Ante la duda, el Real Madrid propone una exhibición. Y no una ni dos ni tres, sino hasta cuatro esta temporada. En Brasil, se ganó al Bauru local para triunfar en la Copa Intercontinental tras perder la ida. Ya en Europa, también se aceptó el desafío contra el Bayern de Múnich, con el agua al cuello en la fase regular de la Euroliga. A nivel doméstico, en la Copa del Rey, alzando el trofeo de campeón en A Coruña cuando el favoritismo era para otros. Y, por último, de nuevo en el escenario continental, otra vez sufriendo, pero convenciendo a la hora de la verdad ante el Khimki para seguir optando a revalidar título (83-70).
En el mundillo del baloncesto se suele afirmar que las finales se ganan desde la defensa. Y con cuánta razón. Quién sabe si el devenir del encuentro de este jueves no hubiese sido distinto si Tyrese Rice hubiese jugado una segunda mitad tan buena como la primera (acabó con 24 puntos). O si Alexey Shved, tercer máximo anotador de la Euroliga, se hubiese encontrado cómodo. Pero sucedió lo contrario: ni Rice volvió a ser el mismo tras el paso por vestuarios (dos puntos en los últimos 20 minutos) ni Shved pudo mejorar su actuación.
Sería una injusticia culpar sólo a uno de los jugadores del Madrid del clínic defensivo que abrió camino ante el Khimki. Porque fue el colectivo, y sólo el colectivo, el que desbarató a Ivanovic y los suyos. También en ataque, donde, para variar, hubo muchos triples: concretamente 15. Esta vez, el perímetro encontró a un Jaycee Carroll tan explosivo como en sus mejores noches. 23 puntos, 4 de 4 en tiros de dos y 5 de 8 desde el 6.75. Si los blancos siguiesen jugando en Vistalegre, el rubio de Laramie bien podría haber salido a hombros por la puerta grande del recinto tras su exhibición.
Cómo no, ahí estuvieron los Sergios para aportar su granito de arena. Los dos metiendo triples e imprimiendo carácter desde la dirección de juego y desde la defensa (papelón de Llull al frenar a Rice). Y el Chacho en solitario, para variar, manejando a su antojo el 'timing' del espectáculo.
Así debe ser muy fácil machacar de espaldas al aro, como Willy Hernangómez, o convertirte en rey de España bajo tableros, como Felipe Reyes. Menudo partido el del alumno, siempre exprimiendo al máximo su tiempo en cancha, y el del maestro, para el que hace tiempo que no hay calificativos suficientes a la hora de adularle (más).
Con Ayón y Rudy Fernández aportando esta vez intangibles al encontrarse más tocados que sanos, al Madrid le sobraron referentes. Los que faltaron en un Khimki demasiado dependiente de Rice, sin un Augustine o un Davis que le socorriesen en el juego interior. Aunque empezaron dominando la zona, la concentración del Madrid atrás les borró de la cancha de un plumazo. Para muestra, la intensidad de Rivers: ni un punto, pero un +/- de 7 estando en pista (un rebote y dos robos).
Incluso con conatos de volver a igualar las tornas, los rusos fueron incapaces de cambiar la hoja de ruta local tras el descanso. Gracias al colchón de una renta siempre cercana o superior a la decena de puntos, Laso por fin pudo respirar tranquilo en un final de encuentro. Esta vez, no habría ninguna canasta sobre la bocina que cejase en su empeño a sus chicos. Los galones del campeón se habían exhibido con constancia.
Y tendrán que salir a relucir de nuevo ante el equipo más sólido de este Top 16: el Fenerbahçe, rival del Madrid en cuartos de final. Eso será a partir de la próxima semana. Ahora toca disfrutar de la presencia de tres equipos españoles en playoffs. Tan sólo Unicaja se quedó fuera y también pasaron Baskonia y Barça, con Panathinaikos y Lokomotiv Kuban como rivales de vascos y catalanes respectivamente.
El Madrid celebrará su éxito parcial con moderación, porque nada está hecho todavía. Aún queda lo más difícil: volver a optar a un título continental que, gracias al triunfo de este jueves, cada vez está más cerca. Y asaltar Turquía con el factor cancha en contra promete ser un reto lo suficientemente goloso para el hambre del campeón. Porque Berlín ya asoma en el horizonte.
Ficha técnica
83 - Real Madrid (33+21+12+17): Rudy (8), Maciulis (3), Reyes (18), Ayón (4), y Llull (11) -equipo inicial-, Rodríguez (10), Taylor, Nocioni (2), Carroll (23), Hernangómez (4) y Rivers.
70 - Khimki Moscú (28+21+9+12): Rice (24), Shved (6), Dragic (5), Augustine (11) y Monia (2) -equipo inicial-, Boone, Koponen (13), Vyaltsev, Ilnitskiy, Honeycutt y Davis (9).
Árbitros: Christos Christodoulou (GRE), Sreten Radovic (CRO) y Carmelo Paternico (ITA). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimocuarta y última jornada del 'Top 16', Grupo F, de la Euroliga disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard center) ante 10.928 espectadores.