La casta del campeón siempre sale a relucir. Aun con mucha sangre, sudor y lágrimas, sus hombres tragan saliva, le echan morro y se enfrentan al peligro cara a cara. A veces sale cruz, pero muchas otras cara. Por eso, aunque el Real Madrid de Laso se encontró con una de las finales más duras de su época gloriosa, salió adelante. Y eso que no fue nada fácil superar al Gran Canaria de Aíto García Reneses, (muy) corajudo hasta el final (81-85). Los isleños mordieron y mordieron hasta casi alcanzar la yugular de su adversario, que no amarró la conquista de su tercera Copa del Rey consecutiva hasta los últimos minutos.
En un nuevo partido de ida y vuelta concentrado en 40 minutos, el canario volvió a cantar muy alto. Con Albert Oliver (excelso durante todo el torneo) y Eulis Báez como grandes solistas, los amarillos soñaron con su primer título copero durante muchos minutos. Xavi Rabaseda, Pablo Aguilar y una sólida defensa también contribuyeron en el intento de aguarle la fiesta al Madrid. Mientras el perímetro del 'Granca' lucía un partido más, el hipotético favorito buscaba mantener la sangre fría en la pintura.
Con la dupla Reyes-Ayón como en sus mejores días, tanto atacando como reboteando, el Madrid quiso aguantar las embestidas isleñas aprovechando su ventaja cerca del aro. El mexicano, más de dulce que nunca esta temporada, ratificó su condición de MVP con otro gran encuentro a ambos lados de la cancha. Abonado a las dobles cifras anotadoras y cada vez más predispuesto en defensa, fue 'Titán' hasta el final.
Nocioni también puso de su parte en la zona, cómo no. Sus compañeros tomaron nota de la intensidad defensiva del argentino, que ratificó una vez más la solidez del banquillo madridista en esta Copa. Maciulis, Rivers y Carroll volvieron a aparecer en las fases cruciales, haciendo gala de su especialidad habitual: el tiro exterior.
Precisamente fueron los triples, que tan buen feeling habían creado en torno al Granca, los que acabaron cavando la tumba amarilla en la final. En cuanto el Madrid recuperó el nivel ofensivo exhibido en los primeros minutos (y lo suyo le costó), el 6.75 no faltó en su repertorio para amarrar el triunfo. Pero el loable esfuerzo canario aún daría un último susto con apenas segundos por disputarse y un triple digno de infarto de Xavi Rabaseda.
Sergio Rodríguez pondría la calma definitiva en el encuentro a base de tiros libres. Con el duende del Madrid y A Coruña todavía impoluto, el Coliseum empezó a cantar el “Campeones, campeones”. Tan válido para los triunfadores como para unos irreductibles canarios que, a expensas de la opinión general, fueron a la Copa y pelearon por ganarla. Y a poco lo consiguen. El enésimo mérito baloncestístico de un Aíto García Reneses que ha vuelto a encontrar oro en uno de sus equipos.
Como el que encontró el Madrid desde que su camino se cruzó con el de Pablo Laso, cuyo imán para los títulos sigue sin tener fin. Como avisó el Chapu, el despertador del equipo estaba programado para sonar en febrero, con el primer título al asomo. Finalmente, la profecía se cumplió en primera instancia.
Ficha técnica
81 - Herbalife Gran Canaria (18+20+21+22): Pangos (3), Newley (8), Salin (3), Báez (8) y Pasecniks (2) -equipo inicial-, Oliver (16), Savané (4), Seeley (9), Rabaseda (14), Omic (8) y Aguilar (6).
85 - Real Madrid (24+16+22+23): Maciulis (11) Reyes (12), Ayón (15), Carroll (13) y Llull (2) -equipo inicial-, Rivers (10), Rodríguez (11), Nocioni (7) y Lima (4).
Árbitros: José A. Martín, Juan C. García y Carlos Peruga. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la final de la Copa del Rey disputado en el Coliseum de La Coruña ante unos 10.000 espectadores. Presidieron el partido, entre otras personalidades Alberto Núñez Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia, Íñigo Méndez de Vigo. ministro de Educación, Cultura y Deporte en funciones, Xulio Ferreiro, alcalde de La Corula, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y Miguelo Betancort, presidente del Herbalife Gran Canaria.