Ioannis Bourousis no es el MVP de la Liga Endesa por casualidad. Se ha ganado cada voto como mejor jugador de la competición durante toda la temporada. Por eso, no es de extrañar que su genialidad volviese a ser reivindicada este miércoles. Cuando fue capaz de sobreponerse a una canasta de Tomas Satoransky con aire decisivo para, previo pase de béisbol de Adam Hanga, convertir un palmeo sobre la bocina que ya es historia del baloncesto español. Valió una prórroga, un triunfo (89-83) y un cuarto encuentro en la lucha por alcanzar la gran final.
Fue con esa canasta tan ojiplática cuando la reacción del Baskonia tomó fondo y forma definitivamente. El Barça, con hechuras dominadoras durante toda la serie de semifinales, había llegado a mandar por hasta 11 puntos en el marcador durante el último cuarto del tercer partido.
Sin embargo, el carácter intrínseco a los vascos, arropados por su público en el Buesa Arena, fue haciéndoles creer cada vez más y más profundamente que se podía ganar al conjunto azulgrana. Que forzar otro duelo más no era un imposible, que se había llegado hasta la Final Four de la Euroliga por algo.
Así, el arrebato de estrella de Bourousis tan sólo fue un anticipo del dominio incontestable de los hombres de Velimir Perasovic en el tiempo extra. Entonces volvió a brillar el interior griego, genio y figura en un partido que siempre le recordarán cuando cuelgue la camiseta (32 puntos y 10 rebotes para 39 de valoración).
Porque, en el baloncesto más que en ningún otro deporte, nunca se puede subestimar el orgullo de un equipo grande. Y en Vitoria, a habidas cuentas de lo sucedido este curso, vuelven a serlo y de qué manera. El próximo capítulo de la serie, con un 2-1 favorable al Barça, será este viernes a partir de las 20:30 de nuevo en tierras vascas. Como diría aquel, "enhorabuena a Ioannis Bourousis, que se fue al Baskonia para ser leyenda".