“Mi nombre es Luka Doncic. Tengo 18 años. Salgo a luchar cada día. Lucho contra mis rivales y lucho contra mi leyenda. La leyenda del jugador que dicen que voy a ser”. El texto que recita uno de los principales focos de atención del baloncesto mundial en un anuncio televisivo evidencia una realidad: por muy pipiolo que sea, la grandeza de Doncic empieza a ser indiscutible. Y lleva a empezar a compararle con varios mitos de la canasta. Entre ellos, destaca otro crack que también salió de los Balcanes: Drazen Petrovic.
Sin embargo, hablar del mito croata y del proyecto de mito esloveno en los mismos términos no es tan acertado como podría parecer. La práctica totalidad de los supervivientes del Real Madrid en el que jugó Petrovic (con las excepciones de Fernando Romay y Antonio Martín) demuestran por qué en EL ESPAÑOL.
“Doncic es más alto, con lo cual es mucho más fuerte y potente físicamente. Puede abarcar más aspectos del juego. Domina en defensa, es capaz de aguantar el uno contra uno a jugadores de varias posiciones. Corre bloqueos, defiende al poste bajo, va muy bien al rebote tanto defensivo como ofensivo… En ataque tiene recursos que Petrovic no tenía: juega al poste bajo dominando la posición”, expone Pep Cargol.
Le sigue Javier Pérez Iniesta: “Para jugar en la NBA, es mejor su estilo de juego: hace todo. Petrovic casi no incidía en las facetas del juego no ofensivas, pero es un poco superior a nivel de logros individuales y determinación en ataque”.
Para su excompañero Miguel Ángel Cabral, “Luka puede defender a cualquiera”. “Si hay un cambio defensivo, se queda con el pequeño o con el grande: le da exactamente igual. Tiene muchos recursos físicos, técnicos y tácticos. Drazen flaqueaba un poco ahí”, añade.
“Supera ampliamente a Petrovic reboteando. Él anotaba mucho, pero sabía que su tiro largo necesitaba ser perfeccionado. Doncic lo tiene seguro y muy activo. Drazen le podía superar, aunque Luka cada vez va mejorando, en su manejo de balón”, asevera Lolo Sáinz, el entrenador de aquel Madrid del curso 88-89.
Quique Villalobos, antes uno de los mejores amigos de Petrovic en la capital y hoy agente de Doncic, es otra voz autorizada en este tema: “Drazen era buenísimo, pero tenía una forma de juego muy diferente. Era un anotador compulsivo, saltaba a la yugular. Si te podía meter 60 puntos, te los metía. Luka no quiere meterte 60. Quiere ganarte. Si puede ser metiendo puntos, pero también pasando a sus compañeros e involucrando a todo el mundo”.
También hay diferencias a nivel personal. Lo explica el propio Villalobos: “Drazen era una persona muy tímida en lo que es la vida fuera del baloncesto. Era reservado, estaba en su casa y no socializaba mucho. Luka es una persona sociable, sale, entra, habla… Tiene la timidez propia de un niño de 18 años, pero no es tan tímido”.
“Petrovic era el enemigo, el que ganaba al Madrid y sacaba de quicio a sus jugadores. Vino aquí y dominaba la liga. Doncic es de la cantera, le hemos visto desde pequeño. Petrovic era como el malo de la película con los contrarios, más killer. Doncic es el chico bueno, todo inmaculado”, expresa Pérez Iniesta en la misma línea.
Johnny Rogers se retrotrae a su año con Petrovic desde Los Ángeles, ya que hace tiempo que trabaja para la NBA en su país. “En los momentos más calientes, Drazen se salía con la suya. Disfrutaba de estar en ambientes caldeados. Gozaba. No sentía presión. Estaba muy a gusto. Le encantaba cuando todo el mundo le gritaba y tenía a todos en contra. Como en el campo del Barcelona”.
“Doncic tiene cara de niño. Aunque cada día se va soltando más y tiene más mal genio en la cancha. No tiene esa garra de ganador que tenía Petrovic”, sentencia Sáinz.
También hay similitudes
Cargol es el primero en reconocer que, a pesar de las diferencias, Doncic y Petrovic se parecen en algunas cosas: “Los dos son grandísimos tiradores (quizá Petrovic más rápido en la ejecución) saliendo de bloqueos y al jugar con bote. También grandes pasadores. Doncic hace muchos pases a dos manos, Petrovic más a una mano. Son calcados en su ambición, ganas y fuerza por competir y ganar”. “Casi todos los jugadores balcánicos tienen facilidad para jugar, buen tiro, buena base técnica… En eso se parecen”, continúa Chechu Biriukov.
“También en cuanto a la soltura y el descaro que tienen en el juego, cómo inciden en un partido. Y en la manera que tienen de buscarse un tiro de tres en un uno contra uno. Además de en su explosión, porque empezaron a jugar muy jóvenes en los equipos séniors”, aporta Pérez Iniesta. “Son dos adelantados a su tiempo. Seguramente los dos son igual de 'fatigas' con el baloncesto. Piensan por y para esto, no ven otra cosa en su vida y todo gira en torno a este deporte”, cree Cabral.
