El vigente campeón de la NBA se ha reforzado en los últimos años con jugadores y empleados provenientes del estado de Arizona, ya sea directamente de los Phoenix Suns, o personas con vínculos al baloncesto universitario local. Desde el MVP (el mejor jugador, "Most Valuable Player") de las finales hasta el presidente, pasando por la secretaria técnica, todos tienen conexiones con el estado del Gran Cañón. La franquicia californiana ha sabido aprovechar el talento que pasó desapercibido en el desierto. Pero ha sido con la llegada de Steve Kerr, piedra angular del proyecto en cuanto a operaciones se refiere, cuando todo ha encajado en su sitio.
Como en casi todas las empresas de enjundia, el triunfo comenzó desde arriba. Rick Welts, presidente de los Phoenix Suns, anunció en mayo de 2011 su homosexualidad en una entrevista al New York Times. Semanas después dimitió del cargo alegando que quería pasar más tiempo con su pareja, residente en San Francisco. Meses después sería fichado por los Warriors como consejero delegado.
Por aquel entonces Steve Kerr era el gerente de los Suns, donde había orquestado traspasos de renombre como la adquisición de Shaquille O’Neal o la renovación de Steve Nash, dos veces MVP con la franquicia de Phoenix. Bajo su mandato, reemplazó a Mike D’Antoni con Alvin Gentry, y el equipo cosecho éxitos en las campañas venideras hasta la salida del propio Kerr a finales de la temporada 2009/2010 debido a problemas con Robert Sarver, dueño de la franquicia.
Kerr regresó a comentar partidos en la cadena de televisión TNT, esperando una oportunidad para volver a una franquicia, aunque según él “no sabía si en calidad de entrenador o en la secretaría técnica”. En los años anteriores la franquicia de la Bahía de San Francisco había fichado a jugadores buenos con potencial, entre ellos Steph Curry, Klay Thompson, Draymond Green o Harrison Barnes. Además, en el verano de 2013 se hicieron con los servicios de Andre Iguodala, jugador que al igual que Steve Kerr estudió en la Universidad de Arizona, con el que ya tenía una gran relación.
Tanteado por su gran maestro Phil Jackson para el puesto de entrenador de los New York Knicks, Kerr no estaba seguro de si era el puesto ideal para comenzar su carrera en los banquillos. Con su familia residiendo en California, Kerr no sabía si aceptar la oportunidad de trabajar para una franquicia histórica como los Knicks. Pero al finalizar la temporada de los Warriors, estos decidieron cortar su vínculo con Mark Jackson, entonces entrenador. La llamada de Welts estaba al caer, y días después Steve Kerr fue anunciado como entrenador de los Golden State Warriors.
El impacto fue inmediato. Los Warriors saltaron a la cancha en noviembre con un quinteto inédito la temporada anterior con Mark Jackson: Steph Curry, Klay Thompson, Harrison Barnes, Draymond Green y David Lee. Con esos cinco jugadores en pista, la franquicia de Oakland lideró la NBA en el ratio ofensivo/defensivo por cada 100 posesiones. Además, añadió a Alvin Gentry como su segundo entrenador y a Jarron Collins, ex jugador suyo en los Suns, como entrenador de desarrollo.
Con 67 victorias en la temporada regular ganaron su división y llegaron a Playoffs como el rival a batir en su conferencia. Todo fue rodado hasta las finales frente a los Cavaliers, donde tras perder el primer y tercer partido, hubo un cambio en la alineación, incorporando a Iguodala en el quinteto inicial. El cambio rompería el esquema de los Cavs, dando a los Warriors su primer anillo en casi 40 años y haciendo de Iguodala el MVP de las finales. El cerebro de la idea fue el asistente especial del primer entrenador, Nick U’Ren, que también trabajó con Kerr en los Suns dentro del equipo técnico. La idea también fue consensuada con Luke Walton, ex jugador de la universidad de Arizona e ídolo de universidad del propio Iguodala.
Con todo esto, la pregunta es evidente: ¿Por qué no triunfaron en Phoenix? EL ESPAÑOL ha consultado a un antiguo directivo de los Suns, que relaciona el rumbo de la franquicia directamente con el dueño, Robert Sarver. “(Rick Welts) ha hecho con los Warriors lo que quizá no fue capaz de hacer en Phoenix, pero tampoco le hubieran dejado. Aunque en lo económico la franquicia iba bien, en lo deportivo tenía muchos obstáculos. [Robert] Sarver es un tipo muy complicado”. Desde que Sarver compró la franquicia en 2004, los Suns solamente han sobrepasado el límite salarial impuesto por la NBA en tres ocasiones, y siempre por menos de cinco millones de dólares.
Phoenix es, después de Nueva York, Los Ángeles y Houston, la ciudad con más habitantes que tiene una franquicia NBA. Atraer gente a los partidos y obtener un contrato televisivo cuantioso no debería ser un problema para estos equipos que disponen de la suerte geográfica y demográfica de estar donde están. Sin embargo, con Sarver, todo esto es un problema y los empleados entran a la misma velocidad que abandonan la franquicia. Este verano Sarver ha intentado comprar el Levante después de no poder adquirir al Rangers de la liga escocesa. “Qué suerte”, comentaba dicha fuente.
En la ceremonia de inauguración de temporada, los Warriors recibirán sus correspondientes anillos de campeones NBA. La franquicia de San Francisco que ya tiene más de una docena de empleados provenientes del estado de Arizona ha contratado al dos veces MVP de la Liga con los Suns, Steve Nash, como entrenador de desarrollo hace apenas un mes. Ante el reto de repetir semejante conquista en esta temporada, Steve Kerr se encuentra de baja indefinida debido a una operación en la espalda hace unas semanas. A principios de esta temporada le suplirá Luke Walton, otro entrenador que no tuvo una oportunidad donde el sol brilla con más fuerza.