19 de marzo de 2011. En el Palacio de Deportes José María Martín Carpena de Málaga, Unicaja y Real Madrid disputan los 40 últimos segundos de la prórroga de un encuentro vibrante. Prigioni se venga de un tapón de su excompañero Garbajosa con un triple que coloca a los blancos por delante (63-65). El de Torrejón de Ardoz reacciona con otro lanzamiento acertado desde el 6.75 (66-65) y el argentino recoge el guante de nuevo en el perímetro (66-68).
Quedan cuatro segundos de partido y la victoria pertenece al Madrid. Sin tiempos muertos que valgan, el norteamericano Terrell McIntyre se recorre toda la pista y lanza de lejos prácticamente desequilibrado y sobre la bocina. El balón entra y Unicaja gana en un final de locos tras haber forzado la prórroga (69-68). El éxtasis se desata en Málaga. Es palpable incluso en la voz del narrador del partido para la ACB, Óscar Cuesta, completamente fuera de sí.
"¡Dentro, dentro, dentro! Jajajaja. ¡Dime que no estoy soñando! Jajajaja. 65-64, no lo sé cómo han quedado. ¡Qué partido, Dios!", grita prácticamente sin voz después de un final histórico. Se convierte en un momento icónico del baloncesto español de forma instantánea no sólo por lo ocurrido en la cancha, sino también por la apasionada forma de contarlo del narrador de la liga.
Justo cinco años después del momento, nadie ha olvidado aquellos últimos segundos de infarto. Ni mucho menos su protagonista involuntario, objeto de la atención de numerosos medios de comunicación dada su sana locura ante el micrófono. "Tiras lo que tienes. Me salió de dentro el reírme porque estaba histérico, con un exceso de euforia. Realmente me parecía que estaba en un sueño. Me superó", confiesa Cuesta a su casa, la ACB, en un vídeo conmemorativo del momento.
"El boom de la locución es una locura, una cosa impensable. En ningún momento puedes pensar que puedan suceder todos esos vídeos, llamadas, la radio, la prensa... Es una locura", sentencia el ejecutor de la narración más orgásmica del baloncesto español.