Los dos empezaron el partido desapercibidos. Parecía que la historia no iba con ellos, pues los focos se los llevaban otros. Había que reservar energías tras unos cuartos de final extenuantes en minutos para uno y en emoción para el otro. Sin embargo, y a medida que el final se fue acercando, Sergio Llull e Ioannis Bourousis se convirtieron en los rostros más visibles del Real Madrid y del Baskonia.
Las canastas decisivas de uno hicieron creer a los blancos. La polivalencia del otro, con incidencia tanto en el perímetro como en la zona, mantuvo a los vascos en la pomada. Al final, el corazón pudo más que las labores de fontanería y el vigente campeón, aun sufriendo hasta la extenuación, no dejó que el rival se le subiese del todo a las barbas (80-86). Las de Llull y las del Chacho, el Dúo Dinámico blanco para sellar la final ante el Gran Canaria (este domingo a las 19 horas).
El base canario pareció percibir el clamor popular en las redes sociales sobre su mal encuentro. Ni corto ni perezoso, se echó al Madrid a las espaldas y le devolvió la vitalidad que llegó a temer perder (13 puntos). Por su parte, el menorquín dejó a un lado el posible cansancio acumulado ante el Fuenlabrada para una nueva actuación heroica más (15). Como tantas otras veces, los Sergios acudieron al rescate de los hombres de Laso que, por primera vez esta temporada, no tuvo compasión de sus paisanos de Vitoria.
Y eso que las cosas no pudieron empezar mejor para él y sus chicos, más que convincentes en ataque y defensa durante buena parte de la primera mitad. Mientras Ayón y Reyes se gustaban bajo tableros y Nocioni metía triples, el Baskonia parecía fundido. Un claro espejismo, ya que los vitorianos regresaron a la senda que se les presuponía justo antes del descanso. En cuanto Causeur, Adams y Hanga se acercaron a la versión mostrada ante el Obradoiro, el partido cambió totalmente de signo.
Bajó a las trincheras, donde cualquiera con dos dedos de frente sabía que se iba a resolver la semifinal incluso antes de jugarse. Los triples serían el arma más utilizada por los dos bandos. Cada tiro exterior lejano acertado por el Madrid era correspondido por el Baskonia y viceversa. Varios de ellos los protagonizó, en las filas de Perasovic, Bourousis.
Completamente liberado tras la salida de pista de Willy Hernangómez, el rival que más ha conseguido desquiciarle este curso, el jugador griego buscó aniquilar a sus otrora compañeros. En cuanto un Hanga con hechuras de MVP se retiró al banquillo, el papel de héroe en el último cuarto le correspondió a él. Y, ya más que acostumbrado a ser el referente, lo asumió con gusto (16 puntos).
Había que parar la confianza vasca como fuera. Por eso, el Madrid volvió a apoyarse en los secundarios mientras sus protagonistas intentaban encontrar la inspiración. Además de Nocioni, Maciulis, Carroll y Rivers también dejaron su sello durante algunos minutos, como lo hizo Tillie en el Baskonia. El 6.75, donde todos ellos sobresalieron, no pudo ser más determinante.
Así fueron sucediéndose las idas y venidas del encuentro, con los dos conjuntos turnándose en el papel de actor y espectador hasta que el Madrid decidió que ya era suficiente. Los Sergios compartieron riendas entre sí y acordaron dejar para otra ocasión una racha de tres derrotas consecutivas con marca de la casa baskonista. Una en Liga y otra en Euroliga ya eran suficiente botín que festejar.
Mejor pensar de tres en tres en otra clave, la de las victorias. Los títulos consecutivos de los pupilos de Laso en la Copa formarían un tridente en el caso de cantar el alirón ante el Gran Canaria este domingo. Un triunfo que prolongaría el idilio del equipo con La Coruña, donde ya serían cuatro los títulos coperos conquistados. Pero antes, a buen seguro y como diría Groucho Marx, más madera, porque la guerra aún no ha terminado.
Ficha técnica
80 - Laboral Kutxa (17+27+17+19): Caseur (14), Hanga (12), I. Diop (3), Tillie (8) y Adams (15) -equipo inicial-, James (6), Bourousis (16), Blazic (5) y Bertans (1).
86 - Real Madrid (25+15+20+26): Maciulis (8) Reyes (8), Ayón (14), Carroll (8) y Llull (15) -equipo inicial-, Rivers (5), Rodríguez (13), Taylor, Nocioni (11), Lima (2) y Hernangómez (2).
Árbitros: Emilio Pérez, Miguel A. Pérez y Carlos Peruga. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales de la Copa del Rey disputado en el Coliseum de La Coruña ante unos 10.000 espectadores.