Nilofar Bayat (Afganistán, 1990) es una de las muchas víctimas de la guerra en Afganistán. Cuando apenas tenía dos años, una bomba le produjo una lesión medular que jamás olvidaría. Perdió también a su hermano por la misma razón. Y, entonces, emprendió una nueva vida en silla de ruedas. Pese a las dificultades, Bayat decidió tomar el camino de la valentía hasta convertirse en un referente de la libertad de la mujer: sabe idiomas, es la estrella de la selección de baloncesto en silla de ruedas y trabaja para Cruz Roja. Representa justo lo contrario a lo que la sharia podría implicar. Una realidad justa y mejorada que ella construyó y que con la recuperación del poder por parte de los talibanes se ha venido abajo.
Bayat, como miles de afganos más, ha intentado huir de Kabul. A diferencia de muchos de sus compatriotas, lo ha conseguido. Y, además, junto a su pareja Ramish. Ha abandonado a sus padres y sus hermanos, pero era arriesgarse a vivir o aceptar morir. Una historia con final feliz en la que se ha combinado la cooperación de España, de organismos como la Federación de Baloncesto y el potencial de las redes sociales. Cuatro figuras claves han conseguido salvar dos vidas prácticamente condenadas al asesinato por los radicales: Antonio Pampliega, Paloma del Río, Jorge Garbajosa y el Gobierno.
Todo comienza el pasado 15 de agosto. Los talibanes toman Kabul y los países con presencia militar empiezan a verse desbordados. El aeropuerto, durante algunas horas, parece el único lugar seguro. Sin embargo, es cuestión de tiempo que lleguen también a controlar esa última vía de escape. Por todo el mundo ya circulan imágenes de aviones repletos de ciudadanía internacional, de fallecidos en el suelo y hasta de cuerpos cayendo desde cientos de metros de altura por intentar engancharse a un avión que salía de Kabul. Un escenario de terror al que cualquiera que quiera huir de Kabul se tenía y se tiene que enfrentar.
Nilofar, 'Nilo' para los que mejor la conocen, sabe que su vida corre peligro. Así se lo transmite a aquellos amigos que se preocupan por su situación nada más enterarse de la toma de Kabul. Antonio Pampliega, periodista español que la conoció en 2017 mientras escribía un libro (Las trincheras de la esperanza, Ediciones Península), era uno de ellos. Pampliega es un referente del periodismo en zonas de guerra y estuvo secuestrado por Al Qaeda en Siria durante diez meses. Desde 2017, tiene contacto con Nilofar casi semanalmente. Cuando estalla el conflicto, le pregunta y ella responde, según cuenta a EL ESPAÑOL Pampliega, algo como: "Estoy asustada, se me acabó mi futuro, mi vida, vienen -los talibanes- otra vez".
Pampliega busca soluciones y opta por tirar de redes sociales. En Twitter, por ejemplo, cuenta con más de 36.000 seguidores. Y muchos de ellos profesionales de la prensa. Su mensaje llega el mismo 15 de agosto. "Mi amiga Nilofar me escribe desesperada desde Kabul. "Los talibanes van a entrar en Kabul. Tenemos mucho miedo. Mi vida se acaba, Antonio. No me puedo quedar aquí". Nilo trabaja en Cruz Roja, es la capitana de la selección nacional de baloncesto en silla de ruedas y estudia derecho". Comienza entonces un hilo informativo de qué necesita Nilofar, por qué está amenazada y cuánto de importante es sacarla de Kabul lo antes posible.
Ese mensaje llegó a miles de personas. Entre ellas a Carolina Pecharromán, periodista de TVE que lo pone en conocimiento de Paloma del Río. La mítica periodista deportiva, protagonista en los últimos Juegos Olímpicos por su emotiva despedida, no dudó en levantar el teléfono. "Ella llama a Jorge Garbajosa. Garbajosa me llama a mí y le digo que hay que sacarla -a Nilofar- porque se la van a cargar. Él llama al CSD", cuenta Pampliega a este periódico. Y, de ahí, salta al Ministerio de Exteriores, tal y como confirman fuentes de Exteriores y de la Federación.
