Si hay un arma fundamental en el baloncesto moderno, ésa es el triple. El equipo que consigue domar a la fiera perimetral para que le obedezca una y otra vez tiene mucho ganado en las canchas. Si al acierto exterior se le añade velocidad y defensa en los momentos cruciales, la ecuación resulta óptima. Bien lo sabe el Real Madrid, que no acusó los excesos de una primera parte sobrehumana desde el 6.75 tanto por su parte como por la del Gran Canaria. Los hombres de Laso aprovecharon su mayor consistencia tras el descanso para impedir la mejor celebración posible de las bodas de oro de Aíto con la canasta (93-103).
Aunque los isleños sólo habían perdido un encuentro en su pista esta temporada antes de medirse a su verdugo copero, la estadística advertía de la dificultad de la machada. El último año en el que el Granca consiguió tumbar a los blancos en casa fue 2010, y continuará siéndolo. Eso no significa que los pupilos de García Reneses no plantasen cara al grande de turno ante su público. Claro que lo hicieron, siendo tan o más partícipes que el Madrid de unos primeros 20 minutos de baloncesto en estado puro. Sin apenas defensa, pero con mucho y buen ataque.
¿Que el Chacho o Llull las metían desde su casa? Pues allá que iban Pablo Aguilar, Kevin Pangos o Eulis Báez prestos a dar la reválida triplista. En total, 18 triples entre los dos equipos en los dos primeros actos (el Madrid acabaría con 19 en total). Con la siempre sólida aportación interior de Alen Omic y la frescura del “microondas” DJ Seeley, los pío-pío aclararon el porqué de sus cinco triunfos consecutivos en la ACB. Su buena racha acabaría minutos después, pero el esfuerzo canario resultó encomiable.
Y eso que a los locales les sobrevino el clásico apagón del tercer cuarto nada más volver del descanso. Entonces, el Madrid jugó menos en el perímetro gracias a una nueva actuación dominante de Ayón en la zona. Lo cual no quiere decir que abandonase el recurso del triple por completo. Bien lo atestiguó Nocioni, continuo nominado al MVP en cuanto empiezan a asomar las finales. El banquillo visitante salió ratificado una vez más gracias a las también notables actuaciones de Maciulis y Carroll.
Ni siquiera hizo falta que los Sergios acudiesen al rescate cuando el Granca amagó con una de esas remontadas que tanto le gustan de la mano de la dupla Oliver-Omic: veterano y perro viejo uno como director de orquesta; joven pero sobradamente preparado el otro bajo los aros. Su conexión pudo generar dudas a los visitantes, que las disiparon enseguida manteniendo el punto de mira atinado delante y algo de intensidad atrás en los momentos clave.
Finalmente, el Madrid consiguió rebasar de nuevo los 100 puntos esta temporada y, de paso, sumar su sexta victoria consecutiva liguera. Los hombres de Laso superaron con nota el duro examen ante el Gran Canaria antes de afrontar su particular Tourmalet en la Euroliga. Con cuatro de sus cinco partidos restantes del Top 16 a disputar fuera de casa, y ante contendientes de pedigrí, la relajación no está permitida. Con o sin triples de por medio.
Ficha técnica
93. Herbalife Gran Canaria (24+34+10+25): Oliver (18), Salin (10), Newley (2), Báez (9) y Omic (17) -cinco inicial-, Pangos (6), Pasecniks (-), Seeley (10), Rabaseda (5), Savané (3) y Aguilar (13).
103. Real Madrid (26+29+24+24): Llull (9), Carroll (12) Maciulis (13), Thompkins (3) y Ayón (21) -equipo inicial- Taylor (5), Rodríguez (17), Hernangómez (4), Doncic (1), Ndour (3), Nocioni (15) y Lima (-).
Árbitros: Pérez Pérez, Calatrava y Sánchez Mohedas. Sin eliminados.
Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de la Liga Endesa de baloncesto disputado en el Gran Canaria Arena ante 9.097 espectadores.