Definitivamente, este Real Madrid ya no es el de Ettore Messina. Tampoco el de Mirotic, Prigioni, D'or Fischer, Clay Tucker o Velickovic. Por su parte, este Barça continúa siendo el de Xavi Pascual. Y, sin embargo, los azulgranas no enlazaban tres victorias consecutivas ante el eterno rival desde los tiempos de Ricky Rubio, Ndong, Fran Vázquez, Lorbek o Ingles. Es decir, desde febrero de 2011. La racha se igualó este jueves gracias a un duelo a la altura de las circunstancias en el Palau Blaugrana. Los locales mostraron su mejor cara de la temporada y los visitantes la peor… hasta que cayeron en la cuenta de que ahora su técnico es Pablo Laso (72-65).
Es la magia del baloncesto, donde la gloria y la desdicha resultan muchas veces efímeras. Tan pronto se está en la cumbre como se desciende a lo más profundo de las catacumbas. Todo en cuestión de segundos. Pero, como saben, en el término medio reside la virtud. Y aunque el Barça amenazó con romper el encuentro nada más comenzar, no tardó en comprender que el Madrid hace tiempo que dejó de lado sus vacas flacas.
Por mucho que el ataque y la defensa azulgranas resultasen ejemplares al inicio (con Satoransky, 17 puntos, y Dorsey como puntales), el carácter de un equipo ganador siempre acaba saliendo a relucir. Una cita tildada de Clásico bien merece idas y venidas en el marcador, emoción (casi siempre constante) y, en definitiva, baloncesto en estado puro. Por mucho que Carlos Arroyo pidiese un duelo plácido en la previa, hace tiempo que los Barça-Madrid son batallas a todo o nada. Cuatro puntos en un sólo periodo resultan una losa de considerables dimensiones, pero el Madrid volvió al partido (valga la redundancia, por eso es el Madrid).
No lo hizo, como acostumbra últimamente, con el triple por bandera. Esta vez, fió más su suerte a la solvencia contrastada de Gustavo Ayón (16 puntos) y Felipe Reyes (11) en la pintura. También a la lucidez de Sergio Rodríguez en la visión de juego. A golpe de asistencias imposibles, de ciertamente algo de magia, el Madrid de la segunda parte fue todo lo contrario del que compareció los primeros 20 minutos. Volvió a correr, a tirar con éxito, a jugar el pick and roll como los ángeles y, en definitiva, a soñar no ya con la remontada, sino con una victoria que realmente tuvo cerca en los minutos finales.
Todo empezó a partir de la defensa, como antes le ocurrió al Barça. El regreso de Rudy Fernández sólo puede traer alegrías a la parroquia madridista en este sentido. El balear fue uno de los culpables del alto número de pérdidas que se registró en el encuentro (15 del Barça por 14 del Madrid). Los locales también pusieron de su parte y, aunque el desconcierto por el cambio de dinámica del partido fue clarividente en algunos de sus hombres (Arroyo y Tomic), no se desmoronaron del todo. Stratos Perperoglou ayudó a mantener la compostura a los suyos con una segunda mitad digna de estrella (20 puntos).
Los pequeños detalles acostumbran a marcar la historia de los Clásicos, y la clave de los mismos casi siempre la suelen tener los secundarios. Oleson por un bando (7) y Carroll por el otro (9) cumplieron con su papel de desatascadores a la perfección. No obstante, a la hora de la verdad aparecieron unos protagonistas sempiternos: los tiros libres. Y, en su eterno carrusel cuando los finales amagan con el infarto, el Barça se mostró más atinado.
Además, una antideportiva de Llull sirvió para allanar definitivamente el camino de su triunfo. Como mejor resumen, quedaron el primer cuarto local y el tercero visitante. Y es que ni los unos ni los otros son tan buenos o tan malos como en 2011. Aunque, como entonces, el Clásico se tiña de azulgrana y las urgencias sean, ahora, de tez blanca.
Ficha técnica
72 - Barcelona (25+15+12+20): Satoransky (17), Oleson (7), Perperoglou (20), Doellman (11), Dorsey (4) -cinco inicial-, Ribas (6), Tomic (4), Arroyo (-), Vezenkov (-), Eriksson (2) y Samuels (1).
65 - Real Madrid (4+24+23+14): Llull (7), Carroll (9), Maciulis (-), Reyes (11), Ayón (16) -cinco inicial- Nocioni (5), Rivers (2), Rudy Fernández (-), Lima (4), S. Rodríguez (8) y Taylor (3).
Árbitros: Lottermoser (GER), Viator (FRA) y Boltauzer (SLO). Eliminado: Taylor (min.40)
Incidencias: Asistieron al encuentro 7.142 espectadores en partido de la undécima jornada del 'Top 16' de la Euroliga disputado en el Palau Blaugrana.