Sáinz no puede evitar la risa al volver sobre el Petrovic de 18 años: “Estaba en Sibenik, con su melena afro. Ya hacía virguerías y encandilaba al público. Podría parecerse a Luka en este aspecto. Él me puede recordar al Petrovic europeo en cuanto a jugador resolutivo, con mucho carisma, una proyección enorme. Los dos son jugadores rompedores. Son muy parecidos en las penetraciones. Entran a canasta y hacen un rectificado en el aire. Pueden meter la canasta y forzar una falta personal”.
“Drazen, sobre todo en los finales de partido, buscaba mucho la falta. Y tomar las riendas del partido. Es algo que Doncic hace también”, cuenta José Luis Llorente. Cabral se queda con la garra de ambos: “Tomar esas responsabilidades de jugador franquicia y echarse el equipo a la espalda… Los dos tienen ese carácter”.
Doncic, sin saberlo, logró parecerse más que nunca a Petrovic no hace mucho. “Ha repetido varias jugadas pasando el balón debajo de las piernas de un defensor. Al primero al que vi hacer eso fue a Drazen. Me acordé mucho de él. Tener esa sangre fría para hacer ese tipo de jugadas no es fácil. También porque el rival se lo puede tomar de muchas maneras”, confiesa Cabral.
No es el único que advirtió el parecido en ese doble caño ante el Unicaja. “Me quedé estupefacto. Ahí fue donde dije: 'Sí que se parece a Petrovic'”, considera el entrenador Sáinz. Aunque Biriukov y Llorente ven más similitudes con otro jugador balcánico de pro. “Le veo más parecido a Mirza Delibasic: más completo en los pases, dirección de equipo, defensa, rebote…”, dice el primero. “Delibasic sí que habría dicho: 'Este tío es un genio'”, apunta el segundo.
Johnny Rogers cierra el apartado de las semejanzas: “Drazen era un ganador. Tenía mucho talento, pero trabajaba más que nadie. Tenía todo: la mentalidad fuerte y de un asesino, talento, ética de trabajo… Pocas veces puedes ver todo junto. Por eso ha sido de los mejores de todos los tiempos. Iba a llegar aún más alto, estaba creciendo como jugador. Siempre tenía una sonrisa en su cara, era un tío alegre. Le gustaba dominar. Era divertido, un bromista”. ¿Les suena de algo?
Una explosión sin parangón
“Estamos viendo el crecimiento de un jugador fuera de lo normal. Al mismo tiempo, puede gestionar eso con madurez y brillantez. Tiene una cabeza privilegiada para jugar al baloncesto”, empieza Cargol. “Sabonis, con 17 años, fue campeón del mundo con la URSS. Quizá es la última explosión que he visto que me recuerda a la de Doncic”, rememora Biriukov.
Villalobos echa a volar la imaginación: “Creo que está haciendo cosas superiores a las de Petrovic con 18 años, pero antes teníamos menos información. Ahora todo el mundo lo ve: redes sociales, televisiones… Si Petrovic tuviese 18 años y existiese en esta era, a lo mejor hubiese tenido este impacto”.
Por su parte, Cabral hace un llamamiento:“El potencial de este chaval, ahora mismo, no tiene techo. Que no aparezca un problema físico que le pueda parar, que no tope con un grupo de gente que no le dé su sitio, un entrenador con el que no tenga el peso específico que necesita… Y que tope con alguien que verdaderamente le haga explotar al 120%”.
“Doncic cada vez está más seguro […] Todos los grandes genios tienen un poco de egoísmo. Hace dos años, Luka sólo jugaba para los demás. Ahora ya piensa un poquito en sí mismo. Si le hubiese entrenado, habría disfrutado de su inteligencia, su manera de jugar y estar en la cancha y sus ganas de ser el mejor. Eso puede ayudar muchísimo al equipo”. Perspectiva interesante la de Sáinz.
Aunque la de Llorente no se queda atrás: “Es el mejor jugador joven que he visto. Lo cual tampoco implica nada. Tiene pinta de que va a ser un jugador extraordinario y ya lo es, aunque no progresara más. Pero, a veces, ha habido otros jugadores que de muy jóvenes sorprendían a todo el mundo y que luego han ido progresando pero no de la misma manera: Ricky Rubio, Fotsis… Hay otros que eran muy brillantes de jóvenes: Sabonis, Kukoc, Petrovic… Ya se les veía que iban a ser muy buenos a la edad de Doncic. Gasol explota rápido, pero más tarde. De hecho, era suplente en la selección júnior del 99. Doncic es mucho más maduro que cualquiera de estos jugadores a esta edad”.
¿Qué habría pensado Petrovic de Doncic? “Intentaría copiar cosas. De toda la gente que le llamaba la atención y le gustaba, intentaba hacerlo. Pero, de esa época, pocos podíamos ofrecerle tanto como ofrecía él. Al contrario: le copiábamos los demás. Los jóvenes están disfrutando como nosotros con Petrovic. El día a día con una estrella así tiene que ser increíble”, responde Cabral, júnior en el Madrid de Drazen junto a Pérez Iniesta. “Pensaría que Doncic le intentaba copiar”, nos dice este último entre risas.
“Petrovic le hubiera dicho a sus amigos: 'Este tío va a por mí'. Disfrutaba viendo jugar a otros compañeros que lo hicieran bien”, echa la vista atrás Sáinz. Remata Villalobos: “Necesitas a los dos en un equipo: uno que es un killer y otro que es un tipo que quiere pasarla para que el killer meta 40-80 puntos. Son complementarios”.
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