El papel del baloncesto
La semilla de hacer el caso mediático ya estaba sembrada. Además, se suma una llamada de un club de baloncesto femenino en silla de ruedas. Concretamente del BSR, que vio tanto el hilo de Pampliega como un mensaje de la Federación Internacional y propuso a la jugadora un puesto en el equipo. Ella estaba casi incomunicada y el club no buscaba protagonismo. Sin embargo, su gesto ayudó a que el caso cobrara mayor relevancia aún. La sucesión de casualidades daba esperanza.
"Nos llamó la Federación Internacional de Baloncesto de Silla de Ruedas, porque sabe el carácter social de nuestro club más allá de lo deportivo. Somos una entidad asociativa. Nos dijeron que quería ir a España. Dijimos que sí a la Federación, se lo dijimos a la nuestra, hablamos también con Jorge Garbajosa. Y hablamos sobre todo con Pampliega, que ha sido el único que ha tenido contacto con ella en estos días", relata a EL ESPAÑOL Txema Alonso, presidente del club vasco.
"Antonio -Pampliega- es el que le ha transmitido no solo nuestro aliento, que es lo principal, también lo otro. Parece anecdótico respecto al problema. Si ella quiere retomar su actividad deportiva, cuando esté en España, pues Bilbao no es un mal sitio y en nuestro club ahora podemos chulear de que somos campeones de Liga", bromea un Alonso emocionado por la historia de Nilofar.
A su vez, Pampliega le deja un mensaje claro a su amiga afgana: tiene que dar el máximo de entrevistas que pueda para no quedar en el olvido. Son 30 o 35 los medios que ya han intentado contactar con ella por medio del periodista. "Tenía que hacer ruido, dar todas las entrevistas del mundo. Nilofar es el espejo de todas las mujeres afganas que no han podido salir", reconoce a este periódico el periodista.
Le indica a 'Nilo' el tema de la oferta, aunque en esos momentos es algo secundario. Pampliega dice que incluso a su pareja, que también juega al baloncesto en silla de ruedas con Afganistán y que ha logrado huir junto a ella, le ha llegado alguna propuesta. "Ella creo que querrá seguir con la misma vida que tenía en Afganistán. Con sus estudios, baloncesto, trabajaba de administrativa en Cruz Roja. Todo lo que sea posible para tener una vida más o menos normal". Era turno de la diplomacia española.
La huida de Afganistán
El 15 de agosto el hilo se convierte en tendencia. Paloma del Río ya ha contactado con Garbajosa y su Federación con Pampliega. El CSD también ha pedido ya los datos necesarios. El objetivo es que pueda subirse al A400 que enviará España a Kabul. En ese momento, su pareja no tenía opciones de huir del país junto a ella.
"Nilofar no se puede quedar aquí. No hay futuro para ella", le escribe el 16 de agosto Ramish a Antonio. El periodista destaca que Nilofar "ha tenido suerte, ha tenido estrella". De hecho, él, en su hazaña de salvar varias vidas, llega a sentir hasta impotencia. ¿Por qué logra sacar a algunos amigos y no a otros? "Nilofar es una persona mediática y los demás no", reconoce a EL ESPAÑOL. Ahora, dice, el Gobierno deberá darla algo de protección mediática para que no se vea desbordada.
"No es solo porque haya salido en medios de comunicación. Es la cara de la selección de baloncesto de silla de ruedas, tiene un mensaje superpotente, tiene redes sociales donde se besa con su novio sin velo". Nilofar y Ramish tendrían imposible seguir con su modo de vida en un Afganistán controlado por los talibanes. Del 16 de agosto pasan dos días hasta que Pampliega vuelve a informar de cómo ha avanzado el caso. Es día 18 y Nilofar y Ramish están en la puerta del aeropuerto de Kabul. Los talibanes no les dejan pasar, como a muchos otros. Horas después, ambos lo consiguen. Están dentro.
La alegría es inmensa, sobre todo para ellos dos. Pampliega celebra dos vidas salvadas, aunque sigue lamentándose por no sacar al resto de amigos que mantiene fuera del aeropuerto. Una vez dentro, buscan a representantes de la 'delegación' española. No los encuentran y empieza la tensión. "Me mandan a Alemania, Antonio. Aquí no hay nadie de España. No encuentro al embajador", le escribe 'Nilo' a Pampliega el 19 de agosto.
La indicación, sin embargo, sigue siendo la de siempre: coger el avisón que les saque de allí. Aunque sea a Alemania con destino a Fráncfort. Hasta Garbajosa, con quien Pampliega mantiene el contacto, se reafirma en que debe coger cualquier vuelo que les permitan. Sin embargo, pasan las horas y siguen sin poder subir. El avión alemán no ha despegado, pero por suerte la embajada española ya les ha localizado. Es día 20 de agosto.
