El Jordan Brand Classic es un desafío mundial de baloncesto cadete en el que compiten los mejores talentos del “High School” americano junto a una Selección del resto del mundo definida recientemente en el pabellón Drazen Petrovic de Zagreb. El evento se celebrará el 15 de abril en el Brooklyn Arena con el tratamiento de gran cita. Por algo estrellas como LeBron, Anthony Davis, Kevin Durant, Chris Paul o los europeos Tony Parker y Linas Kleiza han pasado por este innovador “AllStar”.
Por primera vez al menos 6 jugadores de esa selección mundial provienen de canteras ACB -Carlos Alocén y Joel Parra son los únicos nacidos en España- aunque, curiosamente, en los 14 años de historia del torneo la representación patria no ha llegado tan lejos como la americana. Acoydan McCarthy, Sergi García, Jorge Sánchez, Albert Homs, Joan Tomàs, Miki Servera y Joan Creus no llegaron aún a destacar al máximo nivel.
LUCES ROJAS PARA UNA INVERSIÓN DESENFOCADA
Ahí reside una de las paradojas del baloncesto español: se invierte más en cantera a nivel de clubes y los resultados para las selecciones de base empiezan a resentirse. Aunque se sigue liderando el ránking FIBA en obtención de medallas a nivel individual, la cantidad y calidad de talento está en clara recesión como ha reconocido en repetidas ocasiones el Director Deportivo de la FEB Ángel Palmi haciendo alusión a las “luces rojas” que se estaban empezando a encender en la formación española. “Cada vez salen menos jugadores con progresión. Los Europeos U16, U18, U20 y el Mundial U17 reflejan cuántos jugadores crees que pueden llegar a la élite. Ya no digo a la selección absoluta, sino a jugar en la ACB. Y en el baloncesto masculino son cada vez menos. No así en el femenino, donde hay el doble que en chicos”, reconoce el máximo responsable deportivo del baloncesto español, que ve como cada día España exporta más talento extranjero, como en el reciente caso del croata Mario Hezonja, cupo de formación tras ser criado en el Barça y actualmente en la NBA.
Una de las causas de esta disfunción podría estar en 2011 cuando una denuncia anónima ante la Comisión Europea puso en tela de juicio el sistema de protección del jugador español establecido por la Federación. Del expediente sancionador recibido por España tras “vulnerar la libre circulación de trabajadores”, la FEB y el CSD respondieron inventando la figura del jugador de formación. Nacía así, por obligación comunitaria, una normativa que empuja a los equipos a formar jugadores entre el primer año cadete y la categoría senior para poder formar parte de las plantillas profesionales en un futuro como cupo formativo.
CAMBIO DE JUEGO EN EL FÚTBOL
Mientras FIFA prohibía dar de alta jugadores o firmar traspasos primero al Barcelona -cuya sanción concluyó con el reciente alta de Arda Turan y Aleix Vidal- y más recientemente a los dos equipos de Madrid -condenados a pagar 1.2 millones de euros y dos ‘ventanas’ sin incorporar jugadores- el Baloncesto promociona el comercio con menores dentro de nuestras fronteras. Situación que ha llevado incluso a generar algún conflicto a nivel internacional como la investigación por parte de la NCAA sobre la Canarias Basketball Academy (CBA) por incumplir su normativa recibiendo presuntos pagos encubiertos de hasta un millón de dólares en viajes a cambio de traspasos de jugadores a Universidades americanas, en un caso destapado por Sport Illustrated.
Otra denuncia en 2014, esta vez en España y por parte de la ABP (Asociación de Baloncestistas Profesionales) solicitando la suspensión cautelar del acuerdo entre FEB, CSD y ACB que fijaba un mínimo de 4 jugadores de formación por equipo en la máxima categoría -modelo extrapolable a las LEBS y Ligas Femeninas- estuvo a punto de paralizar el deporte europeo. De haber prosperado la Comunidad Europea podría haber denunciado definitivamente a España ante el Tribunal de Luxemburgo, lo que hubiera puesto en peligro la figura del jugador de formación, no sólo en el basket, sino en otros deportes como el fútbol.
¿OTRA PERSECUCIÓN AL DEPORTE ESPAÑOL?
La Federación Internacional de Fútbol, por su parte, sigue abanderando la protección de los menores de edad limitando, a veces tan drásticamente, los traspasos internacionales, lo que ha dado pie a situaciones surrealistas, como la inclusión en una lista de presuntos irregulares a los dos hijos del actual entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, o al hermano del ex jugador blanco Ezequiel Garay por estar adscritos a la cantera madridista.
Postura loable o disparatada, según se interprete, pero a todas luces injusta si se aplica de forma unilateral al modelo español, como parece que está sucediendo. Algo que en baloncesto también se focalizó desde el inicio casi únicamente en la mejor cantera de Europa, siendo más permisivos los organismos internacionales con otros países donde simplemente se mira hacia otro lado.