Cuando la FIFA sancionó al Barça con no poder inscribir jugadores, los azulgranas se echaron las manos a la cabeza. La notificación la recibieron con un equipo hundido, sin un futuro claro y con una crisis institucional en el club. Para todos fue un jarro de agua fría. Para todos menos para uno: Dani Alves.
El brasileño, ya en un claro declive que solo ocultaba con aisladas buenas actuaciones, supo jugar con esa sanción. Sabedor de que el Barça no tenía sustituto para él, jugó más en los despachos que en el campo. Victimizó su situación, lanzando discursos con sabor a despedida, a la vez que amenazaba al club: si se iba, se quedaban sin lateral y muy mermados en una posición importante del campo y que el propio Alves había cubierto muy bien durante años.
Ocho meses después de su renovación, sigue sin ser extraño que Dani Alves sea el peor de un partido del Barcelona. El lateral se ha convertido en el gran coladero de la defensa culé en mucho de los partidos. Y lógicamente los rivales no son ajenos a ello y se dan cuenta. Vuelcan su juego por allí, sabiendo que la banda de Alves es la más oportuna para hacer daño al todopoderoso Barça.
El peor del Barça en Gran Canaria
En Las Palmas no fue menos y el brasileño volvió a ser lo peor de un Barça que sufrió en exceso y se llevó una victoria (1-2) que no mereció. Los canarios también se aprovecharon del mal estado de forma de Alves y así anotaron su único gol al Barça. Viera se inventó un taconazo en la frontal que dejó mareado al brasileño. La asistencia era de quilates, pero ayudó también la mala colocación del defensor. El balón le llegó a su compatriota Willian José, y éste solo ante Bravo, anotó. Otro gol más que recibe el Barça por culpa directa de Dani Alves.
Su mal partido lo acompañó en los minutos finales con una falta por la que el árbitro Del Cerro Grande solo le sacó la amarilla. Rozó la roja la acción, muy parecida a la que cometió Filipe Luis sobre Messi en el último Barcelona - Atlético de Madrid.
Injusto sería achacar todos los problemas defensivos del Barça a Alves. Por ejemplo, Mascherano también vive uno de sus momentos más flojos y Mathieu no convence ni de central ni de lateral. Pero a Alves se le nota más, porque se le puede comparar con el Alves que maravilló hace unas temporadas y porque él mismo se puso el foco mediático.
Sobre su actuación en Gran Canaría, se limitó a decir que "siempre me mirarán con lupa". La realidad es que esa lupa se la ha ido poniendo él, generalmente por sus continuas salidas de tono, queriendo siempre dar el 'cante'. La última fue su "puta basura" a la prensa, algo por lo que hasta el propio Barça le reprendió. El club catalán tuvo que sacar un comunicado para"aclarar que no admite ni comparte las expresiones ofensivas" que publicó Alves.
Con Aleix Vidal, pierde minutos
"La competición, el fútbol, los jugadores, son fases. En todos los momentos tienes que estar tranquilo confiar y no perder la fe en tus posibilidades", comentó también Alves tras el partido ante Las Palmas. El brasileño fue un fijo para Luis Enrique, también aprovechado por la mencionada sanción de la FIFA, pero desde que Aleix Vidal, su principal competidor por el lateral derecho, ya pudo jugar a inicios de este enero, Alves ha dejado de ser imprescindible para su técnico.
Tanto es así que desde inicios de enero, cuando se acabó la sanción, Luis Enrique ha ido rotando al máximo a sus dos laterales. De los 14 partidos con ambos disponibles, en ocho fue titular Alves y en seis, Aleix. Solo en una ocasión uno de los dos jugó dos partidos seguidos (Alves, en los dos partidos más importantes, ante el Athletic en Copa y el Atlético en Liga). Fue la única vez que 'Lucho' decidió dar dos titularidades seguidas. Su filosofía ha sido la de no repetir: si uno es titular un partido, al siguiente es suplente.
En un Barça que últimamente roza la excelencia, Dani Alves es de los pocos que desentona. Su nivel, cada vez más pésimo, hace difícil pensar que continúe la próxima temporada en la Ciudad Condal, a pesar de que tenga contrato hasta 2017. Viendo lo que se le viene, ya presionó al club con una supuesta oferta que le había llegado de la poderosa China. Ese parece su destino. Una Liga de nivel más bajo, pero con millones más altos.