"El último mensaje que tuve fue a las 6 de la mañana, sus cinco fotografías", dice Pampliega. Nilofar y su pareja estaban rumbo a Madrid en un avión con 110 afganos. "Que gracias, que me debe la vida", le repiten a Pampliega. "Que te manden un mensaje así, no sabes qué decir. Te abruma", dice el periodista. Sus vidas ya estaban a salvo, por mucho que dejaran atrás.
Allí, en Kabul, Nilofar mantiene a sus padres y hermanos. A ellos les preguntó y no dudaron en decirla que se marchara. "Es lo más importante, una jodienda porque posiblemente no les vuelva a ver en la vida", dice un experto como Pampliega. "Ha escogido vivir y la elección, pese a ser jodida, es la más inteligente" porque "allí no tenía futuro y seguramente le hubiera esperado la muerte".
"Lo importante es tener una segunda oportunidad en la vida. Nilofar la tiene y espero que la aproveche. Que no se olvide lo que han hecho tantísimas personas por ella. A mí me salvaron la vida cuando me sacaron hace cinco años de Siria. Tenía una deuda con la sociedad y hay que ayudar. Que disfrute de su nueva vida y que entienda lo privilegiada que ha sido porque no todo el mundo va a salir de Afganistán". Pampliega, que sufrió la peor cara de la vida con su secuestro de diez meses con Al Qaeda, logró devolverle la vida a dos personas con condena asegurada.
La opción de Bilbao
Txema Alonso es otro de los rostros que puede ayudar a 'Nilo'. Atiende a EL ESPAÑOL desde Tokio, donde se van a celebrar los Paralímpicos el próximo 24 de agosto. Lo hace adaptándose al cambio horario y a los escrupulosos controles para la Covid-19 que ha impuesto el país, especialmente en la cita olímpica. Su Bilbao BSR es una de las opciones que tiene sobre la mesa 'Nilo', aunque prácticamente ni la conozca. La otra es la del Melilla, que milita en Segunda División y con quien delegación de Gobierno ya está estudiando la situación. Sin embargo, el máximo representante de la entidad vasca no quiere que se tenga en cuenta el gesto del fichaje, sino la gran historia de superación de Nilofar.
De hecho, da todo el peso de las gestiones a Antonio Pampliega y Jorge Garbajosa, que han permitido que se actúe "con celeridad para ella y su marido". Ellos "han sido los que han hecho de un trámite larguísimo y difícil" algo capaz de resolverse "en tiempo de las mejor de las maneras". "Nuestra repercusión es como actores. No hemos hecho más que decir que si quiere venir, aquí estamos. Los que han hecho algo grande han sido Antonio y Garbajosa", recalca a este periódico.
Es el carácter simbólico de una mujer con discapacidad en Afganistán a la que se la iban a cerrar todas las puertas de la vida
"A mí me da hasta pudor estar hablando de fichajes. Somos un deporte semiprofesional o aficionado compensado. El baloncesto será una actividad complementaria. Y en cualquier caso, lo interesante es que una mujer significada en la defensa de los derechos de la mujer, que haya podido salir con decenas de personas anónimas, me parece más importante que nuestro papel que es nimio", subraya.
No quiere protagonismo alguno, como recalca en diferentes ocasiones, aunque la oferta está: "Mediáticamente ha cobrado un interés más importante. Yo creo que es la repercusión y el carácter simbólico de una mujer con discapacidad en Afganistán a la que se la iban a cerrar todas las puertas de la vida. Además de ser una buena jugadora que nos gustaría que siguiera haciendo prédica de sus valores en las canchas de juego".
Txema Alonso, pese a la insistencia, sigue siendo claro: "Me da hasta un poco de vergüenza sentirnos un poco autores en relación con su salida de Kabul". Sin embargo, pese a su modestia, haber añadido esa pizca de cooperación e implicación del deporte ha permitido dar mayor visibilidad a la petición de Nilofar y su prometido. Dos vidas salvadas que inciarán un nuevo camino en España. Una vida lejos de los talibanes y cerca de los derechos humanos que, pese al optimismo que puede generar, ha ido acompañada de la renuncia a volver a ver a su familia.
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