, las vacunas llegarán procedentes de China y serán gestionadas por el propio Comité Olímpico Internacional, quien ya ha confirmado que pagará dos dosis adicionales por cada una de las dosis que decida adquirir, de forma que estas irán a parara a las poblaciones de los países que intervienen en la cuestión.
De esta forma, y aunque no se haya cifrado todavía la cantidad de dosis totales que se van a adquirir, lo que es seguro es que supondrán un gran beneficio también para la sociedad y para el pueblo chino en una labor humanitaria que quiere hacer el COI para responder al ofrecimiento y al gesto del Comité Olímpico Chino, todo enmarcado bajo un halo de esperanza que han calificado como parte del espíritu olímpico.
El siguiente punto es cuestión será distribución de las propias vacunas para que lleguen a todos los deportistas que deseen ponérsela, algo que se recomienda profundamente. El COI, en colaboración el COC, enviará la vacuna a aquellos países que tengan acuerdos previos con la vacuna china. Para aquellos que estados que no tengan dicho acuerdo, sus deportistas podrán acceder a ella mediante diferentes socios internacionales del Comité Olímpico Internacional que entrarán en acción en esta dura batalla por preservar y garantizar la mayor seguridad posible para los Juegos Olímpicos.
A su vez, además de llevar este plan de vacunación adicional con el apoyo directo de China, el Comité Olímpico Internacional ha instado, aunque no ha obligado, a todos los comités olímpicos nacionales a incluir a sus deportistas, especialmente a aquellos que tienen plaza para los juegos o que están en periodos de clasificación, en los planes de vacunación estatales para así no tener que pasar por el proceso de vacunación ofrecido por China y seguir una línea más habitual. Ya hay bastantes países que han informado al propio Thomas Bach de que sus deportistas están siendo vacunados como colectivos considerados como prioritarios.
Unos Juegos Olímpicos diferentes
A pesar de que la idea y el plan establecido son seguir adelante con estos programas de vacunación para intentar cubrir al mayor número de deportistas en el menor tiempo posible, eso no va a evitar que los Juegos Olímpicos de Tokio sean los más diferentes y extraños de la historia. La propia población japonesa, concretamente la ciudadanía tokiota, ha pedido que no se permita la entrada de público extranjero en el país con motivo de los juegos para evitar nuevos brotes y contagios del virus. Son también muy reacios a la celebración de las competiciones este año, ya que eso retrasaría la relajación de las medidas anti-Covid, aunque saben que tendrán que terminar conviviendo con ello si algo más grave no lo impide.
Todos los Juegos Olímpicos se van a llevar a cabo bajo unos estrictos programas de seguridad sanitaria y bajo unos férreos protocolos para preservar tanto la seguridad de la ciudad como la de los propios deportistas, quienes por motivos de viajes profesionales, concentraciones y contacto con rivales son los que más se exponen a este tipo de situaciones.
Estas medidas no solo tendrán que ser aprobadas y confirmadas por el Comité Olímpico Internacional y por el Comité Olímpico Japonés, sino que también tendrán que contar con el visto bueno de las autoridades estatales y políticas de Tokio y Japón al ser los propios ciudadanos quienes han promovido que los juegos de este verano se celebren sin la presencia de público extranjero en las gradas.
No hay que olvidar que este tipo de eventos, además de la llegada de 10.000 deportistas también implica la movilización de decenas de miles de personas en cuanto a organización, personal técnico, voluntarios, funcionarios y representantes de la prensa que seguirán el día a día de las actividades en una de las citas más importantes de la historia del deporte, los Juegos del Covid.
Lo que de momento es seguro es que Tokio no obliga a los deportistas a aceptar esa vacuna o vacunarse, algo que se había llegado a valorar. Confían en este nuevo plan creado tras el ofrecimiento de China, el cual debería ser suficiente, junto con la actuación y los sistemas de vacunación de los diferentes países, para garantizar unos Juegos Olímpicos diferentes, con restricciones, pero seguros.
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