El baloncesto control hizo acto de presencia en el Barclaycard Center este jueves. Y no, Xavi Pascual no tuvo nada que ver. Por sorprendente que parezca, fueron el Real Madrid y el Valencia Basket, dos equipos eminentemente ofensivos, quienes hicieron parecer cada canasta un mundo, cada contraataque un rara avis y cada defensa un ataque, valga la paradoja. Pero la primera serie de semifinales, de corte eminentemente táctico durante 30 de sus 40 minutos, se decidió como era de esperar. Es decir, a la ofensiva y con Sergio Llull acelerando sus revoluciones. Como cada vez que huele a sangre ante el conjunto taronja (82-57).
Llegaron los últimos minutos y, cuando más se aprietan los dientes, al menorquín no le pudo la presión. El aro se le empezó a antojar gigantesco y ya no hubo nada ni nadie capaz de pararle. Como en las semifinales del año pasado. Como en el último partido en la Fonteta. Aunque esta vez la suerte no fue cosa de 'churros', sino que fue totalmente buscada tanto por él como por sus compañeros, liberados de un tacticismo que les había encorsetado a más no poder.
La distancia final en el marcador resulta muy engañosa. Y es que los cuatro o cinco puntos de ventaja para uno u otro equipo, tónica durante varios minutos, parecieron insalvables cada vez que se dieron en el marcador del Palacio. Increíble, pero cierto. Tal fue la intensidad de la batalla de pizarras que dispusieron Pablo Laso y Pedro Martínez. Mal día para las individualidades, sin duda. Bien lo tuvieron en cuenta locales y visitantes, pues su anotación no pudo estar más repartida.
Aunque siempre hay alguien que sobresale por encima del resto. En el Madrid, como viene siendo habitual, el papel protagonista también lo tuvo Gustavo Ayón. Ya acomodado en ese rol principal en la serie de cuartos contra el UCAM Murcia, tampoco defraudó en la apertura de las semifinales.
¿Quiénes se llevan las menciones especiales? El recuperado Rudy Fernández (capital en defensa en el segundo cuarto y acertado en el tiro durante el último), Maciulis (otra vez minutos de calidad los suyos), Reyes (siempre combativo en la pintura), Carroll (en plan 'microondas', para variar), Nocioni (corajudo de por vida)…
Hay que volver a recalcar que el electrónico final dista mucho de la realidad del partido. Porque Valencia peleó muchísimo (hasta siete puntos arriba). Y planteó unos cuantos problemas a los blancos en defensa. Sobre todo, en la pintura. Allí donde Hamilton y Dubljevic, ambos portadores de malos recuerdos para la parroquia local por el último precedente liguero en el Palacio, se hicieron fuertes. También en ataque, donde Shurna y Diot también vendieron cara la derrota taronja.
Pero el Madrid recogió el guante de su adversario. ¿Querían defensa? Pues la iban a tener. Tantos tiros fallidos, y algún que otro tapón, no eran casualidad. Y en cuanto la intensidad atrás llegó, regresó el ataque avasallador que caracteriza a los de Laso. Sin duda, parece mentira que los blancos sólo hubiesen anotado 47 puntos al inicio de los últimos 10 minutos, 14 en todo el primer cuarto y 31 al descanso. Acabaron logrando 35 en el acto final. Más que nunca, verlo para creerlo.
Ficha técnica
82 - Real Madrid (14+17+16+35): Maciulis (5), Rodríguez, Ayón (10), Taylor (6) y Thompkins (5) -equipo inicial-, Nocioni (7), Reyes (10), Doncic (2), Carroll (15), Hernangómez (2), Rudy (7) y Llull (13).
57 - Valencia (19+7+16+15): Diot (10), Sato (8), Martínez (2), Hamilton (8) y Peterson (3) -equipo inicial-, Vives (1), Stefansson, Dubljevic (13), San Emeterio (2) y Shurna (10).
Árbitros: Juan Carlos García, Miguel A. Pérez y Sergio Manuel. Sin eliminados.
Incidencias: Primer partido del playoff de semifinales de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (Barclaycard Center) ante 8.696 espectadores.