Antes de que arrancase el Eurobasket, había demasiadas preguntas alrededor de cómo le iría a Eslovenia. ¿Podría triunfar un equipo tan renovado y joven? ¿Las bajas minarían la defensa? ¿Cómo se respondería en un grupo inicial compartido con Francia y Grecia? ¿El banquillo daría la talla? Y, sin embargo, las expectativas de los hombres de Igor Kokoskov siempre fueron optimistas. Se pedía y generaba una confianza que, al final, ha convertido a los eslovenos en la revelación del campeonato.
España no lo tendrá nada fácil en la semifinal europea de este jueves (20:30 horas, Cuatro). Enfrente estará un equipo que tiene una oportunidad inmejorable para conseguir la primera medalla de su historia. Tras quedarse a las puertas del bronce continental en 2009, Eslovenia sí quiere subir al podio ocho años después. Puede hacerlo perfectamente por las cinco razones que exponemos a continuación.
1. Luka Doncic sigue creciendo a pasos agigantados
En tan sólo siete partidos de Eurobasket, la gran perla del baloncesto europeo ya se ha convertido en uno de los líderes indiscutibles de su selección. De hecho, sus promedios anotadores y reboteadores son mejores que los de su última temporada en el Real Madrid: 15,7 puntos y 7,7 rebotes de media por los 7,8 y 4,4 a nivel de clubes.
Doncic también se queda muy cerca de mejorar su promedio de pases con el Madrid (3,1 asistencias de media con Eslovenia por 3,7 de blanco). Su gran incidencia en el juego esloveno se demuestra al comprobar que es el segundo mejor encestador, el reboteador más sobresaliente (sexto mejor del torneo) y el segundo asistente más destacado de su combinado nacional.
Al borde del doble-doble en varios encuentros, sólo se ha quedado sin anotar 10 o más puntos en un partido. Ya queda para la historia su gran actuación ante la Letonia de Porzingis en cuartos de final. Si el jugador de los New York Knicks no se achantó, con 34 puntos, Doncic tampoco: metió 27 y capturó nueve rebotes, con varias acciones decisivas a la hora de la verdad.
“Doncic nunca ha tenido este rol antes en su carrera, esto es lo esencial [...] Esto es otro nivel, nivel profesional. Aquí hay muchos jugadores de la NBA. Esto no es el Madrid, es distinto”, declaró su seleccionador, Kokoskov. Con buenos porcentajes de acierto tirando de dos (56,2%) y de tres (34,7%), está claro a quién tiene que defender fuerte España.
2. Goran Dragic, la otra gran amenaza
Uno de los mejores jugadores del Eurobasket desde su arranque. Todos le señalaban como la principal estrella de Eslovenia y el base de los Miami Heat no ha defraudado en ese papel. Sus 21,9 puntos por partido le convierten en el quinto mejor anotador de la competición, segundo si sólo tenemos en cuenta a las selecciones que aún no han caído en los cruces.
Dragic, que ni siquiera es uno de los tres supervivientes eslovenos con respecto al pasado Europeo (Prepelic, Blazic y Zagorac), ha pasado de los 20 puntos en seis de los siete encuentros disputados. También destacado a nivel pasador (décimo mejor de la competición con 5,4 asistencias de promedio), será el otro gran puntal a frenar por la selección española en semifinales.
El éxito será mucho más fáctible si el quinto jugador más valorado del torneo continental vuelve a tener un día tan poco lúcido como ante Ucrania en octavos: cinco puntos, cuatro rebotes y cuatro asistencias (2/12 en el tiro).
3. Ojo con los secundarios
Hay vida más allá de Doncic y Dragic. Desde luego que sí. Para empezar, un Klemen Prepelic que está superando con creces su producción ofensiva desde que es internacional absoluto. Con 12,9 puntos por partido, el escolta del Paris Levallois francés es toda una amenaza en el tiro: 57,1% de acierto medio de dos y 38,9% desde el triple.
Cuidado también, por supuesto, con Anthony Randolph y sus 11,3 puntos y 5,7 rebotes de media. El ala-pívot del Real Madrid ha ido de menos a más en el campeonato, brillando especialmente desde el arranque de las eliminatorias: 21 puntos contra Ucrania y 16, más nueve rebotes, ante Letonia. Su irregularidad y la sangre caliente que gasta a veces (expulsado el martes) resultan sus únicos puntos flacos.
Tampoco hay que olvidarse del pívot Gasper Vidmar, que ya lleva un tiempo asentado como uno de los pilares de Eslovenia. Destacado tanto en puntos (9) como en rebotes (4,4) y hasta asistencias (2,4), habrá que contener a la torre del Banvit turco como sea. Otro que puede salirse si tiene el día. Y no olviden, como tapado, a Jaka Blazic, siempre imprevisible y bien conocido en España.
4. El mejor ataque del torneo
Con Letonia ya fuera de la pelea por las medallas, Eslovenia, con 89,7 puntos de media, es el equipo más encestador de los que quedan en pie. España, por su parte, anota 86,6. No es la única estadística colectiva en la que el equipo balcánico sale bien parado: con Lituania eliminada, los eslovenos sólo están por detrás de España en rebotes (39,4 por partido frente a 43,6); sin checos y turcos, roban más balones que nadie (8,4 por partido).
Este último dato habla muy bien del trabajo defensivo de los hombres de Kokoskov. Letonia, con 97 puntos, es el equipo que más ha anotado frente a Eslovenia. Dejaron a Grecia y a Francia en menos de 80 puntos (72 los helenos y 78 los galos). Por tanto, no sería descabellado ver a España sufriendo para atacar la defensa rival por tercer partido consecutivo.
5. Jóvenes, pero invictos
La semifinal del jueves acabará con la imbatibilidad de las dos únicas selecciones que todavía no conocen la derrota en este Eurobasket: España y Eslovenia. Conocido de sobra el periplo de los nuestros, los balcánicos han acabado con Polonia, Finlandia, Grecia, Islandia, Francia, Ucrania (octavos) y Letonia (cuartos) hasta la fecha.
Este camino triunfal puede sorprender por la juventud del actual combinado esloveno, que presenta una media de edad de tan sólo 25 años. Goran Dragic y el ala-pívot del Sopron húngaro, Sasa Zagorac, son los únicos jugadores que superan la treintena en el equipo. El resto, instalados en la veintena o, como Doncic, sin haberla alcanzado aún.
Al final, esta Eslovenia, por muchas preguntas sin resolver que hubiese a su alrededor hace tan sólo unas semanas, ha vuelto a ganarse un puesto en la élite. Quién hubiera dicho días atrás que este equipo esloveno podría convertirse en el mejor de la historia de su baloncesto. Pero sí, ahí está, bien presente, el reto.
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